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Obsesión terrorista:
también en revistas científicas

2003/02/17 Carton Virto, Eider - Elhuyar Zientzia

Buena ciencia en las manos malas. En la rueda de prensa organizada con este título, representantes de 36 revistas científicas y de diversas instituciones gubernamentales estadounidenses han explicado cómo tratarán la información científica sensible ante una supuesta amenaza terrorista. Las medidas se han dado a conocer en el congreso anual de la Asociación Americana para el Progreso de la Ciencia.

Los estadounidenses están obsesionados y aterrorizados por el terrorismo, y sus revistas científicas no son una excepción. Editores de 36 revistas han presentado el protocolo para tratar la información que los terroristas pueden utilizar para elaborar armas biológicas. Entre las revistas más prestigiosas se encuentran Science , PNAS y New England Journal Of Medicine de Estados Unidos y la revista británica Nature.

Editores de estas y otras revistas, convocados por la Asociación Americana de Microbiología, se reunieron a principios de enero. La asociación estaba preocupada porque los artículos sobre bacterias y enfermedades pueden ser fuente de información para los terroristas. Se propuso analizar qué y cómo publicar, al igual que se hace con los estudios sobre energía nuclear.

Los editores reunidos han presentado los resultados de la reunión y el protocolo preliminar a través de una editorial conjunta. La editorial ha sido titulada en la revista PNAS "Intercambio de resultados científicos sin censura", pero no es ese tono. La ceguera también ha atrapado a las revistas científicas.

"Científicos y políticos están preocupados porque las investigaciones publicadas en revistas científicas pueden ayudar a los que tienen malas intenciones", han escrito al inicio de la editorial. Personas malintencionadas sí.

Más grave es la redacción de dos párrafos más tarde: "Casi todos creemos en la reunión que el riesgo de uso por parte de los terroristas hace que haya información que no se debe publicar. Sin embargo, no es posible detectar esta información con definiciones o listados concretos, por lo que seguiremos buscando cómo y por qué vías, también porque es cierto, y con ello estamos todos de acuerdo, que la publicación de investigaciones sin censura no es sólo beneficiosa para la salud pública. También es útil en la lucha contra el terrorismo".

Este es el argumento circular contra la censura. Las publicaciones no deben censurarse porque pueden ser útiles contra personas malintencionadas.

Está claro que la editorial se ha escrito pensando en una sociedad obsesionada con los ataques terroristas y acostumbrada a escuchar explicaciones sencillas. Y quiero pensar que para los editores de estas revistas la cuestión de la censura es más compleja y grave de lo que han dicho. Pero eso tampoco es nada relajante. En las revistas científicas especializadas no se pueden explicar debates complejos con argumentos simples y, sobre todo, simplistas.

Cuatro declaraciones

En la editorial que se dio a conocer el sábado, tras esta fatídica entrada, se han realizado cuatro declaraciones a representantes y escritores de 36 revistas. En la primera de ellas se destaca la necesidad de preservar la integridad del proceso científico y asegurar que las publicaciones tengan la calidad suficiente para poder repetir las investigaciones. Gracias.

A continuación, se reconoce que el panorama terrorista ha generado preocupaciones legítimas para abusar de la información publicada. Al mismo tiempo, consideran que las investigaciones en estos ámbitos pueden contribuir a los retos de la defensa, por lo que se comprometen a actuar de forma responsable con aquellos temas que puedan amenazar la seguridad.

En la tercera declaración se propone la creación de mecanismos de análisis del artículo peligroso y en la cuarta, la modificación o no de los artículos en caso de que se concluya que el riesgo es superior a los posibles beneficios sociales.

"La información científica se puede dar a conocer por otras vías, en seminarios, congresos, correo electrónico...", justifican. "Las revistas y las sociedades científicas pueden desempeñar un papel importante para que los resultados de las investigaciones se comuniquen de manera que se maximicen los beneficios públicos y se minimicen los riesgos de mal uso". Así termina la editorial.

Opinión individual de las revistas

Junto a la editorial conjunta, también han publicado opiniones individuales en revistas. La revista PNAS no es muy relajante. Aunque hasta ahora no lo han hecho explícitamente, han explicado que en los artículos relacionados con la seguridad se ha tenido en cuenta este aspecto. Desde la reunión, por el contrario, se han puesto a disposición de estos artículos un pequeño cuadro con un total de 20 artículos, todos ellos publicados sin modificaciones. De momento.

En la revista Science se aprecia una mayor discrepancia. Términos como buena y mala ciencia se han escrito entre comillas y como personas malintencionadas. En su editorial habla de dos culturas, de la ciencia y la seguridad y de las tensiones entre ambas. En la reunión –ha contado– se notaba cierta tensión de fondo: los científicos exigían hasta qué punto la gente que se encarga de la seguridad conoce la ciencia, y los demás, hasta qué punto los científicos se dan cuenta del peligro y de la inteligencia de los ‘delincuentes’. Sin embargo, ha subrayado que la reunión sirvió para acercar las dos culturas y ha considerado razonable la editorial conjunta.

La revista Science ha recordado que tensiones similares han creado antes un gran revuelo. Por ejemplo, a principios de la década de los 80, de repente, se aplicaron a la investigación básica medidas de protección de la información armamentística, provocando casi una ruptura entre ambas culturas. Se solucionó de alguna manera, pero desde entonces han habido crisis varias veces.

La cuestión de las armas biológicas y los terroristas es la misma para Science. La cuestión de los fondos es la misma que la de hace tiempo: si la investigación y el uso de los avances científicos es responsabilidad de los científicos. Precisamente, tanto en la editorial conjunta como en la editorial de PNAS, se pide expresamente a los científicos que tengan en cuenta el doble uso de sus obras.

Información adicional:

Editorial conjunta

Noticia Nature

Comentario publicado en Nature

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