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Una vida sorprendente en los desiertos

2000/12/24 Mendiburu, Joana - Elhuyar Zientziaren Komunikazioa

Es cierto que los desiertos son lugares sedientos, pero no son muertos. A pesar de que la vida es relativamente escasa, algunas plantas y animales han conseguido adaptarse a estas condiciones que para nosotros son duras, utilizando diversas estrategias. Sin embargo, no todos los desiertos son iguales, con diferencias significativas en cantidad y temperatura de agua. En total, los desiertos ocupan una superficie de 25 millones de km2 y su biodiversidad es importante.

Todos los
desiertos se caracterizan por la escasez de agua. Se entiende por desierto el terreno que recibe menos de 250 mm de lluvia al año, pero para medir la aridez hay que tener en cuenta la temperatura y la frecuencia del cuchillo, que son los responsables de la evaporación. El segundo factor a mencionar al hablar de desiertos es la temperatura tan importante como el agua. De hecho, aunque a menudo relacionamos los desiertos con el calor, algunos desiertos son muy fríos. Aquí sólo mencionaremos los desiertos cálidos, ya que en los desiertos fríos apenas hay vida. Sin embargo, si hasta ahora hemos tenido el desierto como un ecosistema homogéneo, cada vez está más claro que dentro de un desierto pueden existir muchos microclimas que van cambiando cada año.

La
deriva continental y la creación de cadenas montañosas han ido modificando la ubicación de los desiertos. Los desiertos actuales se localizan en latitudes entre 15º y 30º hacia el norte y el sur del ecuador y alrededor de los trópicos de Cáncer y Capricornio (ver mapa).


Estrategias vegetales

Para hacer
frente a la dura vida en los desiertos, plantas y animales han tenido que desarrollar una vida estratégica. En los desiertos se pueden encontrar multitud de técnicas sorprendentes para aprovechar al máximo el agua y evitar el calor.

Las
plantas desérticas han sufrido cambios físicos y comportamentales para adaptarse al calor y a la aridez extrema. Para reducir la zona de sudoración, la fotosíntesis la realizan, en lugar de las hojas, tallos y ramas adaptadas. Así, estas plantas no tienen ningún inconveniente en reducir el número de hojas o en convertirlas en espinas. Estas últimas son también defensa contra los fitófagos. Además, para absorber el dióxido de carbono necesario para la fotosíntesis, algunas plantas abren las estombas sólo por la noche, cuando la pérdida de agua es menor. Las raíces también están adaptadas a la aridez. Para absorber la mayor cantidad de agua posible durante la lluvia suelen ser muy extendidas y poco profundas. La planta más conocida adaptada a esta situación es el cactus.


Otra estrategia antiduría es el desarrollo de raíces largas y profundas. El calabaza que aparece en los desiertos arenosos, por ejemplo, tiene raíces de 40 metros de longitud. Hay plantas que combinan diferentes estrategias. Por ejemplo, la planta denominada Creosote tiene dos tipos de raíces profundas y superficiales para absorber agua por todos los rincones.


Por último, algunas plantas prefieren escapar antes que resistirse al deshielo. En épocas de sequía prolongada, a la espera de la lluvia, se dormen y se ocultan. Después de cada lluvia intensa, con una velocidad inmejorable, crecen y florecen. En esta época su principal cometido es dispersar las semillas para que la especie perdure. En el momento en que la sequía vuelve a imponerse, el desierto vuelve a su antigua vida oculta.

Los animales también sus técnicas

La
aridez es dura para todos los habitantes del desierto, pero los animales pueden tener más problemas que las plantas ya que reciben calor no sólo de las radiaciones solares, sino también del sustrato. Sin embargo, a diferencia de las plantas, los animales pueden moverse y, por supuesto, eso es una gran ventaja. Los animales de mayor tamaño, como los camellos, los perros o los elefantes, en busca de agua y sombra, pasan por oasis y pozos, pero para los animales más pequeños es imposible caminar así. Por eso, para superar el calor sobrante, muchas serpientes, roedores y mamíferos se han convertido en nocturnas. Durante el día se esconden en cuevas y refugios hasta el disfrute de la temperatura. Los pájaros, por su parte, no pueden hacerlo y utilizan otra técnica para refrescar un poco. Se orientan hacia el cielo, tras abrir la boca y espirar, para recuperar el agua que se evapora, con una sorprendente rapidez, se vuelcan sobre el agua evaporada. Algunos mamíferos, como el fen, han desarrollado extensiones para dispersar el calor corporal.

Por
otro lado, muchos animales desérticos han tomado el color del sustrato para absorber menos calor y que los depredadores no sean tan fácilmente reconocibles. Sin embargo, hay animales oscuros como el buitre negro. Este buitre utiliza la orina para reducir el calor que absorbe. Realiza la orina sobre la pierna, de forma que se consigue enfriar la sangre que se dispersa por todo el cuerpo.


Cada uno consigue a su manera calmar las temperaturas extremas, pero eso no es suficiente, hay que hacer frente también a la escasez de agua. Los principales absorbentes de agua son las plantas, que además de tener las raíces adecuadas, tienen la capacidad de recoger agua de la niebla y el rocío. La mayoría de los animales obtienen agua de los alimentos y los insectos de las plantas y los pájaros y reptiles de los insectos. Sin embargo, el agua que consiguen así no siempre es suficiente para todos los animales y han desarrollado muchas técnicas especiales. Por ejemplo, algunos mamíferos tapan al máximo el orificio que pasa el día para mantener la humedad que desprende de las vías respiratorias y recuperarla mediante órganos especializados. Algunos reptiles, gracias a unos tubos microscópicos que tienen en los riñones, recuperan parte del agua de la orina y la redirigen a la sangre. Así, los reptiles y los pájaros hacen una orina mucho más concentrada, reduciendo la pérdida de agua.

Son
sólo algunos ejemplos de la complejidad real de estas extensas áreas áridas que parecen escasamente habitadas. Para hacer frente a la cada vez más grave escasez de agua para nosotros, quizá todos tengamos que aprender de todas estas técnicas

Publicado en el suplemento Natura de Gara

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