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Taladrinas

1998/09/01 Etxaide, Maider Iturria: Elhuyar aldizkaria

Cuando las taladrinas se agotan se convierten en residuos peligrosos. No deben mezclarse con otras sustancias ni verterse a cauces o alcantarillas. Por el contrario, su correcto almacenamiento y tratamiento es imprescindible para evitar problemas medioambientales y de salud. Como uno de los componentes principales de la taladrina es el agua, siempre se ha considerado que se puede verter en cualquier parte. Sin embargo, el vertido de estas sustancias, incluso en pequeñas cantidades, puede ocasionar un importante impacto tanto en las plantas de depuración de aguas residuales como en los ríos y arroyos.
Cuando las taladrinas se agotan se convierten en residuos peligrosos. No deben mezclarse con otras sustancias ni verterse a cauces o alcantarillas. Por el contrario, su correcto almacenamiento y tratamiento es imprescindible para evitar problemas medioambientales y de salud.

Las taladrinas son productos utilizados habitualmente en los procesos de mecanizado para reducir la fricción y la refrigeración entre la herramienta y la pieza en fabricación. La industria de transformación de metales es el mayor consumidor de este tipo de fluidos, aunque también es utilizada por pequeños talleres, ya que es normal que estén equipados con máquina herramienta.

Las taladrinas son mezclas de aceites y agua básicamente. Diferentes funciones a esta base (antioxidantes, bactericidas, humectantes, emulsificantes, etc.) se añaden los aditivos que contienen. El aceite es el componente más importante de las taladrinas, con función lubricante. Se distinguen tres tipos de taladrinas en función de la cantidad y calidad de la materia: emulsiones de aceite, taladrinas sintéticas y taladrinas semisintéticas. En las primeras, los aceites minerales o vegetales constituyen el 60-80% de la mezcla, el 40-60% de las taladrinas sintéticas son agua y en ellas no hay aceite mineral, el 20-50% de las taladrinas semisintéticas son agua y el 10-40% aceite mineral o sintético.

Se añaden aditivos a la mezcla base en función del resultado deseado. Como consecuencia, se obtienen taladrinas de diferentes formulaciones, con características propias a controlar. Entre los aditivos utilizados destacan los sulfonatos (emulgentes), nitritos y aminas (anticorrosivos), alcoholes y fosfatos (humectantes), formoles y fenoles (biocidas), siliconas (antiespumantes), colorantes y metales pesados.

Taladrinas, residuo maligno

El personal que utiliza taladrinas en su trabajo diario es el que más daños sufre. Las taladrinas producen efectos sanitarios en tres niveles: piel, vías respiratorias y cáncer. Por un lado, los aceites y algunos aditivos producen dermatitis. Por otro lado, los aditivos clorados y los aceites provocan acné clórico y melanosis respectivamente, enfermedades de la piel.

Asimismo, las partículas de aceite que pasan al aire en los procesos de mecanizado producen irritación de las vías respiratorias cuando llegan a los pulmones del operario. Sin embargo, el impacto más terrible de las taladrinas es probablemente el cáncer: los hidrocarburos aromáticos policíclicos presentes en los aceites minerales y las nitrosaminas generadas por nitritos y aminas inhibidores de la corrosión son la causa principal de esta enfermedad.

Como ya se ha indicado, el uso de taladrinas va perdiendo sus características y en un momento dado es necesario retirarlas para garantizar la calidad del proceso. Entonces se dice que están agotados. Como uno de los componentes principales de la taladrina es el agua, siempre se ha considerado que se puede verter en cualquier parte. Sin embargo, el vertido de estas sustancias, incluso en pequeñas cantidades, puede ocasionar un importante impacto tanto en las plantas de depuración de aguas residuales como en los ríos y arroyos. Los metales pesados que contienen, por ejemplo, no desaparecen, ya que aparecen acumulados en los lodos posteriores a la depuración. Si las taladrinas se vierten directamente a los ríos, matan a la fauna piscícola local y degradan el ecosistema acuático.

Por tanto, se tratarán como residuos peligrosos en la taladrina utilizada. Esto significa que no se deben mezclar con otras sustancias, como por ejemplo con otros tipos de aceites, y entregarlos a un gestor autorizado.

Mejorar la gestión de taladrinas peligrosas

Como uno de los componentes principales de la taladrina es el agua, siempre se ha considerado que se puede verter en cualquier parte. Sin embargo, el vertido de estas sustancias, incluso en pequeñas cantidades, puede ocasionar importantes daños tanto en las plantas de depuración de aguas residuales como en los ríos y arroyos.

En el trabajo diario y con el fin de reducir el uso de taladrinas, existen vías tales como evitar vertidos y salpicaduras, recoger adecuadamente el líquido que vierten las piezas impregnadas de taladrina y medidas y sistemas que alargan la vida de la taladrina (control de la calidad de los baños, almacenamiento de los envases en condiciones adecuadas, control de los elementos contaminantes, etc.) uso. En
general, el conocimiento de los componentes de las taladrinas y la garantía de que una vez agotados reciben un tratamiento adecuado, son normas básicas para todo aquel que trabaje en una empresa y sobre todo para los responsables.

En cualquier caso, la mejor forma de evitar la generación de residuos es eliminando las sustancias peligrosas del proceso productivo y aplicando tecnologías y productos limpios. Existen ya en el mercado sistemas que incorporan nuevas tecnologías, aceites vegetales sustitutivos de aceites minerales y sustancias sustitutivas de los aditivos peligrosos. Es muy interesante conocerlos y empezar a utilizarlos en la medida de lo posible.

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