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Vacunas y temperatura

2020/12/02 Roa Zubia, Guillermo - Elhuyar Zientzia

¿Por qué se deben guardar las vacunas en frío? Me refiero, por supuesto, al COVID. Bueno, en la base, las vacunas de Pfizer y Moderno tienen dos componentes, y la razón de tener que conservarlas en frío es su comportamiento con la temperatura.

Congeladores especiales para vacunas. Ed. PFIZER/HANDOUT VIA REUTERS

El primer componente es el material genético, el más importante, que afecta al virus. Es un tipo de ARN, ARN mensajero. El virus necesita RNA para producir proteínas. Este ARN contiene información precisa para la producción de la proteína que le permite asociarse con nuestras células. Entonces, si nosotros le damos algo parecido, cambiando un poco, el virus no conseguirá producir bien esa proteína que infecta nuestras células. Por tanto, la estrategia de estas vacunas es dar ese ARN imitativo al virus. Sin embargo, se trata de un material genético poco estable. Entre otras cosas, se deshace con el calor y no funciona.

El segundo componente son los lípidos. Grasas. El ARN mensajero que damos al virus debe protegerse para su inyección. Así, este ARN está atrapado en una cápsula formada por lípidos dentro de la vacuna. Cuando la vacuna llega a nuestras células, la cápsula de los lípidos se rompe y libera el ARN para su trabajo.Pero no todos los lípidos juegan lo mismo con la temperatura. Por ejemplo, el aceite es líquido y la grasa del cerdo es sólida a temperatura ambiente. Pues lo mismo ocurre con estos lípidos. Algunos aguantan mejor el calor y otros peor.

No tenemos muchos datos, pero los componentes que han utilizado en las vacunas de Pfizer y Moderno (RNA y lípidos) no son exactamente iguales y no se comportan igual con la temperatura. Por ello, el primero debe conservarse a 80 grados bajo cero y el segundo a unos 20 grados bajo cero. De lo contrario se pierden los componentes. Se deshacen.

¿Y la vacuna de Oxford, qué?

Esta vacuna debe conservarse también en frío, pero a una temperatura mucho más alta, guardada entre 2 y 8 grados suficiente.

La cuestión es que éste utiliza un virus real, un adenovirus. El virus está desactivado, no produce ninguna enfermedad, pero puede causar una matorrinfección que provoca la respuesta de nuestro sistema inmunológico. Esa es su estrategia. Creamos anticuerpos frente a este adenovirus que nos sirven en gran medida contra el coronavirus del COVID (con una eficiencia aproximada del 70%). El adenovirus es un virus que existe por sí mismo, por lo que su propia estructura da estabilidad a la temperatura. Mayor estabilidad, al menos, que la que tiene un trozo de ARN metido en la cápsula de los lípidos. El frío que genera una nevera doméstica es suficiente para mantener operativa esta vacuna.

Este científico es muy interesante, pero no sólo científico. La necesidad de baja temperatura en el momento de la distribución de la vacuna hace más o menos costosa la vacuna. Por lo tanto, es una cuestión muy importante.

Estamos hablando mucho de la vacuna. ¡Pero cuidado! ¡Todavía no tenemos vacunas! Las agencias que todavía llevan control de medicamentos no han aceptado ninguno. Todavía no se han analizado completamente las vacunas. Por lo tanto, ten claro que no tenemos vacunas y que esta pandemia no terminará la semana que viene ni el mes que viene.

 

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