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Aitzbitarte encuentra los bajos relieves del Paleolítico

2017/07/10 Galarraga Aiestaran, Ana - Elhuyar Zientzia Iturria: Elhuyar aldizkaria

Uno de los visones encontrados en Aitzbitarte, realizado con la técnica del bajo relieve hace unos 14.000 años. Ed. Diego Garate en Maidaga

En la cueva de Aitzbitarte IV (Errenteria) se han encontrado cuatro bajorrelieves de la época magdaleniense: dos bisontes, un caballo y otro animal que aún no saben nada de qué es. Junto a ellos se han encontrado otros 12 grabados, y aunque la mayoría son imágenes típicas, bisontes y caballos, también hay otras: una impresión de una mano y dos bulvas. “A nuestro alrededor sólo hemos encontrado otra vulva, Otsozelain (Baja Navarra)”, ha destacado el arqueólogo Diego Garate Maidagan. “Sin duda, los más singulares son los bajorrelieves”.

También han encontrado dos bulvas grabadas. En la imagen de la izquierda aparece uno de ellos y a la derecha su calco. Ed. Diego Garate en Maidaga
Este bisonte tiene las patas delanteras flexionadas y se encuentra a la entrada de la galería derecha. Ed. Diego Garate en Maidaga

De hecho, hasta ahora no se ha encontrado en los yacimientos de la Cordillera Cantábrica un bajo relieve realizado en barro. “En la cueva de Bédeilhac (Ariège, Francia) hay algunas que no hemos encontrado hasta ahora. Son las primeras. Pertenecen al periodo Madeleine [hace 14.000 años] y se encuentran en la pared, fabricados con arcilla, y son mucho más bellos que los de Bédeilhaca”, explica Garate. Uno de ellos tiene fascinado: “Uno de los visones tiene las patas delanteras flexionadas, como la conocida pintura de Altamira. Es espectacular”.

Según Garate, el descubrimiento ha sido una sorpresa, pero no del todo, porque ya han descubierto el arte del Paleolítico en la misma cueva, por lo que podía haber más. Explica que el conjunto arqueológico de Aitzbitarte es conocido desde hace tiempo: “XIX. Las excavaciones comenzaron en el siglo XIX. A finales de este siglo se excavaron en Aitzbitarte IV, después José Miguel de Barandiarán en la década de 1960 y más tarde Jesús Altuna en Aitzbitarte III. Por lo tanto, es muy conocido y muy visitado desde hace mucho tiempo, no sólo por parte de los científicos, sino que ha entrado mucha gente”.

El propio Garate viajó por primera vez en 2012 junto con el investigador de CENIEH Joseba Ríos. “Descubrimos unas manchas rojas”, ha recordado. “Fue la primera vez que se encontraba el arte de Aitzbitarte”. Se contactó con los espeleólogos de la asociación Felix Ugarte y en 2015 entraron en la cueva de Aitzbitarte V. “Ahí aparecieron grabados cuatro bisontes. Y a los 10 días los espeleólogos encontraron grabados de Aitzbitarte III y Aitzbitarte IX, que pertenecen al período Gravetiense, es decir, más antiguos, hace unos 25.000 años”.

Y es que, aunque Aitzbitarte se conocía desde hace tiempo, nunca se ha estudiado en profundidad ni arqueológicamente, ni geológicamente ni espeleológicamente. En los últimos tiempos, sin embargo, los espeleólogos estaban frecuentando la exploración y en abril, en Aitzbitarte IV subieron a una chimenea: “No es un lugar fácil. Se trata de una chimenea vertical de 16 metros, todo relleno de arcillas, anteriormente explorada, ya que aparece en la topografía. Pero hasta entonces nadie encontró arte. En aquella época, sin embargo, uno de los espeleólogos de Félix Ugarte alcanzó su máximo esplendor, sudando y muy cansado, y al descender observó los bajos relieves”.

Garate ha destacado la profesionalidad de los espeleólogos. “Lo vieron y enseguida se dieron cuenta de que era un descubrimiento especial. Se pusieron en contacto conmigo y me enviaron unas fotos. Cuando lo vi pensé que era imposible encontrar algo así, que debían ser falsos. Pero luego fui con ellos, y viendo el lugar y analizando los grabados, afirmé que es un gran descubrimiento. Esta técnica no se conoce en toda la península”.

Importancia y contexto de los bajorrelieves

El ramal derecho de la galería Aitzbitarte IV se encuentra sin explorar debido al riesgo de pérdida de uno de los bajos relieves. Ed. Diego Garate en Maidaga

Se encuentran como en la época en la que se construyeron los bajorrelieves, ya que durante miles y miles de años que han pasado por entonces nadie ha ido allí. “Los que hicieron tampoco lo tendrían fácil”, ha afirmado Garate. “Ahora hemos puesto unas escalas, pero en aquella época no sé cómo iban a hacerlo”. Advierte que el lugar es muy inadecuado tanto para su investigación como para su conservación: “Es una arcilla blanda como la mantequilla. Si se toca se pierde. Por ello, se han adoptado todas las medidas necesarias para cerrar el camino y proteger las imágenes”. En este sentido, señala que los responsables de la Diputación Foral de Gipuzkoa han realizado un trabajo muy bueno.

Garate ha dado otro detalle: “A la entrada de la chimenea se encuentran los huesos clavados en el muro. Y no descartamos que haya más obras de arte. El lugar tiene forma de Y. Los espeleólogos fueron por la izquierda hasta arriba, pero la galería de la derecha no está tocada, como lo dejaron en aquella época. Justo a su entrada se encuentra este bisonte con las piernas flexionadas. Por lo tanto, no podemos entrar, de lo contrario lo romperíamos. Habrá que hacerlo por cámaras, pero no podemos pasar por ahí”.

Por otro lado, el descubrimiento ha puesto de manifiesto que la relación entre los grupos que vivían al norte de los Pirineos y los del lado Cantábrico era más estrecha de lo previsto. Así lo ha explicado Garate: “Los últimos descubrimientos realizados en Bizkaia, sobre todo en Atxurra y Armintxe, han demostrado que algunas de las simbologías y tipos de arte singulares que aparecen en los yacimientos de los Pirineos se extendieron por lo menos hasta aquí. Como hasta entonces no se había encontrado, no se pensó que el vínculo fuera tan general. Pero las claviformes y los felinos de Armintxe, por ejemplo, son idénticos a los que se encuentran al otro lado de los Pirineos. Ahora, Aitzbitarte vuelve a afirmar que la relación era estrecha, porque en Ariège también hay cosas así”.

El descubrimiento ha sido realizado por el equipo de espeleología Félix Ugarte y el estudio arqueológico realizado por Diego Garate. En la imagen, todos juntos, a la entrada de la cueva. Ed. Diputación Foral de Gipuzkoa.

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