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Cómo alimentar el mundo

2010/11/01 Galarraga Aiestaran, Ana - Elhuyar Zientzia Iturria: Elhuyar aldizkaria

En cuatro décadas, el mundo tendrá 9 mil millones de habitantes. Así lo calculó la Organización de las Naciones Unidas. Eso genera muchas preocupaciones. Uno, evidente, ¿cómo alimentar a todas esas personas? La crisis ha hecho que en los últimos tiempos haya cobrado especial fuerza esta pregunta, por lo que algunas organizaciones y expertos han abordado el tema. Y algunos también han tratado de responder a la pregunta.
Cómo alimentar el mundo
01/11/2010 | Galarraga Aiestaran, Ana | Elhuyar Zientzia Komunikazioa
(Foto: Bayer)

En la década de 1950, mil millones de personas estaban hambrientas en el mundo. En la actualidad, el número de personas sordas es similar; la diferencia está en las que reciben las calorías mínimas necesarias al día, pasando de los 2 mil millones a los 5,7 mil millones. Así, el catedrático de Bioquímica y Biología Molecular, Francisco García Olmedo, ha afirmado que en las últimas décadas se han producido "más logros que errores" en la producción de alimentos.

García Olmedo ha participado recientemente en el congreso celebrado en Bilbao por la asociación EurSafe. EurSafe es una asociación europea dedicada a la ética de la agricultura y los alimentos, y Global food security: Ethical and legal challenges ha sido el tema del congreso de este año (Seguridad alimentaria global: cambios éticos y legales). En su seno, el catedrático ha impartido una conferencia titulada Feeding nine billion people (9 mil millones de personas alimentando).

Tras la charla, Elhuyar ha tenido la oportunidad de realizar una entrevista. En su opinión, el hambre sigue siendo el principal problema de la humanidad y hay grandes desequilibrios, "pero a mí me parece positivo que el número de personas que han crecido tanto pero que se han hambriento no sea mayor que antes". Y para conseguirlo, considera que la contribución de la agricultura ha sido fundamental, especialmente la mejora genética de las plantas.

Existen muchos ejemplos de ello, como las variedades de trigo resistentes a la oxidación. Estas variedades se extienden por todo el mundo y provocan en muchos lugares duplicidades o triples productivas. En México, de 750 kilos por hectárea pasaron de 1950 a 3.200 kilos en 1970. Otro ejemplo es el éxito del arroz híbrido en China.

En otros casos, los cambios introducidos en la propiedad de la tierra o en el sistema de laboreo, como el riego o la fertilización, provocaron un aumento de la producción. En Argentina, por su parte, se han introducido dos tipos de cambios: la soja genéticamente modificada permite la agricultura de conservación, ya que la semilla es resistente al glifosato herbicida, por lo que puede sembrar directamente sin eliminar los restos de la cosecha anterior. Con este sistema, la soja transgénica se ha convertido en la base de la economía del país.

Después de la revolución verde

(Foto: Syngenta)

Todos ellos son ejemplos de la revolución verde. García Olmedo no tiene duda de que ha sido beneficioso: "la prioridad es alimentar a las personas, aunque esto tenga efectos secundarios. Además, aunque algunos creen lo contrario, las nuevas variedades necesitan menos tierra, agua y energía que las anteriores".

Por lo tanto, García Olmedo cree que la mejora genética y la biotecnología seguirán siendo "claves" en el futuro, aunque no será suficiente con ello: "La producción de alimentos para alimentar a 9 mil millones de personas debe incrementarse entre un 70% y un 100%, lo que no será posible sólo con transgénicos".

Así, entre otras tecnologías, García Olmedo ha anunciado la importancia de la agricultura de precisión.

Este sistema agrícola utiliza medios informáticos para medir todos los parámetros del suelo y saber exactamente qué cantidad de semillas, agua, fertilizantes y pesticidas se deben depositar en cada punto. "De este modo, por un lado, se aprovecha al máximo la fertilidad del suelo y, por otro, se reduce drásticamente el coste y el impacto ambiental", explica el catedrático. Y añade que la informática y la correcta gestión de los datos servirá también para combatir el cambio climático.

Más respuestas

Además de García Olmedo, otros investigadores han analizado el tema. Food Security: the Challenge of Feeding 9 Billion People (Seguridad alimentaria: Bajo el título Cambio en la alimentación de 9 mil millones de personas, la revista Science publicó en febrero un análisis. Entre los firmantes se encuentran investigadores de las universidades de Oxford, Stirling y Essex, la Oficina de Ciencia de Gran Bretaña y la empresa biotecnológica Syngenta.

Muchos investigadores creen que la aportación de la biotecnología será fundamental para satisfacer la necesidad de comida que supondrá el crecimiento de la población. Ed. : Syngenta.

Los autores del análisis consideran que la estrategia global deberá ser elaborada y aplicada, destacando cinco aspectos. El primero es "reducir la diferencia entre lo que los terrenos pueden dar y lo que entregan". Para ello, entre otras cosas, los factores técnicos que posibiliten la fertilidad (sistemas de riego, fertilizantes, maquinaria, pesticidas...) deberían estar al alcance de todos los productores y, posteriormente, el productor debería tener acceso al mercado global.

También se ha destacado la importancia de la tecnología genética. Han anunciado que en la próxima década se llevarán a cabo "complicadas transformaciones genéticas" y así se lograrán plantas resistentes a la sequía, por ejemplo. Además, se ha anunciado la creación de animales clonados inmunes a las enfermedades y plantas que permitan reducir las emisiones de metano a la atmósfera de lo habitual para alimentar a los animales. Sin embargo, advierten también de que si se exageran los beneficios de la biotecnología puede perder credibilidad.

Residuos, dieta y acuicultura

Continuando con el análisis, en tercer lugar se ha propuesto "reducir los residuos", ya que entre un 30% y un 40% de la comida se pierde tanto en países en desarrollo como en los industrializados. En los primeros, la falta de almacenes adecuados es la causa principal de pérdida; en los segundos, los factores de mercado, como los requisitos de aspecto o las fechas de caducidad demasiado estrechas. Para solucionarlo, los autores del artículo consideran que son necesarias inversiones para mejorar las infraestructuras y la tecnología, así como una adecuada formación y normativa.

Después, se han centrado en la dieta. Según ellos, la eficiencia de la transformación de la materia vegetal en materia animal es del 10%, por lo que parece evidente que con la misma superficie de tierra sería posible alimentar a más gente, en lugar de ser omnívoros, que todos sean vegetarianos.

Este argumento, sin embargo, ha sido considerado como una "simplicidad": muchas de las zonas utilizadas para el pastoreo de ganado no pueden convertirse en huertas; algunos animales, como los cerdos, crecen con restos de comida humana; tienen una gran importancia cultural y económica en muchos lugares. Sin embargo, hay países en los que se ha reconocido la conveniencia de reducir el consumo de carne y que este punto requiere un análisis exhaustivo.

Francisco García Olmedo, catedrático de Bioquímica y Biología Molecular, es miembro de varios comités científicos nacionales e internacionales. Pionera en España en la investigación de la transformación genética y en la creación de plantas transgénicas, ha trabajado durante muchos años en este campo en la Universidad Politécnica de Madrid. En la actualidad, además de la agricultura y la transformación genética, se ocupa también del cambio climático. Ed. : Ana Galarraga.

El último aspecto mencionado por los investigadores es la acuicultura. 3 mil millones de personas reciben el 15% de las proteínas que ingieren gracias a los peces y otros animales acuáticos y los investigadores creen que esta proporción puede incrementarse, sobre todo mediante la utilización de técnicas de transformación genética. Sin embargo, se ha considerado que hay que tener en cuenta los posibles impactos ambientales del desarrollo de la acuicultura.

Concluyen que el objetivo no es tan simple como aumentar la productividad. El objetivo es optimizar teniendo en cuenta la producción, el medio ambiente y la justicia social.

En otras publicaciones, como la revista Nature de julio, los expertos han llegado a conclusiones similares. Tienen claro que no hay soluciones únicas ni fáciles, pero todos destacan que la biotecnología jugará un papel fundamental en las próximas décadas. No obstante, puede ser conveniente recordar la observación realizada en el análisis del Science de que es peligroso exaltar demasiado la biotecnología, ya que la credibilidad de este tipo de tecnologías está en juego.

El caso del arroz de oro
La revista científica Nature publicó en julio una serie de artículos sobre la cuestión de la alimentación mundial. Entre ellos se encuentra el artículo de opinión Regulation must be revolutioned (Hay que volcar la normativa), cuyo autor es Ingo Potrykus, director del proyecto de arroz de oro.
El arroz de oro es un conjunto de variedades de arroz que contienen dos genes injertados de otra especie en Genoma. Gracias a estos genes, el arroz es precursor de 35 microgramos de vitamina A por gramo. Según Potrykus, si en lugar del arroz que comemos habitualmente tuviéramos la oportunidad de comer, se evitarían 6.000 muertes al día por falta de vitamina A.
Sin embargo, el artículo denuncia que aunque el arroz de oro está listo desde 1999, no llegará al mercado hasta 2012. De hecho, las plantas transgénicas deben superar largos y exigentes tests y protocolos burocráticos, lo que hace que el proceso desde la creación de la variedad hasta su comercialización se alargue enormemente.
Esto también tiene otra consecuencia, según Potrykus, que las instituciones públicas quedan al margen de la investigación de los transgénicos, con lo que las entidades privadas consiguen monopolio.
En este sentido, Potrykus ha solicitado en su artículo que se revise y adapte la normativa sobre transgénicos: "Así, dentro de 5 años podrían llegar al mercado algunas de las variedades creadas en los laboratorios públicos --el tapón de oro y el plátano de oro, o el arroz rico en hierro, zinc o proteínas - sin esperar 15 años o más".
Comer insectos, parte de la solución
La FAO, la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, ha invitado a abandonar los tabúes y a tomar insectos. De hecho, según Patrick Durst, responsable del Departamento de Silvicultura de la FAO, la recogida, procesado y comercialización futura de insectos puede tener una "gran importancia económica" en muchos países en desarrollo.
(Foto: Peter Halasz/Creative Commons/confesar y compartir bajo la misma autorización)
En la actualidad, los insectos son una fuente esencial de proteínas, vitaminas y minerales para los grupos de población más vulnerables de los países en desarrollo. El objetivo de la FAO es desarrollar esta costumbre tradicional para sacarle el máximo partido. Para ello tiene en marcha un proyecto de recopilación de información, identificación de insectos comestibles, un mejor conocimiento de su función en el ecosistema, un mejor procesamiento y conservación, así como un estudio de alternativas económicas.
Otro factor a favor de la entomofagia es el cambio climático, ya que Patrick Durst cree que los insectos podrían perjudicar menos que otros tipos de producción.
Galarraga de Aiestaran, Ana
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2010
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Agricultura; Biotecnología; Ganadería
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