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Tejidos humanos: del almacenamiento a la producción

1999/01/01 Imaz Amiano, Eneko - Elhuyar Zientziaren Komunikazioa | Kortabarria Olabarria, Beñardo - Elhuyar Zientzia Iturria: Elhuyar aldizkaria

Los tejidos humanos y los órganos han dado mucho que hablar últimamente. De hecho, las noticias de los últimos avances han llegado a un ritmo vertiginoso. En primer lugar —y la noticia más sencilla— Osakidetza anunció su apuesta por un único banco de tejidos humanos. Al cabo de unos días se publicó un estudio que permitía crear bancos de tejidos y crear órganos. Y no se acabó con esto, sino que también se difundió la noticia de dos investigaciones que posteriormente consiguieron crecer los tejidos. Por lo tanto, la investigación va saltando: de la conservación de los tejidos a la conservación de los órganos y de la mera conservación a la proliferación celular, es decir, a la creación de vida. En la Comunidad Autónoma del País Vasco aún no se ha producido ningún incremento de los tejidos humanos, pero se conservan desde hace tiempo. Hasta ahora han estado en algunos hospitales y a partir de enero se van a almacenar en un único banco: Centro Vasco de Transfusiones de Galdakao. Por tanto, a partir de ahora la gestión de los tejidos humanos necesarios para los trasplantes se realizará en dicho centro. Al igual que en Euskal Herria, existen bancos de tejidos en todo el mundo. La innovación fue en su día, pero ahora no. Pero los científicos continúan investigando con un objetivo concreto: desarrollar bancos de órganos humanos. Aquello que no era más que una idea puede ser una realidad en poco tiempo.

Centro Vasco de Transfusiones

Necesidad de unificar el servicio

A pesar de la repentina aparición de la noticia, la centralización del servicio de conservación de tejidos humanos no se ha hecho de un día para otro, se empezó antes y se veía la necesidad de reunirse en un lugar. En este caso, se considera que el sistema que garantice la calidad en todos los procesos de conservación de los tejidos humanos se controlará adecuadamente desde la recepción del material hasta el desarrollo del proceso de congelación y finalización del plazo de conservación.

De hecho, el Centro Vasco de Transfusiones está orientado a todos estos procesos, ya que el único cometido de los que trabajan en el mismo es llevar todo el sistema de forma adecuada. Otro tanto puede decirse de la demanda, ya que la centralización del servicio facilita que en todo momento haya de todo, ya que lo que falta se puede pedir. Hasta ahora ha ocurrido que en un hospital, por ejemplo, haya sobrado algún tipo de tejido humano y que falte en otro.

También se argumentan razones económicas para el cambio. Sólo hay que seguir la lógica para darse cuenta de ello: menos frigoríficos, menos gastos de mantenimiento, etc. En el Centro Vasco de Transfusiones de Galdakao se guardarán los tejidos obtenidos con la autorización de los donantes: huesos, tendones, córneas, piel, válvulas cardíacas y segmentos vasculares. Sin embargo, la simple autorización de los donantes no es suficiente para garantizar la donación de los tejidos, ya que para evitar infecciones se realiza un estudio exhaustivo a cada donante, por supuesto, antes de la intervención también se realizan estudios al receptor.

Conservación de tejidos

El tema de los permisos es necesario porque los tejidos se obtienen de dos fuentes: personas vivas y cadáveres. De los supervivientes se extraen huesos blandos, generalmente cabezas de fémur, válvulas cardíacas extraídas de trasplantes, piel y material para autoinjertos, mientras que tendones, huesos grandes, grandes cantidades de piel, córneas, etc., se extraen de los cadáveres. Una vez obtenidos los tejidos, antes de ser entregados a otra persona, deben almacenarse, siendo esta la principal tarea del banco de tejidos. No todos los tipos de tejidos se conservan por igual, cada uno tiene su forma.

Huesos, tendones y tejidos de cartílago

Se limpian antes de guardarlos y se conservan en suero salino eliminando los tejidos blandos. Los huesos y tendones se almacenan en envoltorios inertes, impermeables, diseñados para soportar ambientes fríos y esterilizados. Antes de guardar los tejidos, o al guardarlos en función del tejido, se introducen en soluciones que contienen albúmina o antibióticos. Para el almacenamiento de los tejidos de cartílago, para evitar la muerte de las células a bajas temperaturas, es imprescindible el uso de soluciones anti-frío.

La crioconservación es el sistema más utilizado para almacenar huesos, tendones y tejidos de cartílago. La temperatura óptima para la conservación no es conocida con certeza, ya que el cierre y ampliación de los frigoríficos presenta serias incidencias, aunque los expertos de Osakidetza recomiendan mantener una temperatura inferior a -80ºC. La congelación se puede hacer utilizando nitrógeno líquido o refrigeradores eléctricos, por supuesto con medidas de seguridad. Los tejidos almacenados en frigoríficos deben estar almacenados un mínimo de tres semanas (tiempo mínimo para obtener resultados de análisis) y un máximo de un año, mientras que los congelados con nitrógeno líquido no tienen límite de tiempo. Para la utilización del tejido helado se permite mantenerlo a una temperatura máxima de 4 ºC durante 24 horas, pero no a partir de ahí. Existen otros sistemas de congelación de huesos, tendones y tejidos de cartílago, pero aquí no se utilizan.

Portada

En la Comunidad Autónoma del País Vasco sólo se realizan trasplantes de piel en el hospital de Cruces, por lo que la piel que se almacenará en el Centro Vasco de Transfusiones será extraída y recibida en el hospital de Cruces. La piel llega al banco de tejidos tras pasar los controles habituales. Los injertos de corteza pueden realizarse tanto en piel fresca como en crioconservación. La piel fresca se almacena en contenedores cerrados a una temperatura de 4ºC y puede mantenerse en el frigorífico durante un máximo de dos semanas. Cuando se almacena en crioconservación, la piel entra en varias disoluciones entre -70ºC y -196 ºC.

No se dispone de un tiempo de conservación específico para la superficie así almacenada, ya que depende de las posibilidades del almacén. Para su traslado a quirófano se puede llevar en nitrógeno líquido (-196 ºC), vapor de nitrógeno (-130 ºC/-180 ºC) o hielo seco (-50 ºC/-70 ºC). La superficie fuera de uso, sin crioconservantes, puede mantenerse durante una semana a una temperatura de 4ºC. Para eliminar el hielo, la corteza en las bolsas se hace sumergiendo en agua a una temperatura de 37ºC. Posteriormente se introduce en soluciones estériles formadas por sales para su limpieza.

Córneas

Se almacenan en solución aséptica a una temperatura de 4 ºC y pueden conservarse hasta 15 días.

Válvulas cardíacas y segmentos vasculares

Para la conservación de las válvulas cardíacas y de los segmentos vasculares, en general se utiliza el mismo sistema de almacenamiento óseo, pero utilizando crioprotectores para evitar su deterioro. El proceso comienza en el frigorífico programado, bajando lentamente la temperatura hasta alcanzar los -120ºC. En ese momento se introducen en el nitrógeno líquido.

Banco de tejidos a quirófano

Los tejidos almacenados en el Centro Vasco de Transfusiones se utilizan en quirófanos cuando es necesario: córnea en trasplantes, cirugía tumoral, artrosis, quemaduras, etc. Aunque existen excepciones, en general se llevan descongelados en las cajas y pueden usarse 24 horas después si se almacenan a una temperatura de 4ºC. Los cirujanos deben solicitarlos y llevar un control exhaustivo sobre lo que se ha pedido, cómo está, cómo se le ha dado, quién lo ha pedido, cuándo, cuánto… y muchos más detalles. Este rigor tiene un único objetivo: saber qué ocurre en cada momento con cada pieza, lo que puede garantizar el éxito de las operaciones.

HACIA UNA REALIDAD BANCARIA DE ÓRGANOS

Hace un tiempo que en un museo resucitaron unos tardigrados (animal acuático de hasta 1 mm) que permanecieron secados durante 120 años. Estos animalitos pueden sobrevivir durante mucho tiempo eliminando la mayor parte del agua del cuerpo y ese es el camino que los científicos quieren utilizar. De hecho, hasta ahora se han conservado los órganos en medio frío, lo que genera problemas al dañar las células de los tejidos. Así, los órganos no pueden almacenarse más de 30 horas y en el caso de los corazones y pulmones el plazo de conservación es de sólo 4 horas. El querer almacenar el agua de los órganos también causa el mismo o mayor daño.

Ahora, un grupo de investigadores japoneses ha seguido el patrón de los tardigrados para guardar los corazones de rata durante 10 días y volver a ponerlos en marcha. Al ver que los tardigrados utilizan el azúcar denominado trehalosa para estabilizar las células de sus tejidos, Kunihiro Seci y sus compañeros de la Universidad de Kanagawa han utilizado este mismo azúcar en sus ensayos. El agua de los órganos fue extraída con una solución de trehalosa y depositada en silicagelas. A continuación, se retiraron y se almacenaron en recipientes herméticos rellenos de perfluorocarbonos biológicamente inertes a 4 ºC.

Diez días después, se calentaban y en media hora volvían a latir, demostrando que las mediciones de la actividad eléctrica se mantuvieron inocuas. Los siguientes pasos serían confirmar la inocuidad por autopsia, almacenar los órganos al menos durante un año y, por último, ensayar con los órganos humanos. Si esta metodología prosperase supondría un gran avance en la creación de bancos de órganos humanos, lo que facilitaría mucho las cosas a la hora de realizar trasplantes.

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