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Células con coraza para protegerse del sida

2010/07/30 Galarraga Aiestaran, Ana - Elhuyar Zientzia

Según un artículo publicado hoy en la revista Chemistry Biology, una investigación dirigida por Félix Goñi, director de la Unidad de Biofísica, ha desarrollado una nueva forma de proteger las células frente al VIH. Según sus palabras, han conseguido "vestir una coraza a las células".

De hecho, los investigadores se han basado en la obstaculización de la estrategia de penetración celular del VIH. En principio, el VIH no entra a las células desde cualquier lugar, sino que entra por una zona específica de la membrana, la zona de esfingolípidos. Los investigadores se han centrado en ello y han estudiado cómo proteger este espacio.

Así, se ha demostrado que la zona se rige por la inhibición de la enzima que introduce doble unión en los esfingolípidos. Los esfingolipidios se sustituyen por dihidroesfingolípidos que por la rigidificación no pueden fusionar la membrana del VIH y la célula. Por tanto, el VIH no puede infectar la célula. Por ello, los investigadores han dicho que la célula ha sido "coraza".

A la derecha se ve cómo se fusionan los VIH con la membrana de entrada a la célula. A la izquierda, tras la inhibición del gen DES1, la zona donde se produce la fusión se ve rígida (en rojo en lugar de en naranja), por lo que no se puede fusionar. (Foto: Unidad de Biofísica)

En palabras de Félix Goñi, la rigidez no afecta a la funcionalidad de la célula. Goñi ha explicado que pueden inhibir la enzima de dos formas: "mediante una molécula desarrollada por uno de los grupos participantes en la investigación, o mediante la inactivación del gen correspondiente a la enzima mediante inhibidores de RNA". Este gen es DES1.

Resultado de tres años de colaboración

Además del equipo de la Unidad de Biofísica, centro mixto entre el CSIC y la UPV-EHU, han participado en la investigación el Centro Español de Biotecnología (CSIC, Universidad Autónoma de Madrid) y el Instituto de Química Aplicada de Cataluña (CSIC, Barcelona). "La investigación ha durado tres años", matiza Goñi. "No es mucho tiempo, pero hay que tener en cuenta que todos estamos investigando en este campo desde hace tiempo. Además, los dos primeros años han sido duros, porque no conseguíamos buenos resultados. Los logros han llegado al final".

En la imagen, de izquierda a derecha, Santos Mañes, Gemma Fabrias y Felix Goñi. (Foto: Unidad de Biofísica)

Ayer se dio a conocer la noticia y hoy se han publicado los resultados en la prestigiosa revista Chemistry Biology del grupo Cell. El artículo destaca que, en primer lugar, han demostrado que los dihidroesfingolípidos forman zonas rígidas en las membranas de las células tipo, que la inhibición del DES1 aumenta los dihidroesfingolípidos en las membranas de las células vivas, que el GIB-1 impide la infección de la célula mediante el bloqueo químico o genético de la actividad DES1 y, por último, que las tendencias hidroesfingolípídicas son ricas en las de fusionar.

En cualquier caso, Felix Goñi ha advertido que "tardará" en aplicarse a la terapia: "Para conseguirlo todavía hay que hacer mucho trabajo y primero necesitamos alguien que financie la investigación". Por el momento no tienen dinero, pero se nota que no les falta ganas de trabajar.

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