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Topo común. El pequeño heredero de nuestros antepasados

1992/12/01 Aihartza, Joxerra Iturria: Elhuyar aldizkaria

Ficha técnica del topo común y mapa de mandamientos que tiene en Euskal Herria.

Hace unos 80 millones de años, en el Cretácico, los grandes saurios dominaban los vertebrados terrestres. Pero junto a ellos, o mejor dicho, entre sus enormes garras, subían y bajan, de una manera y de otra, manteniendo la vida, los antepasados de mamíferos, que hoy somos, son tan extendidos y diversificados.

Aquellos mamíferos prematuros eran animales pequeños, y su sencilla dentadura nos indica que no presentaban una especialización trófica que se pueda caracterizar en órdenes más modernos creados desde entonces. Por el contrario, sus pequeños y afilados dientes sospechan que estos animales podían alimentarse de insectos u otros invertebrados y masacres, lo que les ha llevado a clasificarse en el orden de los insectívoros, junto con los actuales erizos, topos y satíacos.

Se trata de un grupo de soricidas formado por personas satídicas que, dentro del orden de los insectívoros, han sufrido menos cambios de anatomía y vida temprana.

En el caso de los erizos, el desarrollo de la envolvente de espinas supone un notable aditivo evolutivo, por supuesto, y el grupo de talpidos que alberga los topos presenta adaptaciones especiales, especialmente en lo que se refiere a la capacidad de inducción subterránea. Por lo tanto, parece ser que el grupo de los creícidos que forman los sátidos, dentro del orden de los insectívoros, es el que menos ha sufrido cambios en la anatomía y en la vida temprana, y por lo tanto, estos curiosos animalitos son herederos de los antiguos antepasados de todos los placentalios mamíferos —los descendientes somos todos, por supuesto— y, como dice Desmond Morris, somos tan “malditos” que somos tan orgullosos” de los que somos tan “malvados” que somos tan orgullosos”.

Sátidas, nuestros primos placentalios, son pequeños y esbeltos animalitos adaptados para vivir cazando insectos de la superficie terrestre. Por su parte, la familia de los soricios en los que se agrupan es uno de los grupos más extensos de mamíferos en cuanto a número de especies, y reúne a los mamíferos más pequeños: el mayor sátegado tiene un peso aproximado de 35 g, mientras que el sátitsu etrusco (Suncus etruscus), de 1-2 g, es el más pequeño de todos los mamíferos.

Una de las especies más abundantes en el País Vasco es el topo común (russula Crocidura). Esta especie es un topo de tamaño medio, con una longitud de su cuerpo entre 6 y 9 cm y un peso de entre 6 y 14 g. En cuanto a su aspecto general, es muy parecido al resto de sátidas: el color de la piel de pelo suave es gris pardo desde la parte dorsal y algo más claro, casi blanquecino, en la parte ventral. Sus ojos son muy pequeños, casi invisibles, y su extremo es apuntado y móvil, con largos y numerosos bigotes. Las orejas también son muy pequeñas, pero no tan pequeñas como las que tienen los sátidos del género Sorex, que en el caso del sátitsu común se expulsan considerablemente entre el pelaje de la cabeza.

Gracias a sus estrictos sentidos, las personas sátidas tienen una enorme capacidad para obtener información externa.

Como ya se ha mencionado, el topo es un animal que vive comiendo los invertebrados que encuentra en la tierra, y que, como es necesario, su anatomía y comportamiento están completamente adaptados a esa vida. Por ello, y a pesar de que el cerebro es muy pequeño, los lóbulos relacionados con los órganos de sentido son muy importantes. Y es que las personas sátidas tienen una enorme capacidad para obtener información exterior: tienen el olfato y la audición extremadamente exigentes, y algunas especies son capaces de escuchar ultrasonidos, al igual que los murciélagos se han propuesto para la ecolocalización. El tacto también está muy desarrollado, tanto en el extremo, gracias a los numerosos bigotes locales, como en las piernas, que tienen la capacidad de darse cuenta de los temblores de la tierra.

Gracias a este notable desarrollo de órganos de sentido, el topo es un gran cazador con presas de insectos, lombrices, babosos y roedores, y otros muchos invertebrados.

Sin embargo, al tratarse de animales tan pequeños, y debido a la alta relación entre su superficie y su volumen, el mantenimiento de la homeotermia les resulta costoso, por lo que deben mantener un elevado nivel de metabolismo. Por eso, las personas sátidas tienen que lidiar con la caza para poder satisfacer sus grandes necesidades metabólicas. Y es que el topo común tiene que comer tantas piezas de caza como su peso para sobrevivir cada día. Por eso, estos animales pasan todo el día cazando. Sin embargo, su máximo nivel de actividad se produce en el atardecer y en el amanecer.

Sin embargo, a pesar de que el animal es cazador, y debido a su pequeño tamaño, también se alimenta de otros depredadores más grandes. Hontza zuria (Tyto alba), urubia (Strix aluco), erbinudea (Mustela nivalis) y katajineta (Genetta genetta) son los peores enemigos. Eventualmente zorro (Vulpes vulpes), víbora (Vipera sp. ), y tanto el gato salvaje (Felis silvestris) como el gato casero (Felis catus) intentan también ventrear al topo, pero a éstos no les resulta tan fácil. Y es que el satitsu común, al igual que otros satíricos, está provisto de glándulas salivales envenenadas, lo que le convierte en su mordedura venenosa.

Sus ojos son muy pequeños, casi invisibles, y su extremo es apuntado y móvil, con largos y numerosos bigotes.

Este veneno lo utiliza en la mayoría de los casos para matar a los invertebrados que son su propia caza, pero si está en peligro puede emplearlo también como medio de defensa, y aunque su influencia no es tan grande, puede ser suficiente para desesperar a algunos enemigos. Por otra parte, en sus glándulas adyacentes a la cola, produce otra sustancia olorosa que utiliza para marcar el territorio y la utiliza como medio de defensa ante el ataque de varios depredadores. Por estos sistemas, el zorro o el gato mata a menudo al topo, pero no llega a comer por su mal olor o sabor. La serpiente también hace el programa, pero el satíaco se enfrenta a él y le hace cantar el amor.

Sin embargo, estos sistemas no siempre resultan útiles y los satísidos son piezas comunes para los canguros. No sólo son cazadores sino también caza, lo que supone una elevada mortalidad. Además, y por decirlo de alguna manera, tenemos animales que viven a gran velocidad, tanto por su rápido metabolismo como por su escasa supervivencia, ya que normalmente no llegan más de dos inviernos. Y este tipo de vida rápida requiere una gran capacidad de reproducción para garantizar la continuidad de la especie.

La época ugal del topo se extiende desde marzo hasta noviembre, periodo en el que cada hembra puede tener dos, tres o cuatro cabras, con una media de 3-6 hijos por sesión. Haciendo las cuentas con facilidad, cada hembra satitada puede lanzarse al mundo de 6 a 24 kilómetros al año. La tasa de mortalidad de estas poblaciones probablemente también ha sido elevada, pero teniendo en cuenta que son capaces de reproducirse a los pocos meses del nacimiento de las personas sátidas, las distintas poblaciones no presentan mayores problemas para avanzar.

El topo es un animal que vive comiendo los invertebrados que encuentra en la tierra y que, como es necesario, tiene una anatomía y comportamiento completamente adaptados a esa vida.

El topo nidifica bajo plantas herbáceas, matorrales o piedras. Esta es una esfera compacta construida siempre en hierba, a la que se accede a través de un pequeño agujero realizado en un lateral. La gestación suele rondar los 20 días y las crías que nacen al cabo de ese tiempo se desnudan y se lanzan ciegas. Durante los primeros 25 días de vida, las crías jóvenes acompañarán a su madre, aprendiendo a cazar y al resto de tareas. Los primeros días toda la familia se mueve en fila y en fila, delante de la madre, y las crías por detrás, cada una sujeta la cola del anterior con dientes. Dentro de un mes cada niño comienza su camino.

En cuanto al lugar de residencia del animal, el topo común tiene una gran flexibilidad y es sin duda un animal que podríamos encontrar en toda Euskal Herria. Sin embargo, el topo es poco forestal y prefiere prados, huertas, campos de cultivo y pastos para vivir. En cuanto al clima, tampoco exige condiciones estrictas, y puede decirse que se adapta perfectamente desde las zonas húmedas y templadas de la costa hasta las estepas secas de la ribera, aunque no tiene ninguna tendencia a altas altitudes y, por tanto, en zonas superiores a los mil metros se encuentra mucho menos.

En cuanto a la distribución geográfica de la especie, podríamos encontrar el topo común en toda Europa continental, desde Holanda hasta Gibraltar, y hacia el este hasta Polonia, Hungría y Grecia, que también habita en las islas de África del Norte, Israel y el Mediterráneo.

FICHA TÉCNICA: ESPECIE DE TOPO COMÚN: Crocidura russula.FAMILIA: Soricidad.ORDEN: Intectivos.CLASE: Mamíferos.

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