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Destrucción arbórea en la península ibérica

1993/02/01 Elhuyar Zientzia Iturria: Elhuyar aldizkaria

C. M. El investigador forestal Brasier ha anunciado en la revista “Nature” la catástrofe arbórea que se está produciendo en el suroeste de la península ibérica y ha considerado conveniente resumir lo expuesto en las siguientes líneas.

Un grupo de alcornoques, encinas y árboles de su género enferman y matan a lo largo de la península ibérica. En 1991 se registraron 1.050 focos principales de enfermedad en 2,2 millones de hectáreas analizadas en el suroeste español. Entre ellos se detectaron 265 focos del “Parque Natural de Alcornocales”, situado en Andalucía, con una superficie total de 21,4 ha.

Más de la mitad de los árboles presentes en las zonas de enfermedad estaban enfermos o muertos. Un fenómeno similar se está produciendo en el sur de Portugal, Italia, Marruecos y Túnez.

La mortalidad que se produjo a partir del año 1900 en el centro y este de Europa, dentro del género Quercus, y también en el Mediterráneo, se ha atribuido a la sequía, la contaminación y el ataque de insectos y hongos.

Siguiendo la invitación de la Ministra Agraria Española y la Universidad de Algarve desde mayo de 1991 hasta marzo de 1992, he explorado algunos lugares de la Península Ibérica en los que el arte ha bajado. Los síntomas y la distribución de la enfermedad indicaban que el culpable podía ser el hongo Phytophthora. Los árboles morían de repente, uno o dos años. La muerte se producía en grupos situados junto al río, en valles y en depresiones.

En ocasiones la causa de su desaparición fue atribuida a la erosión del agua de lluvia invernal o al arado de la tierra, y cuando la desaparición es crónica se atribuye a la esterilidad de la tierra. En esta última situación se deterioran también los matorrales de las tierras.

Los árboles que están a punto de morir en suelos secos tienen algunas ramas muertas en las raíces. Con el uso de un determinado beita de manzana y antibióticos, se consiguió aislar el patógeno Phytophthora cinnamomi. Se consiguió aislar este patógeno en once de las treinta zonas estudiadas. En las tierras secas es muy difícil aislar este patógeno y nosotros también triunfamos, sobre todo en las tierras húmedas.

Phytophthora cinnamomi es un patógeno más polifago que actúa sobre raíces a 25-30ºC. Se cree que el origen es de Nueva Guinea y el hombre ha sido el distribuidor más importante. Los daños producidos son los bosques de eucalitus del oeste de Australia y los restos de castaños ocurridos en el este de los EEUU hacia 1900. Hacia 1940 se extendió a Europa, creando una gran epidemia en los castaños.

El patógeno que ha llegado a España y Portugal se ha encontrado con nuevas tierras aradas e inviernos secos, además de haber sufrido los ataques de insectos y otros hongos a medida que los árboles se han debilitado.

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