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Ciencia en Bizani. Medicina

1987/12/01 Bandres Unanue, Luis Iturria: Elhuyar aldizkaria

La creación de la medicina bizanziana está estrechamente relacionada con la escuela de Alejandría. Como sabemos, III. Desde el siglo VII. Alexandria fue el lugar de mayor importancia en medicina artística.
Filósofo.

A pesar de ser la primera quema de su Biblioteca en el año 390, su influencia prosiguió y en ella la unión total de ciencias y filosofía (contrariamente al comportamiento griego) dio lugar a un ambiente muy propicio para el desarrollo de la medicina.

En este ambiente se respetaba el empirismo ecléctico, y se adecuaban las aportaciones de sirios, egyptianos, judíos y cristianos. Sin embargo, con el paso del tiempo y debido a las condiciones políticas, día a día la nueva capital, Constantinopolis, cobraba mayor importancia y los hombres y médicos culturales más prestigiosos acudían a vivir y trabajar allí.

Mientras el ejército del califa Umar I entraba en Alejandría en el año 641, el ambiente de Constantinopolis era muy diferente: los musulmanes están muy lejos, no representan ningún peligro y se puede llevar una vida tranquila. Por eso, mientras Alejandría se apaga, el logro de Constantinopolis se puede entender fácilmente. Por otra parte, el cristianismo, tras oprimir movimientos heterodoxos, se encontraba en su época más próspera.

Todavía no había comenzado la lucha iconoclasta que anunciaba el Ciisma. El cristianismo, consciente de su poder y en periodo de expansión, adopta una actitud positiva ante ciertas realidades materiales. Y en este ambiente rico (pagano y espiritual a la vez, estrecho y tranquilo) y bajo la autoridad de un poder seguro hijo de su tiempo, la medicina ocupó un lugar especial en la vida de Bizancio, logrando así el desarrollo.

La siguiente figura describe la operación de separación de dos hermanos siameses.

De este modo, semiología, terapéutica, etc. superarán los escasos ensayos anatómicos y fisiológicos realizados en la época del Galeno como último representante. Por lo tanto, no es del todo cierto que el médico forense se declaren como coleccionista.

En este campo, al contrario que en otras ocasiones, además de hacer colecciones de obras antiguas, obtuvieron importantes aportaciones.

IV. El siglo XX fue la cabía de los mejores médicos, pero en los dos siglos siguientes Alejandría tomó ese honor y otorgó al mundo Galeno. A esta época se le llama alejandriana y VII. Duró hasta mediados de siglo. Mientras tanto, aparecieron muchos buenos médicos bizancianos.

La situación de esta era es difícil de entender sin tener en cuenta la Colección Médica de Oribasios de Pergamo y los trabajos denominados Sinopsis. La colección, compuesta por casi medio millar de ejemplares, sólo ha llegado hasta hoy un tercio. En ella, Oribasios, junto con la síntesis de conocimientos anteriores, nos cuenta sus valiosas notas. Este prudente terapeuta escribió un trabajo divulgativo sobre este tema, el Euporista. Este libro ha sido utilizado durante años y XVIII. En el siglo XIX se utilizaba como libro de texto en la universidad de París.

Otro nombre que hay que mencionar es el Aecio de Amida, que vivió en el siglo sexto. Nació en el pueblo de Amida, en la Mesopotamia Alta. Estudiada en Alejandría, trabajó como médico en Constantinopolis: podemos concebir como testigo de la relación entre diferentes lugares de la época. En Constantinopolis llegó a ser médico de Justiniano. Su trabajo Tetrabiblion consta de cuatro libros y dieciséis conferencias. Es una colección de medicina práctica, con muy pocas cosas nuevas. En él se encuentran algunos resultados de Galeno, Oribasios, Arkigenes y Sorano.

Mosaico de la Iglesia de San Marcos de Venecia.

El otro nombre que debemos mencionar es Pablo de Egina. Esto escribió un trabajo llamado medicina. Por desgracia hoy en día sólo se conservan siete libros. Aunque se basó en obras antiguas, Pablo no fue uno de esos simples y ciegos. Sin embargo, con un juicio crítico realizó una selección concreta y no tuvo ningún tipo de desacuerdo, según ese juicio, para descartar cosas que no eran correctas, aunque fueran de Hipócrates. Completó y redondeó el trabajo con sus resultados y observaciones personales. El más importante de los siete libros es el sexto. Esto se refiere a la cirugía y en este campo de la medicina podemos ver la habilidad de los cirujanos para superar el obstáculo que suponía el desconocimiento de la anatomía y los progresos posteriores a Celso.

En la ciudad de Tralles de Lidia en Asia Menor nació Alejandro en el año 525. Estefano era su padre médico. Gracias al nivel económico de su familia pudo recorrer Italia, Galia, Hispania y Nor-África. Gracias a ello y al ambiente de su casa consiguió un alto nivel de conocimientos en medicina. Fundada en Roma, escribió doce libros. En ellas nos muestra la patología y las enfermedades internas que diríamos hoy en día.

Por supuesto, éste utilizó la bibliografía de sus predecesores, pero al igual que Aezio, de forma muy crítica y con mil observaciones. Escribamos la lista de los libros de Alejandro para referirnos a los temas que entonces utilizaba la medicina: I. Enfermedades mentales y cerebrales, frenitis, epilepsia y melancolía; II. Oftalmología; III. Otología; IV. Angina; V. Enfermedades pulmonares; VI. Pleuritis; VII. Enfermedades de estómago; VIII. Cólera, vientre; IX. Dolores hepáticos, disentería; X. Hidropesis; XI. Enfermedades renales y vías urinarias; XII. Gota.

Justantinus.

VII. Desde el siglo XIX tenemos la llamada era constantinopolar. Los árabes harán el segundo asedio a Constantinopolis y el VIII. A principios del siglo XX el imperio será sólo el litoral del Egeo. Esto acentuó la influencia de Grecia. Sin embargo, el hecho que más importancia tuvo en aquella época en el campo de la ciencia, aunque parezca mentira, fue el debate generado sobre las imágenes.

Este debate, inicialmente sólo teológico, se convirtió en un problema político y social, por lo que tuvo su influencia en el campo científico. En aquella época, los escándalos producidos en los libros de las bibliotecas de los monasterios de la ciencia provocaron que la reacción de estos centros rompiera su influencia. Por otra parte, todo esto provocó que la falta de libertad provocara un retraso en el ambiente que necesita el desarrollo de la ciencia.

Tras eliminar las discusiones iconoclastas, IX. En el siglo XVIII el emperador Teófilo restableció la enseñanza pública. Esta tarea, replanteada en los monasterios por la tranquilidad y el crecimiento de la enseñanza privada, dio lugar a la creación del renacimiento bizanciano, IX. X y XI. Se desarrolló durante siglos. Aquí IX. En el siglo XVIII el arzobispo de Tesalónica León escribió sobre astronomía, matemáticas y medicina. Al mismo tiempo, el patriarca de Fozio Constantinopolis realizó una extensa colección de conocidos de su época, escribiendo Myriobiblion. Está compuesta por 279 libros.

XI. Mikel VII. Mencionar al médico Simeon Seth del emperador Dukas. Era un hombre enciclopedista. Su mayor importancia es la de ser el puente entre las culturas árabe y bizanciana y tradujo algunos libros árabes al griego. Además, escribió un libro sobre las propiedades de los alimentos llamado Syntagma, que ayudó a la medicina a recuperar de alguna manera el prestigio social perdido por el debate iconoclasta.

Publicación del trabajo de Pablo de Egina: Realizado en 1567. Sus obras relacionan la medicina del mundo antiguo con la de los árabes.

XII. En el siglo XVIII se inicia el fin del imperio bizanciano; giras socio-políticas, situación económica lamentable, establecimiento de la devoción oriental y el movimiento kietista (basado en el enemigo de la ciencia y el antiintelectual), los cruzados XIII. Debido a las conquistas de Constantinopolis y de algunas zonas costeras de Egeo a principios del siglo XX, Bizanzio se limitó únicamente a los diminutos imperios de Nice y Trebisonda. En aquel ambiente y en esa situación la ciencia de Bizancio sufrió un gran descenso.

Sin embargo, en 1261 Mikel Paleólogo recuperó Constantinopolis y en él encontramos a Mirepsos de Alejandría. Esto escribió un libro llamado Dinameron. La farmacopea es enorme, metódica y completa, y en ella podemos encontrar 2656 fórmulas diferentes. Este trabajo alcanzó la admiración de todos los médicos y el XVIII. Hasta el siglo XX fue utilizado como botiquín principal en Occidente. Sin cambios sustanciales en la Facultad de Medicina de París continuó como libro de texto hasta 1651.

A partir de ese momento la situación no era muy adecuada para el desarrollo de la ciencia y aunque de vez en cuando apareciera algún nombre que no fuera de gran importancia, se puede dar por terminada la era bizanciana.

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