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El tesoro más preciado del mar: marisco o marisco

1999/01/01 Lorenzo, Arantza | Uranga, Ane Miren Iturria: Elhuyar aldizkaria

En esta ocasión hablaremos de las Navidades que acabamos de pasar y del preciado marisco de la mayoría de las celebraciones especiales. Como los antiguos griegos y romanos degustamos sus deliciosos sabores. También nos ofrecen una oportunidad única, tanto en forma sencilla como compleja, como en crudo, cocido, a la plancha, frito… o en caldo, en ensalada y otros muchos platos.

Los mariscos son animales marinos invertebrados que se agrupan en dos grupos: crustáceos y moluscos. Los crustáceos se caracterizan por su cubierta dura o blanda, dos antenas y patas simétricamente separadas (no siempre es la misma). Pertenecen a este grupo las gambas, langostas, langostinos, castillos, cigalas, cangrejos, bogavante, centollo, nécora, percebe e buey de mar. Los moluscos, por su parte, son animales de tegumentos blandos, generalmente cubiertos de concha simétrica. Almejas, mejillones, lirones, berberechos, ostras, vidrios, lapas, coquillas y caracoles de mar son moluscos de estas características, y aunque su aspecto es diferente, los calamares, los pulpos y el sepia también son moluscos.

El primer requisito para poder consumirlo es que sea FRESCO, ya que se estropean muy rápido. Por eso, come el mismo día o, como mucho, al día siguiente y si tu intención no es así, congélalo cuanto antes.

A continuación os damos unos sencillos consejos a tener en cuenta a la hora de preparar el marisco. Antes de prepararla, se deja en salmuera durante un tiempo, dejando la arena que pueda tener. Si vas a comer crudo, ¡ojo! Puede contener bacterias que pueden perjudicar la salud. Si tienes que cocer, tiene muy poco tiempo hasta que abras las valvas. Por otro lado, te informamos de que los crustáceos con corteza dura deben comprarse vivos y ebullición en agua salada y tener más tiempo que el resto, especialmente langosta y bogavante. Los moluscos pequeños como gambas, langostinos, etc., a la plancha también son ricos.

En cuanto a las características nutricionales, todos los mariscos son aptos, pero no pienses que los mejores son los más pagados. De hecho, los más baratos (mejillones, almejas, almejas y calamares) son los más ricos en hierro, selenio, yodo y zinc. Los mariscos, al contener proteínas, se clasifican en alimentos plásticos, pero hay que tener en cuenta que para las personas con un alto nivel de ácido úrico este tipo de proteínas es malo. Por otro lado, no aportan mucha energía, porque tienen muy poca grasa y no contienen hidratos de carbono.

Para finalizar, no vamos a decir que haya que comer cada semana un plato de marisco, pero ofrecen una gran oportunidad como acompañamiento de algunas comidas, como el arroz o los spaguetis con mejillones, en cualquier salsa de pescado con almejas y almejas, o simplemente, como más os guste o mejor.

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