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Los perros salvajes comen más ovejas que los lobos en Euskal Herria

2010/02/01 Elhuyar Zientzia Iturria: Elhuyar aldizkaria

Los perros salvajes comen más ovejas que los lobos en Euskal Herria
01/02/2010 | Elhuyar
Un lobo de la península ibérica. Ed. : Raúl Arévalo.

Analizando las deyecciones que parecían de los lobos, dos investigadores del Grupo Lobo de Euskadi y de la Estación Biológica Doñana de Sevilla han visto que los lobos europeos se alimentan en gran medida de presas salvajes, mientras que los ovinos sólo se alimentan en un 3% de los casos. En la mayoría de los casos, concretamente en el 70% de los casos, se han localizado corzos y restos de jabalíes en las heces de los lobos. En las deyecciones de los perros se han encontrado restos de ovejas en el 36% de los casos.

Grandes depredadores como los lobos ibéricos están colonizando de nuevo algunas zonas de los países industrializados. De hecho, el límite oriental de la población del lobo europeo en la Península Ibérica se encuentra en el País Vasco, principalmente en Álava. En esta zona, las ovejas latxa son las ovejas más abundantes. Las ovejas suelen estar a menudo sin vallar y no siempre bajo la vigilancia de los pastores.

Muchas veces se informa de que estas ovejas han sido atacadas, y uno de los investigadores del Grupo Otso de Euskadi, Jorge Echegaray, ha dicho que "el 95% de estos ataques son imputados a lobos". Esto ha provocado conflictos entre campesinos, gestores y agencias y grupos a favor de la conservación de lobos. Los lobos tienen muy mala fama y sufren una gran persecución, "probablemente injusta", afirma Echegaray.

Por ejemplo, según datos oficiales de la Diputación de Álava, en el periodo 2003-2004, 432 animales fueron agredidos y sólo 10 fueron acusados de agresión a los perros. Los perros que se han convertido en salvajes y no están controlados son habituales y, al igual que los lobos, son capaces de atacar a los animales, especialmente a las ovejas. Pero rara vez se mide la responsabilidad de los perros en la depredación de los animales, entre otras cosas porque es técnicamente difícil determinar cuál ha sido el depredador en una determinada agresión.

Los investigadores han demostrado que los métodos genéticos son una herramienta útil para solucionar este tipo de malentendidos. En la investigación se recogieron 136 excrementos que a primera vista parecían de lobos europeos. Los análisis realizados en el ADN mitocondrial permitieron identificar al animal de origen de 86 excrementos: 31 eran de lobos, 2 de azereta y 53 de perros.

Al analizar los restos de presa que se encontraban en los excrementos de lobos y perros, se comprobó que cada excremento tenía restos de una sola presa. Pues bien, en las deyecciones de los lobos, en el 27% de los casos se encontraron restos de animales, pero sólo en el 3% de los casos se observaban restos de ovejas. En el resto, los lobos se alimentaron a caballo y a vacuno. En las deyecciones caninas, por su parte, se encontraron restos de ovejas en el 36% de los casos y, en general, en el 54% de las deyecciones caninas las capturas fueron ganadoras.

A la vista de estos resultados, Echegaray sostiene que la Diputación debería cuestionar si "es correcta" el número de ataques que acusan a los lobos, lo que debería servir para "diseñar adecuadamente los programas de prevención y pago" y para reducir el conflicto entre los depredadores naturales y la sociedad.

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