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Polos bailando

2002/04/12 Carton Virto, Eider - Elhuyar Zientzia

Eso sí que es imposible. Hace unas semanas supimos que el Polo Norte magnético va de Canadá a Siberia, y ayer, en una investigación publicada en la revista Nature, se anunció la posibilidad de llegar a la Antártida.

Actualmente, el Polo Norte magnético se encuentra en el extremo occidental de Canadá y poco a poco se desplaza hacia el Océano Ártico. Parece ser que en los últimos años se ha movido a mayor velocidad y dentro de 50 años podría estar en Siberia. Pero como no hay nada seguro con los polos magnéticos, habrá que esperar a verlos.

Los polos magnéticos no son polos geográficos. Los primeros se mueven y los segundos no. Los primeros se definen dentro del campo magnético de la Tierra y los segundos son sólo puntos de intersección entre el eje de la Tierra y la corteza terrestre. El Polo Norte geográfico se encuentra siempre en el Ártico y el Polo Sur geográfico en la Antártida. Por su parte, los polos magnéticos norte y sur han sido invertidos a lo largo de la historia de la Tierra. No está claro cuándo, cómo y por qué ocurre eso, pero parece que es totalmente aleatorio. No ocurre periódicamente ni dura un tiempo determinado. Algunas inversiones han durado 10.000 años y otras 25 millones de años. La última ocurrió hace unos 780 mil años, y puede suceder en pocos miles de años.

La Tierra debe su magnetismo al núcleo líquido de hierro y níquel. Los componentes del núcleo se mueven constantemente y, junto al movimiento, crean un enorme campo magnético alrededor de la Tierra. En definitiva, la Tierra se comporta como un gigantesco dinamo. El campo magnético se divide en unas líneas imaginarias alrededor de la Tierra, y en un punto concreto de los polos está perpendicular a la superficie terrestre. Estos son precisamente los polos magnéticos. Pero estos puntos no son fijos, ya que a medida que se mueven los componentes del núcleo cambian de lugar. Cualquier alteración en el núcleo produce un cambio de ubicación de los polos magnéticos y un día pueden producirse variaciones de hasta 80 kilómetros en sus posiciones. Por ello, se calculan las ubicaciones medias.

Inversión de polos magnéticos en el XIX. Fue descubierto a mediados del siglo XX por el físico italiano Macedonio Melloni. Descubrió que las rocas volcánicas tenían magnetismo y propuso que estaban orientadas en función del campo magnético terrestre. Al enfriarse, las rocas volcánicas conservan la orientación para siempre, por lo que Melloni pudo comprobar que esta orientación no siempre fue la misma.

Los investigadores no saben por qué se invierten los polos magnéticos, pero según las simulaciones realizadas con los ordenadores, parece que todo empieza cuando se producen turbulencias que debilitan el campo magnético terrestre. La hipótesis indica que en el exterior del núcleo el hierro comienza a moverse en remolinos, el campo magnético se debilita y finalmente se produce una inversión. Y los investigadores franceses y daneses han afirmado que en el extremo sur de África y en torno a los polos el proceso parece haberse iniciado, al menos los datos vía satélite han mostrado grandes espirales.

En los últimos 150 años el campo magnético se ha debilitado notablemente y es posible que esté en los inicios de una fase de inversión, pero el campo magnético de la Tierra es caprichoso y en cualquier momento el proceso puede retroceder.

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