Competencia en investigación de células madre
2007/11/21 Galarraga Aiestaran, Ana - Elhuyar Zientzia
Mitalipoven ha utilizado los fibroblastos de un macaco adulto, es decir, las células del tejido conjuntivo. El núcleo del fibroblasto ha sido introducido en un óculo sin núcleo, con lo que el óculo contiene su información genética. Posteriormente, han propiciado el inicio del desarrollo embrionario hasta la fase blastocista. De hecho, en esta primera fase, las células embrionarias no están especializadas, por lo que tienen la capacidad de convertirse en cualquier tipo de célula. Es decir, son células madre.
En otros animales, los investigadores ya lo habían conseguido antes, pero en los primates no conseguían avanzar. Mitalipov, sin embargo, ha hecho algunos cambios en el paso de la introducción del núcleo de la célula adulta en el óvulo y parece que lo ha inventado. Esperan que el método sirva también en humanos.
El problema es que éticamente a algunos les parece inaceptable crear un embrión y después destruirlo. Y las otras investigaciones que han publicado ahora no tienen ese problema, ya que han conseguido células madre por otra vía. Además, lo han hecho con células humanas.
Por la vía de la reprogramación
De hecho, Cell ha publicado el trabajo del equipo de Yamanaka de la Universidad de Kyoto, y Science, del equipo de Thomson de la Universidad de Wisconsin-Madison (EEUU), han obtenido células madre reprogramando células maduras. En concreto, han conseguido que las células diferenciadas se conviertan en células parecidas a las de la madre, introduciendo algunos genes imprescindibles en el desarrollo del embrión.
Yamanaka dio a conocer esta técnica el año pasado y la probó en el ratón. El gran inconveniente era que debía introducir cuatro genes en las células de los ratones y para ello utilizó un retrovirus. El uso de virus no es seguro y uno de los factores introducidos detectó que generaba tumores. Sin embargo, ha utilizado la misma técnica con células humanas. Se ha partido de las células superficiales de una mujer de 36 años y un hombre de 69 años, y ha conseguido convertir las células madre obtenidas en células cardiacas y neuronas, pero con los mismos riesgos que tenían en el ratón.
El equipo de Thomson parte de las células fetales de un bebé recién nacido y de las células del prepucio. Y para reprogramarlos, retorcer a la célula madre, han introducido cuatro genes, pero no los mismos que los de Kioto: dos eran iguales y los otros dos no. De esta forma se cree que no han incluido el factor causante del tumor, pero sin embargo sí han introducido los genes a través de un virus.
Además, los estadounidenses han reconocido que al menos 14 genes participan en la reprogramación, pero esta vez han sido suficientes. Sin embargo, no tienen clara su función. ¿Qué hacen los no utilizados? ¿Qué pasa si faltan?
Todavía tienen muchas preguntas que responder, pero, estimuladas por el clima competitivo, se están superando las etapas. Mientras tanto, los que le rodean velan por que no haya dopaje (fraude) y esperan ansiosos cuando llega la hora de ponerse la txapela.
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