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¿Cuál es la aportación de las piscifactorías?

2000/07/04 Roa Zubia, Guillermo - Elhuyar Zientzia

La utilización de viveros para reducir las capturas de peces requiere una explotación racional

En el mundo hay unos 6.000 millones de habitantes y esa cifra va en aumento. Entre otras cosas, el consumo de pescado también es mucho mayor. Para hacer frente a este problema habría que fomentar las piscifactorías. Sin embargo, la aportación de estos viveros está en discusión. ¿Está aumentando o disminuyendo la población de peces, incluidos los peces de piscifactoría? La revista Nature ha publicado un análisis general de este problema.

En diez años, entre 1987 y 1997, la producción de las piscifactorías se ha duplicado. Si aumenta la producción, también aumenta el consumo. De hecho, aproximadamente la cuarta parte del pescado que se come en el mundo es una de las piscifactorías. Sin embargo, es necesario analizar la influencia de estos cultivos en los ecosistemas y recursos marinos.

Posible afección ecológica

Algunos tipos de acuicultura, incluida la de camarón y salmón, pueden dañar los recursos costeros y reducir el número de peces marinos. Otro tipo de especies, generalmente de especies vegetarianas, no son perjudiciales. Surge así la paradoja. La acuicultura puede ser una forma de aumentar el número de peces, pero también es un factor de agotamiento de la vida marina.

Entre los peces libres y los de granja se encuentra la competencia por el suministro de ecosistemas costeros. También tienen vinculación o competencia económica en el momento de su puesta en el mercado. Es una idea clara que se está extendiendo en el debate actual; el futuro de la acuicultura fijará el número de peces generados en el mar.

En la actualidad más de 220 especies crecen en piscifactorías. A la hora de llevar el negocio se observan dos tendencias principales, la de explotar la propiedad de los peces sin alterar los ciclos naturales y la de participar en esos ciclos (como la ganadería). En esta última también se producen diferentes comportamientos. Algunos tienen una influencia severa, eliminan los depredadores de los peces, controlan a la competencia, etc. Otros, por ejemplo, se encargan exclusivamente del suministro del alimento.

Los moluscos, en general, crecen en costas. Su alimentación depende del plancton y partículas orgánicas que les aporta el mar. Los más cultivados del mundo son el camarón. Para el crecimiento de las rayas se utilizan muchos métodos diferentes. Los peces marinos crecen generalmente encajados en jaulas de mallas. Los fluviales muchas veces crecen en charcas artificiales integradas en ecosistemas próximos a la agricultura.

En la última década se han creado aproximadamente dos tipos de empresas alrededor de las piscifactorías. Los primeros son grandes y crecen animales de alto valor añadido para su venta en grandes mercados. Suelen ser viveros de abastecimiento regional, pero también hay grandes extensiones. Otro tipo son las cooperativas y las empresas familiares. Cultivan especies de bajo precio y se venden en mercados localizados.

De hecho, la dinámica de los mercados de los peces de acuicultura varía mucho según la especie. La proliferación de piscifactorías puede contribuir a preservar las reservas naturales. Además, si los precios de los animales de las distintas granjas disminuyen, el dinero que entra en la captura puede reducirse considerablemente. Algunas especies pueden sustituir a otras.

Sin embargo, no ocurre con otras especies. Por ejemplo, en el caso del salmón, a pesar de la proliferación de viveros en los últimos años, las capturas también han aumentado. De hecho, entre 1997 y 1998 las capturas mundiales han aumentado un 27%. Por tanto, los viveros no siempre son sustitutos de la pesca.

Acuicultura sostenible

En general, se puede afirmar que la producción de los viveros aumenta el número de peces en el mundo, a pesar de que algunos tipos de acuicultura presentan una contribución neta negativa. Esta contribución negativa proviene de dos tipos de acuicultura, que desarrolla especies carnívoras y que destruye los ecosistemas costeros. La degradación de los ecosistemas es debida a contaminación biológica y vertidos no tratados.

Pero la extensión de la acuicultura requerirá ecosistemas sanos, tanto costeros como de agua dulce. Hasta que se reconozca la dependencia ambiental de la industria no se podrá desarrollar la acuicultura en toda su capacidad. Los científicos, por tanto, han lanzado las siguientes propuestas a la hora de fijar las prioridades de las granjas de pescado: aumentar la acuicultura de peces de nivel trófico inferior; reducir la cantidad de carne y aceite de pescado en los alimentos; desarrollar sistemas integrados de granjas; difundir y fomentar hábitos de acuicultura para un medio ambiente saludable.

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