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Asistencia continuada coordinada de urgencia médica

1998/05/01 Unanue, Txema | Ibarguren Olalde, Karlos Iturria: Elhuyar aldizkaria

Centro de comunicación, teléfono acompañante Historia clínica telefónica ASISTENCIA EN CURSO

La atención especializada sale del hospital

Al llamar al teléfono de emergencias y comprobar que a los 5 o 6 minutos entran en casa tres personas vestidas de verde, la reacción entre asombro y susto suele ser frecuente.

L. Elosegi

Cada uno en la mano bolsa, varios aparatos, bombona de oxígeno, etc. Cuando lo lleva, desde allí entran preguntando si han llamado al hospital y dónde está el enfermo. Inmediatamente después de superar la primera reacción y antes de llegar al hospital, al ver que se le ofrecen las principales cuidados en el mismo lugar donde se encuentra, también suele ser frecuente que se inicie la relajación progresiva.

Además de la historia clínica y la exploración, podemos realizar muchas pruebas que pueden ayudar, incluyendo el electrocardiograma. También podemos obtener tratamientos como fármacos, oxígeno, sueros, cardioversión de arritmias letales, respirador... Cuando la propia situación requiere otra cosa (análisis, radiografías, observación, hospitalización...) el paciente es hospitalizado.

Sin embargo, en este caso se pierde el tiempo y se pide que el paciente sea trasladado al hospital lo antes posible. Afortunadamente, cada vez son más los que entienden que se trata de un servicio especial que puede ofrecer sistemas de atención muy avanzados en el lugar del accidente o enfermedad, que un simple sistema de transporte.

Equipo profesional

Cuando vamos al hospital, no dudamos de que allí los profesionales nos hagan caso. Fuera de ello, consideramos normal ponerlo a disposición del voluntariado. Hay que tener en cuenta que después de un accidente grave la primera hora (no se le dice en vano la “hora dorada”) es la más importante y es entonces cuando se producen la mayoría de las muertes.

Es cierto que en muchos casos la muerte es inevitable, independientemente del tratamiento, pero en los casos en los que se pueda hacer algo, el conocimiento, la experiencia y los medios técnicos son fundamentales. Lo mismo puede ocurrir en casos de insuficiencia respiratoria, infarto agudo de miocardio (IAM), parada cardiopulmonar (RCP) o causas similares que hagan que el hospital se quede demasiado lejos. La primera tarea es evitar la muerte y también es muy importante que el enfermo llegue al hospital en condiciones adecuadas para acelerar su recuperación.

La Unidad Móvil de Atención Especial está preparada para ofrecer las principales atenciones en el lugar donde se encuentra el enfermo.
L. Elosegi

Los modelos de servicio varían en función de la plantilla de la ambulancia. En un vértice se coloca el modelo de los EEUU y en el otro el modelo del Estado francés. En la primera asisten los “paramédicos” con diferente nivel de formación y una vez estabilizada la situación del paciente, es trasladado siempre al hospital. En el segundo, los médicos y enfermeras que trabajan en el propio hospital asisten y solucionan el problema en los casos en los que sea posible; si esto no fuera posible, el paciente será trasladado al hospital y atendido por el mismo personal.

En la Comunidad Autónoma del País Vasco tenemos un modelo mixto. La Unidad Móvil de Atención Especial (UAI) está formada por personal auxiliar, enfermería y personal médico. El ayudante, además de conducir la ambulancia, participa directamente en la asistencia junto con la enfermera y el médico. A diferencia del Estado francés, no es personal que sale del hospital, sino de la misma ambulancia. Posteriormente, en el hospital se coordinará el trabajo y estarán en contacto, pero se encargará de otro grupo de trabajo.

Estas unidades se denominan ambulancia medicalizada, pero como hemos visto, el personal de la ambulancia es un equipo y su trabajo tiene carácter colectivo; sin el apoyo de los demás, el trabajo de un solo no tendría ningún sentido ni influencia y, por tanto, puede ser el momento adecuado para empezar a cambiar su nombre.

Un territorio, muchos modelos

La organización asistencial es un indicador de la fragmentación de nuestro país. En el norte, Bayona es el núcleo principal. En él se encuentran las ABUM y, aunque pertenecen a la policía, utilizan el helicóptero con frecuencia para la asistencia sanitaria. En Navarra Osasunbidea ha situado tres ABUMS en Pamplona, Estella y Tudela. En la CAPV, Osakidetza, por su parte, cuenta con cinco Territorios Históricos: Vitoria-Gasteiz, Laudio, Leioa, Valle de Trápaga y Donostia-San Sebastián; además, en Gipuzkoa Tolosa y Elgoibar Osakidetza cuenta con otras dos unidades concertadas con la cooperativa Gipuzkoa Ambulancias.

Aunque se pueden ofrecer varios tratamientos en el lugar, en cuanto al paciente debe ser hospitalizado. En estos casos, el objetivo principal es que el paciente llegue al hospital en las mejores condiciones posibles.
L. Elosegi

Como todo ello nos indica, todavía se tarda un poco más en llegar a determinados lugares y con el fin de mejorar el servicio, se está trabajando en dos áreas: por un lado, no se excluye la instalación de más ABUM y, por otro, se asegura la presencia de una ambulancia normal de asistencia básica, que ofrece una asistencia primaria hasta la llegada del servicio especializado. A veces la visión conjunta de los dos servicios genera ternura y asombro, pero sólo se busca mejorar los resultados.

Sin embargo, no debemos pensar que este nuevo servicio pueda hacer frente a cualquier problema. Al llamar al servicio de emergencias, el receptor de la llamada (médico u operador) decide, según el caso, la respuesta a seguir (ver cuadro inferior).

Asistencia en cualquier lugar

Analizando los servicios prestados por la ambulancia de Donostia-San Sebastián en los últimos seis meses de 1996, se observa que la mayoría de las asistencias estaban relacionadas con pérdidas de conocimiento (19%). A pesar de que entre ellas hay lipotimias sin angustia, pueden existir paradas cardiopulmonares u otras arritmias graves y, si se da una respuesta rápida, se ha conseguido estimular más de un año de parada.

En el segundo nivel se encuentran las disneas (17%) y en el tercero los accidentes (15,4%). En este último grupo es muy importante intentar estabilizar al paciente en su camino al hospital, ya que este servicio permite que muchos pacientes que morirían en el camino lleguen con vida. El servicio ABUM ha permitido aumentar el número de donantes de órganos ante la llegada de muchos enfermos en una situación conocida como muerte cerebral.

El personal de las ambulancias medicalizadas es prefesional.
C. Ibarguren

Los dolores torácicos (15%), los accidentes cerebrovasculares agudos (PCI) (2,5%) y el resto de patologías también son frecuentes en este servicio. Además, entre nuestras funciones se encuentra el traslado de enfermos de un hospital a otro, especialmente en aquellos casos en los que el enfermo grave requiera tratamientos, medidas de vigilancia o pruebas especiales.

Es cierto que con nuestras sirenas, ruidos, presas, etc. los conductores se ponen nerviosos y a menudo alteramos a los peatones, como nos demuestra más de uno con sus gestos representativos. Sin embargo, si lo que se ha visto alterado hubiera solicitado el servicio, el tiempo que tardaría en llegar sería inagotable, por lo que solicitamos su comprensión. Aunque muchos no lo creamos, intentamos dar una respuesta lo antes posible, pero movernos de un lugar a otro con rapidez, certeza y pocas molestias no es nada fácil.

“Emergencia Navidad”

Los centros de coordinación son el eje vertebrador de la asistencia de emergencia que se ofrece en la CAPV.
C. Ibarguren

Es el operador que ha cogido el teléfono a las 03:25 de la mañana. Al otro lado, el que está cargado de problemas y asustado ante un sistema que no conoce, y lleno de ansiedad, no puede dejar claro cuál es su preocupación: “la madre está mal, envía una ambulancia”. El operador pretende tranquilizar y aunque por motivos técnicos se interrumpe la comunicación, solicita el número de teléfono del llamante para poder atender la solicitud.

A pesar de su desconocimiento por parte de la mayoría de la población, estos centros de coordinación son el eje vertebrador de la atención de emergencias y de la urgencia que se ofrece en la CAPV. Hace 25 años, Osakidetza recogió las solicitudes de ayuda a través de los teléfonos de urgencia (Araba 945 24 44 44, Bizkaia 94 410 00 00 y Gipuzkoa 943 46 11 11) y creó los centros que atienden estas situaciones. En la actualidad, además, las llamadas sanitarias que se reciben en el servicio SOS-Deiak (008) se transfieren a los puestos de Osakidetza para que puedan ser atendidas en caso de accidente u otro.

En él se encuentran los operadores y médicos con experiencia en servicios de urgencias. En función del problema y tras analizar la posibilidad de que el paciente se acerque a un centro sanitario adecuado, se facilita una respuesta adecuada: envío de personal o respuesta telefónica.

“¿En qué puedo ayudarte?”

Una de las ambulancias medicalizadas de Osakidetza en la CAPV.
C. Ibarguren

Una vez recibido el teléfono del llamante, el operador pasa la llamada al médico explicando los motivos de la consulta. El médico abre entonces una breve historia clínica: cuál es su edad, qué le pasa, qué enfermedades ha padecido antes, si ha tenido algo similar antes, si está tomando medicamentos...

Para poder decidir cuál es la mejor manera de afrontar el problema, el médico necesita información y le pide todos estos datos. Los modelos de atención que puede gestionar desde ella son:

  • Médicos y enfermeras de urgencias domésticas.
  • Unidades Móviles de Atención Especial (U.T.M.) con médicos, enfermeras y auxiliares.
  • Ambulancias básicas: Red de transporte sanitario de urgencia (LOGS) y concertadas.

La consulta no siempre se resuelve enviando el médico a casa. También pueden ser adecuadas otras pruebas (radiografías, análisis, etc.) traslado a un centro sanitario para su realización. Cuando las circunstancias lo requieran, se puede movilizar una ABUM con especial atención.

“No te preocupes, en 5 minutos tendrás ayuda”

La ambulancia medicalizada está preparada para responder adecuadamente a la emergencia.
C. Ibarguren

Nos dice que el paciente es broncopata de 75 años y que aunque tome medicamentos, la agudeza respiratoria no ha mejorado. El médico coordinador decide enviar una ABUM. Sin embargo, antes de colgar el teléfono, se le informa del ejercicio físico que puede mejorar su estado hasta que llegue la ambulancia para tomar otras dos dosis del medicamento que toma. Su dotación analizará la medicación y el tratamiento de oxígeno y valorará si el paciente es hospitalizado.

A través del teléfono o radio, el centro de coordinación se pondrá en contacto con las unidades móviles. Se les explica el motivo de la consulta y se les facilita los datos del paciente y el resto de información necesaria para el correcto desempeño de su trabajo. Posteriormente, una vez finalizado el servicio, la ambulancia comunica al centro el diagnóstico y tratamiento.

De hecho, el centro hace de puente entre la ambulancia y el hospital: cuando llegan enfermos con procesos graves, todo debe estar preparado en el hospital, sin perder el tiempo que puede ser vital.

“UTE 3.602”

La ambulancia medicalizada por radio se pone en contacto con el centro coordinador: “llevamos al Hospital Arantzazu al paciente con insuficiencia respiratoria aguda”. Abandonará al paciente y posteriormente recogerá en el parte de incidencia el diagnóstico preciso, el tratamiento domiciliario y de la vía y otros datos.

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