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Inmortalidad

2005/02/04 Roa Zubia, Guillermo - Elhuyar Zientzia

El hombre muere, es decir, acaba su vida a través de la muerte. Y para ser descendientes tiene que reproducirse necesariamente antes de morir. Pero en el caso de la bacteria es diferente: se divide en dos partes para reproducirse y las dos que se han formado son las siguientes. El original, la bacteria 'madre', no muere, pero desaparece a través de este proceso. Por ello, los biólogos han considerado que las bacterias son inmortales o que, al menos, su ciclo de vida no termina con la muerte.

Esta idea ha sido puesta en cuestión por un grupo de investigadores franceses. Han trabajado con la bacteria Escherichia coli, una conocida bacteria en forma de bastón. Esta bacteria, para dividirla, realiza una copia de todos sus componentes y una vez formadas dos copias se separan físicamente. De alguna manera, un ejemplar recoge material antiguo y el otro copia nueva.

Pero a partir de ahí, los dos ejemplares no crecen a la misma velocidad; el que ha recibido el material antiguo crece más lentamente. En cierta medida, el propietario de la nueva copia tiene un metabolismo más efectivo. Una y otra vez divididos, el material más antiguo puede perder su capacidad reproductiva y llegar a morir. La supuesta inmortalidad bacteriana, por tanto, está en peligro.

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