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Reciclando ordenadores

1994/02/01 Otaolaurretxi, Jon Iturria: Elhuyar aldizkaria

En los últimos tiempos, debido a la necesidad de preservar el medio ambiente, se tiende a reciclar los materiales desechados. Además de las pilas y los automóviles, también se han abordado los ordenadores y parece que el reciclaje de los ordenadores viejos puede ser rentable económicamente.

Reciclado de ordenadores antiguos, como metales valiosos (oro, plata, paladio, etc.) posibles. Por lo menos IBM, recogiendo los viejos ordenadores, trata 6.000 toneladas al año, de las que recupera unos 220 kilos de metales valiosos. Debido a sus características electromagnéticas, el oro se utiliza en conectores eléctricos.

También se utiliza en circuitos impresos aleados con cobre, pero la cantidad de oro es pequeña, sólo unos miligramos por microordenador. Además, el ordenador tiene otro 60% de materiales férricos o sin hierro, un 9% de vidrio por tubo catódico y otro 17% de plásticos. Cabe señalar que el porcentaje de plásticos ha aumentado considerablemente en los últimos tres años.

¿Es rentable reciclar?

Desgraciadamente, los precios de las materias primas han disminuido en los últimos años, por lo que el reciclaje de materiales de los antiguos ordenadores es económicamente menos rentable, ya que no se cubren los costes del tratamiento. Hewlett-Packard, IBM, Siemens, etc. indican que es difícil conseguir una rentabilidad económica. El reciclaje de los ordenadores tiene un coste de entre 10.000 y 40.000 pesetas (500-2.000 libras) por tonelada, a la vez que se suma el coste de recogida y almacenamiento de los ordenadores antiguos (100 pesetas de media). o 5 kilos de libra).

Normas de reciclado

Pero los ordenadores deben cumplir unas normas (emanadas de los gobiernos de Europa, América o Asia) y proteger el medio ambiente en los últimos años. Cuanto más dura sea la competición entre ordenadores, más tendrán que cuidar el aspecto ecológico.

También se han empezado a poner límites legales. Según una directiva europea, desde enero del año pasado los ordenadores y los vendedores están obligados a recoger y reciclar los embalajes. La presente Directiva ha comenzado a aplicarse en Alemania y Francia y será aplicada en el resto de Estados europeos desde 1995. Además, hay que sacar otras normas.

Primera separación

Cada vez más ordenadores van a la basura, cada vez se envejecen más rápido. El objetivo final es reciclar el 100%.

Sin embargo, algunos fabricantes no están a la espera de que los gobiernos elaboren sus propias normas y ya disponen de máquinas recicladoras. Hewlett-Packard, por ejemplo, cuenta con una planta de reciclaje en Grenoble. Trata una media mensual de 120 toneladas de equipos informáticos. Primero les quitan algunos elementos (partes de los procesadores, memorias, discos duros, etc.) y tras realizar algunas mediciones las aprovechan en los servicios de mantenimiento. El resto del ordenador se divide en tres secciones de tratamiento industrial. Los componentes de estos tres grupos son plásticos (para su uso como combustible), metales y circuitos impresos irrecuperables.

La separación entre plásticos y metales es un problema importante en esta distribución. En la actualidad las máquinas tiradas a la basura son, digamos, “viejas”, fabricadas entre hace 5 y 15 años, es decir, cuando no se encargaban del reciclado. Es difícil separar los metales cuando contienen plásticos galvanizados o moldeados directamente en piezas metálicas. Por ello, estas piezas son trituradas y molidas en molino. Así por aspiración se separan las partículas de plástico y por magnetismo los metales férreos. Los metales no férreos se separan por electrólisis. Otras técnicas (las que utilizan corrientes de Foucault) también pueden completar la distinción.

Sin embargo, hay elementos que no se pueden diferenciar. El oro y el cobre, por ejemplo, están amalgamados en circuitos electrónicos y tras su tratamiento siguen mezclados. Lo mismo ocurre con los plásticos. Los diferentes polímeros no se separan para su posterior uso independiente. El plástico disminuye si se utiliza como combustible alternativo. El plástico fino se envía a los cementerios, donde consumen muchas calorías. Se queman a 1.800 ºC en hornos y no quedan cenizas. Los humos de combustión se filtran por unas camas de cal para que salgan neutralizados a la atmósfera al máximo.

Piezas de vidrio

Ordenador desechado, primeros elementos de reciclaje (memorias, discos duros, etc.) son retirados.

La pantalla del ordenador también es una parte importante y la recuperación tiene sus problemas. En el interior de los tubos catódicos se encuentran capas de tierras raras (europio, itrio, etc.) y fósforo, que arrojan estos elementos a la atmósfera causan daños al medio ambiente. La propia pantalla está formada por diferentes capas de vidrio, cada una de ellas con sus características físicas y químicas. Algunos vidrios, como el plomo, son de difícil separación. Hewlet-Packard prefiere esperar a que se instale el sistema adecuado. Mientras tanto se está acumulando las pantallas de Grenoble.

IBM subcontrata el reciclaje de tubos catódicos. Además de tierras raras y fósforo, también separan el plomo del vidrio.

100% de reciclaje

Actualmente se puede reciclar entre el 93 y el 98% del peso total de los ordenadores, aunque todavía se pueden introducir mejoras tanto cuantitativas como cualitativas. El objetivo es mejorar las líneas de tratamiento y llegar al 100%. Los plásticos ahora se recuperan por su poder calorífico, pero puede ser interesante recuperar la misma materia. El plástico se utilizaría para fundir o ablandar y moldear. Pero la clasificación de polímeros es todavía cara y los procedimientos industriales no están desarrollados.

En consecuencia, los ordenadores han decidido realizar modificaciones en el propio proyecto de la máquina. Cuando los ordenadores se preparan por módulos y se desechan después de su uso, se sueltarían fácilmente en unos minutos (esto también sería una gran ventaja para reparar la máquina). De esta forma se diferenciarían inmediatamente los plásticos, metales férreos y no férreos.

Asimismo, se pretende reducir el número de tipos de materiales utilizados por los ordenadores. Siemens ha proyectado un ordenador sin plásticos composites. Es de policarbonato y es fácilmente reciclable. Las piezas móviles son de ABS o acrilonitrilo-butadieno-estireno. En la misma línea, algunos ordenadores ponen el símbolo a las piezas para identificar rápidamente el tipo de plástico a simple vista.

En los circuitos impresos del ordenador hay un poco de oro. El vidrio del tubo catódico supone un 9%, el 17% plásticos y en torno al 60% la proporción de piezas férreas y no férreas.

Otro aspecto medioambiental es la forma de preparar circuitos electrónicos. Hasta ahora, la mayoría de los fabricantes limpiaban las tarjetas electrónicas con CFC o clorofluorocarburos, y es conocido que estos productos dañan la capa de ozono. En su lugar se utiliza agua a presión, que es tratada separando los materiales para su reutilización. Siemens-Nixdorf trata 20.000 litros de agua de limpieza semanal recuperando 25 toneladas de cobre en un año.

¿Cuántos ordenadores van a la basura?

Sólo el 1% de los materiales eléctricos o electrónicos que se arrojan a la media europea en la actualidad corresponden a ordenadores y es una cantidad muy pequeña en comparación con el número de coches que se retiran. Pero la velocidad de la microinformática, tanto profesional como doméstica, va a cambiar mucho. Considerando que el ordenador tiene una duración de ocho o diez años, se calcula que en Francia el año pasado se retiraron 12.000 toneladas de ordenadores y que al mismo tiempo se vendieron en el mercado 80.000 toneladas de nuevos ordenadores.

Por lo tanto, el peso de la chatarra de ordenador arrojada a la basura dentro de ocho años será siete veces mayor. Pero estos cálculos no están correctamente realizados. Esto es debido a las mejoras que se realizan en los ordenadores, que hacen que estas máquinas se envejezcan más rápido que antes y que tienen que tirarse con cuatro o cinco años de funcionamiento.

En la actualidad los ordenadores diseñan las máquinas por módulos, facilitando la separación de los diferentes materiales en el reciclado.

Sin embargo, tanto el fabricante como la autoridad municipal preocupan más que el peso de la chatarra. Las basuras informáticas tratadas hasta el momento eran principalmente los ordenadores más grandes, es decir, aquellos que pesaban cientos de kilos. Ahora, por un lado, el peso de estas máquinas ha disminuido y por otro, los microordenadores se han multiplicado por completo. El peso de estas últimas oscila entre los 3 y los 12 kilogramos, y su ubicación tanto en hogares particulares como en industrias hace que la recogida de estos microordenadores sea menos fácil.

El peso de todos los microordenadores que se venden en la actualidad es mayor que el del mayor y la proporción es constante. Sin embargo, como es fácil entender, el “mainframe” o gran ordenador de 800 kilos de una empresa es más fácil de recoger para la basura que ochenta pequeñas máquinas de 10 kilos de ochenta hogares. Por ello, los responsables municipales ya han empezado a pensar en cómo hacer la recogida de los antiguos microordenadores en muchos lugares. Una forma de facilitar la recogida puede ser recoger el viejo cuando se venden nuevas tiendas de ordenadores.

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