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La era de la globalización, ¡también de las plantas!

2003/01/26 Imaz Amiano, Eneko - Elhuyar Zientziaren Komunikazioa

¿Qué ocurre cuando se introducen en un ecosistema especies que son naturales? ¿Los ecosistemas tienen flexibilidad para hacer frente a estas penetraciones o, por el contrario, los recién llegados causan daños irreparables? ¿Se perderá algo especial para siempre? ¿Importa? Las respuestas pueden ser de dos extremos. En definitiva, es preciso analizar en cada caso el ecosistema en el que se integra.
La Cortaderia selloana se está convirtiendo en solar costero, roturado y dominante en taludes en detrimento de sus plantas colonizadoras.
Eneko Imaz

Las especies más conocidas son los casos de animales (cangrejos, visones…). Pero las plantas también están ahí, y muchas no son santos. Muchas de las plantas que utilizamos para alimentarnos o adornar son de origen externo. Sin embargo, algunos de estos usos se han “escapado”, naturalizado y algunos se han convertido en invasores.

La mayoría de las especies vegetales exteriores son herbáceas anuales o plantas persistentes bien adaptadas a medios modificados. Y la mayoría no genera riesgos para la conservación de la flora autóctona. Sin embargo, hay plantas exteriores que se han convertido en muy peligrosas para las plantas locales.

La proliferación de viajes, los desplazamientos internacionales, la proliferación de jardines y jardinería, así como la introducción de nuevos cultivos, facilitan la difusión de plantas invasoras. La transformación del entorno también facilita notablemente la introducción de plantas exóticas, ya que, en general, son más vulnerables a la invasión de entornos con grandes transformaciones. Además, se está convirtiendo en un problema mundial, ya que en todos los lugares proliferan las plantas alóctonas, especialmente en las islas (el 50% de la flora de Nueva Zelanda es foránea), en zonas de clima benigno (la vertiente cantábrica de la CAPV, por ejemplo, con temperaturas suaves y precipitaciones relativamente abundantes), muy humanizadas y muy modificadas.

En concreto, en el País Vasco la importancia de la transformación del entorno es notable. No hay más que ver dónde aparecen predominantemente las plantas invasoras: en las márgenes de los caminos, en los roturos, en las tierras movidas, en los márgenes de los ríos y arroyos, en la costa… En definitiva, los invasores se valen de zonas donde las comunidades vegetales locales han sufrido algún daño.

Características principales

Buddleja davidii (arriba) y Reynoutria japonica (abajo) aparecen en las orillas de los ríos. La primera es más abundante en los márgenes que en los jardines. La segunda se ha multiplicado en los últimos años, incluso en los prados. (Foto abajo: Eneko Imaz).

Desde el punto de vista de las plantas invasoras, la más eficaz es el rápido crecimiento, la madurez y la abundancia de semillas. Además, suelen ser especies pioneras, que vivían en un clima similar en el territorio de origen y que proliferan sin enfermedades ni competencias propias de los lugares de origen. En definitiva, las plantas que triunfan en territorios alejados del original se convierten en invasoras. Y al convertirse en invasores pueden impedir o eliminar el desarrollo de la vegetación local. Por ejemplo, la Reynoutria japonica, que tanto ha aumentado en los ríos de Gipuzkoa, utiliza la sombra para alejar a la competencia.

Invasores en RD

La primera investigación sistemática sobre el tema se publicó en 1997. De las 236 especies que allí se mencionaban, 67 estaban asentadas en comunidades naturales o seminaturales, de las cuales 11 fueron clasificadas como peligrosas. Posteriormente, en el año 2000 se han citado 393 especies exóticas, de las cuales 15 han sido calificadas como muy peligrosas. En el año 2001 en la reserva de la biosfera de Urdaibai se mencionan 111 especies vegetales exóticas en el informe al respecto.

Si bien las especies perecederas exteriores aparecen dispersas por todo el País Vasco, la práctica totalidad de las especies totalmente arraigadas se encuentran en la vertiente atlántica y aparecen, principalmente, en las zonas más templadas. En definitiva, en la vertiente con más clima benigno (precipitaciones relativamente abundantes y temperaturas suaves a lo largo del año) y presión humana (abundantes roturos, márgenes de carreteras, solares…).

Son muchas las plantas invasoras de RD (sólo hay que ver los números anteriores), pero vamos a citar cuatro ejemplos de las fotografías. La cortadería selloana se ha convertido en una práctica costera muy habitual. Originaria de Sudamérica, se utiliza en jardinería por su espectacularidad. Buddleja davidii es originaria de Asia. Posee llamativos conjuntos florales, muy apropiados para la jardinería. Está muy extendida. Paralelamente, Reynoutria japonica ha invadido con fuerza numerosos márgenes fluviales, especialmente en Gipuzkoa. Originario de Japón, se ha utilizado en jardines. Su capacidad de regeneración a partir de fragmentos de raíces hace que su extensión sea muy fácil debido al movimiento de tierras. Por último, mencionaremos la falsa acacia ( Robinia pseudoacacia ). Este árbol, de hecho, pertenece a Norteamérica y ha sido utilizado en el sector forestal, ya que su madera es muy adecuada para la construcción de estacas.

¿Alguna solución?

Aunque parezca un paisaje bien conservado, en la falda anterior predominan las matorrales, el principal árbol invasor europeo.
Eneko Imaz

Sí. Para ello sería necesario una normativa o legislación adecuada, trabajar contra las plantas invasoras y, cómo no, concienciar y colaborar con los sectores que trabajan con ellas (por ejemplo, silvicultura y jardinería). En Europa, a diferencia de EE.UU., no existe legislación específica para regular la entrada de plantas exóticas y mucho menos para hacer frente a las que se han convertido en invasoras.

Sin embargo, en algunos lugares, debido a la gravedad del problema, ya se han iniciado los intentos de imputación de estas plantas. En general se utilizan métodos mecánicos (destrucción de plantas), de manejo (ganadero o agrícola), biológicos (lucha biológica) y químicos. Eso sí, esos intentos serán un mero intento si no se regulan los desplazamientos de las plantas… o si la respuesta a la última pregunta de entrada es ‘no importa’.

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