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Petróleo, guerra y salud

2003/04/01 Roa Zubia, Guillermo - Elhuyar Zientzia

La clave de la guerra de Irak es el petróleo. Sabiendo esto, los iraquíes han incendiado varios pozos. En consecuencia, han creado unas columnas negras de humo que perjudican a los aviones aliados. Pero eso es mínimo.

Se están quemando pozos. Por lo tanto, el petróleo presente se perderá sin ser explotado por nadie, ni los iraquíes ni los estadounidenses. Esto tiene una importancia estratégica en esta guerra.

¿Pero tiene algo que ver con la ciencia? Según muchas reflexiones que han publicado en Estados Unidos en las últimas semanas, el tema de los pozos es un problema de salud pública. Es decir, los estadounidenses quieren denunciar los daños sanitarios que supone la quema de petróleo.

El humo del petróleo contiene una gran variedad de partículas y sustancias, en su mayoría peligrosas para la salud. Peligrosos tanto por vía respiratoria como por contacto con la piel. Además, cuando la carbonera que se genera llega al suelo, si se filtra de los sedimentos al agua potable, puede producir cierto envenenamiento. Es más, es imposible adivinar qué puede suponer a largo plazo.

Este tipo de información está siendo divulgada por los estadounidenses. Y esa información es cierta. Sin embargo, sabiendo que estamos en la guerra, su difusión es bastante cínica.

Deberíamos analizar qué tipo de armas utilizan los aliados; además de matar directamente a la gente, probablemente el uranio empobrecido o cualquier otro tipo de sustancias se están dispersando en Irak. Ahora no podemos afirmar esto, quizá tengamos que esperar diez años para descubrirlo. Pero, hasta ahora, en todas las guerras se han utilizado todos los medios que han servido para matar y enfermar a la gente. Y esta guerra no será una excepción.

¿Tenemos que preocuparnos por el fuego del petróleo? Como divulgador científico me preocupa más que una guerra esté en marcha.

Artículo de opinión para Herri Irratia.

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