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Trabajando la lógica

1993/08/01 Angulo, Patxi | Figueiredo, L. Iturria: Elhuyar aldizkaria

Hombre que nadie quería oír

Cuando el amigo entró en la oficina de su psicoanalista, el Aiete Street de San Sebastián, entró a hablar. Incluso cuando se tumbó en la divisa, se tumbó durante la conversación y mientras el psicoanalista se acomodaba en el sillón hablaba.

  • ¡Ay, señora doctora!, estoy triste, muy triste. El taxista que me ha traído me ha metido en reflexiones depresivas… ¡Es un taxista sordo, enfermo! He cogido el taxi en el Parque Gipuzkoa. Creo que el taxista estaba preocupado, y como no hablaba, me he alejado de mi preocupación contando mis dramas familiares, que conoces bien. A pesar de mis interesantes historias, el taxista no me ha respondido hasta que me ha dicho: “Señor, concluyo que quiero hablar conmigo por los movimientos de los labios, pero desgraciadamente eso es imposible, porque soy totalmente sordo y mi auricular no me ha funcionado todo el día”. Entonces me he alegrado y callado, y ahora te lo cuento a ti… ¿Por qué me ha deprimido este hombre?
  • ¿No crees que lo que te deprime es que ese hombre no quiere escuchar tus historias? -preguntó el psicoanalista por la facilidad con la que se ha liberado al taxista del paciente.
  • ¿Por qué dices eso?. ¿Quieres decir que no es sorda pero qué prueba tienes?
  • ¡Oh! Señor, eso es evidente.

¿Por qué es tan evidente? Si eres tú el psicoanalista, ¿cómo demostrarías que nadie quiere oír al paciente y que el taxista le ha engañado?

Barca

Un comerciante tenía que hacer un viaje de negocios. Tras subir toda la carga a una barca, se quedó a la espera del asistente. Después de unos minutos, el esclavo no aparece. Mientras tanto, la barca pensó que sería muy fácil conseguir que el comerciante desapareciera en aquel lugar tan extraordinario y robara toda su mercancía. Antes de pensarlo dos veces, la barca golpeó al comerciante con un golpe rápido y ahogó allí.

El asesino cogió la mercancía y la llevó a su casa. Después se fue a la casa del comerciante, llamó a salir y preguntó por qué el señor de la casa no se fue a la barca. Su mujer envió a los criados en busca de su marido, pero no encontraron rastro. Cuando preguntó al mozo del comerciante, éste le dijo que fue tarde al bote y que allí no había visto al señor de la casa.

La familia notificó la desaparición a la policía. Las policías, tras consultar a la barca y a los vecinos, no resolvieron el problema.

Finalmente el caso llegó a manos de un juez y sacó de la habitación a todos los implicados, excepto a la mujer del comerciante. Le preguntó a su mujer que le iba a contar, sin ocultar nada, lo sucedido desde el momento en que la barca se fue preguntando por su marido.

  • Pasó bastante tiempo desde que su marido se fue —dijo la mujer— hasta que apareció la barca y empezó a llamar. Antes de abrir la puerta preguntó en voz alta: “Ama de casa, ¿por qué no viene tu marido? Nos morirá”. Estas fueron sus palabras.

El juez envió a su mujer a casa y le interrogó a la barca. Esto repitió la versión de su mujer.

  • Bueno, entonces está todo claro -decía el juez sonriente. El comerciante ha sido asesinado y tú eres el asesino. Tú lo has dicho.
  • ¿Cómo? ¿Lo he reconocido yo? -gritó la barca sorprendida.

¿Cómo acertó el juez que el asesino fue la barca?

Fuego y llama

En mitad del mar hay una pequeña isla. El naufrago que ha llegado al lugar sólo ha encontrado una palmera y zarzas. Para agravar la situación, la isla está rodeada de tiburones hambrientos.

Un día se ha encendido el fuego en un extremo de la isla y desgraciadamente el viento sopla con fuerza en ese sentido.

¿Qué puede hacer el naufrago para no quemarse?

¡Por supuesto, Josetxo!

El azkoitiarra Josetxo, principal científico del espacio ekol-a31, recibió órdenes recién llegadas de la Tierra.

  • ¿Cuál es el objetivo actual, padre? -preguntó Nagore, una niña de 12 años.
  • Cerca del extremo de la galaxia encuentran un nuevo sistema solar. Tenemos que ir a investigar.
  • ¿Y hay vida en algún planeta?
  • Sí, me han dicho que hay vida en tres de los cinco primeros planetas más cercanos a la estrella principal.
  • ¿Cuál vamos a analizar primero?
  • Quinta. Nagore aplaudió.
  • ¡Qué emoción! Me pregunto si la vida allí está basada en el carbono. Josetxo levantó las cejas.
  • ¿Cómo sabes que el quinto planeta no es uno de los dos estériles?

Al escuchar la respuesta a Josetxo, la cara se doró.

¿Qué le respondió Nagore a su padre?

Calle oscura

Es una calle oscura. Muros y pavimento negro. No hay farolas. Hace mucho frío. Por el centro de la calle, un amigo anda con sus espigas. Tiene ropa negra. Sombrero y bufanda negro. Gafas negras delante de los ojos. No se ven ni los ojos ni los dientes. Desde la calle se le ha acercado un coche negro. El coche no tiene luz. El coche está a punto de atraparse. Lo impide.

¿Por qué el conductor se ha portado así?

Análisis imprevisto

  • La semana que viene os voy a hacer un examen -les dijo el viernes el profesor a los alumnos. Será por la tarde uno de los días laborables y será imprevisto. Además, si alguien me dice que sabe la fecha del examen, el examen no se realizará ese día. Jon el lunes por la mañana se acercó al profesor y le dijo:
  • El examen nunca se realizará. Está claro que el examen no tendrá lugar el viernes por la tarde, ya que lo sabríamos por la mañana. Pero, si no es viernes, será de lunes a jueves. No obstante, por el mismo motivo, tampoco puede ser el jueves. Así que sólo quedan tres días. ¿Para qué seguir? Nunca puede ser.

Sin embargo, el miércoles por la tarde el profesor hizo el examen.

¿Por qué? ...

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