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Piratas en teléfonos inalámbricos

1993/05/01 Otaolaurretxi, Jon Iturria: Elhuyar aldizkaria

Algunos usuarios se quejan de que en los
últimos tiempos le han llegado facturas de su teléfono. Hasta hace unos meses el motivo era llamar a 903 líneas telefónicas especiales, entre ellas eróticas, pero en la actualidad el riesgo puede ser otro: el teléfono inalámbrico residencial.

Igual tú también tendrás un teléfono de este tipo en tu casa. Es muy cómodo tener la base del teléfono conectada por cable a la red telefónica en una habitación fija y abrir la antena al aparato de toma en mano desde cualquier lugar (cocina, habitación, jardín o cualquier otra estancia). Por eso este tipo de teléfono ha tenido tanto éxito.

La ventaja es que estos aparatos tienen un gran riesgo: convertirlos en teléfonos públicos. Para utilizar esta base que usted tiene instalada en su vivienda, puede disponer de un aparato portátil con antena de cogerlo en su casa contigua o cualquier otra persona que circule por la calle, lo que le permite tomar un tono en línea desde la base de su hogar, pudiendo realizar tantas llamadas como desee por su cuenta. Las facturas las tendrás que consultar y pagar tú.

Para solucionar este error, los aparatos homologados tienen protección contra estos piratas, pero por supuesto son más caros. Por lo tanto, no es de extrañar que la gente compre aparatos fabricados en el sudeste asiático. Son mucho más baratas, pueden ser más estéticas en el diseño y casi siempre funcionan bien (la calidad del sonido es tan buena como la de los homologados). Además, en ocasiones, permiten una distancia mayor de la base fija a un micrófono portátil con antena que los homologados.

Sin embargo, en estos teléfonos inalámbricos la calidad del sonido y la distancia desde la base al micrófono portátil no son las características más importantes. La “seguridad de uso” es lo que tienen que tener estos aparatos, ya que a algunos de los abonados la compañía ha enviado facturas por piratas superiores al millón de pesetas (50.000 libras).

Veamos, pues, la diferencia entre aparatos homologados y no homologados. La clave del problema es conocer las bases fijas del teléfono (conectadas a la red), el micrófono portátil con antena (que se lleva en la mano a todas partes). El teléfono inalámbrico suele ser “coger”, abrir la antena o presionar un botón, pero el tono no es tan automático como en los teléfonos con cable convencionales. En el inalámbrico hay una conexión radiofónica desde la antena del aparato de mano a la base fija, con una banda de frecuencias suficiente y estrecha.

Como muchos tienen este tipo de teléfono, no es de extrañar que en el mismo barrio haya aparatos que utilicen la misma frecuencia. Si la base no identifica el aparato portátil de mano, es posible que en una casa se “coja” el teléfono (abra la antena de la mano) y que se obtenga la línea desde la base 3 o 4 de la zona. Con el fin de solucionar este problema, cada vez que se pone en marcha, el aparato portátil de mano para realizar o recibir llamadas emite su propio código. Este código lo compara la base fija con la que tiene en su memoria, y si son iguales, sólo si no.

Teóricamente no es posible que un aparato de mano pueda comunicarse desde una base diferente a la suya si está homologado. Aunque los códigos sean de cualquier tipo, el aparato debe tener al menos 10.000. La razón es que la probabilidad de que dos aparatos tengan el mismo código en el mismo lugar es muy pequeña. La casa Matra, por ejemplo, tiene un enlace numérico entre la base y el aparato de mano y puede realizar 64.000 combinaciones. Además, el usuario desconoce el código. El aparato es el único que “sabe” este código. Normalmente se encuentra en la memoria de la base desde donde se transmite al aparato de mano. De este modo, un usuario puede disponer en su hogar de más de un aparato portátil de mano sobre una sola base fija.

Los aparatos homologados tienen protección contra los piratas, pero por supuesto son más caros.

Cuando el aparato de mano está sobre la base (por ejemplo para cargar pilas), la base le transmite su código y éste lo recoge en su memoria. En muchos aparatos el código cambia de forma periódica. La base selecciona un número aleatorio y lo transmite al aparato portátil de mano.

En aparatos no homologados, el sistema de identificación entre la base y el aparato de mano es mucho más simple (los aparatos más baratos no disponen de ningún sistema de identificación). En la mayoría de los casos sólo tienen bandas de frecuencia diferentes. En Francia, por ejemplo, sólo tienen diez bandas y en una gran ciudad, piratear en teléfonos inalámbricos es bastante fácil. Basta con coger el aparato portátil de mano y pasear por lugares con muchas casas, industrias o comercios. El pirata extiende periódicamente al aparato de su mano la antena, y cuando llega el tono es señal de que ha “atrapado” alguna base. A partir de ese momento puede realizar todas las llamadas que desee desde la calle o desde el coche hasta donde quiera.

Hay que aclarar que la compañía telefónica siempre envía las facturas al titular de la base y que no tiene constancia del sistema de identificación que puede tener la base con el aparato de mano. Es muy difícil atraparlo cuando el pirata está haciendo lo suyo. Como máximo el titular de la línea verá que la línea está “ocupada” cuando no esté hablando. Lo único que puede hacer es cortar la comunicación, pero empezar a explorar los alrededores y atropellar al pirata le resultará bastante difícil.

Los que tienen aparatos no homologados en los teléfonos inalámbricos de su casa, por lo tanto, tienen que pagar llamadas que no sean de seguridad en línea.

La legislación y la jurisprudencia sobre estos problemas derivados de las nuevas técnicas no están suficientemente desarrolladas, y si se reclama a la compañía telefónica por el envío de facturas enormes, se puede conseguir una ampliación del plazo máximo de pago. Ten cuidado al comprar el teléfono inalámbrico.

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