Zona agrietada de Larrea
1993/10/01 Albisu, Alex Iturria: Elhuyar aldizkaria
Si la riqueza de las tierras de Euskal Herria se debe a un amplio y variado entorno, uno de los mejores exponentes sería Larra.
Esta tierra kárstica (formación geológica) tiene una vida enorme en su interior, y puede ser la región más importante de nuestro país atendiendo a su extensión y conservación.
La topografía o la forma de la tierra, tiene un aspecto caótico y fascinante en esta pequeña parcela sin apenas arañar, y sin mucha imaginación podemos apreciar la dureza y el encanto de los paisajes de hace 5.000 años.
El aspecto quebrado de la explanada de Larrako le confiere estar en terreno kárstico. A pesar de los peligros que se pueden apreciar en estas tierras altas, en primer lugar debemos ensalzar la belleza de estos montes para aprender a equilibrar su grandeza e importancia.
Es obligatorio mencionar las peculiaridades y adaptaciones de las tierras kársticas por su particular juego en Larra. Y en primer lugar, hay que mencionar que la piedra tiene forma de arcilla seca, que es una tierra agrietada y llena de agujeros. Las aguas vertidas no tienen desagüe y se dirigen directamente al subsuelo. Estos terrenos kársticos, al ser permeables, no encontraremos en ellos ríos permanentes y sólo se dispersarán sobre el terreno tras grandes cataratas.
A pesar de la formación geológica en la que se basa la caliza, no son de descartar los pinos negros que tienen lugar en esta zona. Se trata de la tierra kárstica más extensa de Europa cubierta de pino negro. El pino negro cultivado aquí puede tener más de 350 años de edad, siendo evidente la madurez de este tipo. En la cordillera Cebollera, por ejemplo (Soria y La Rioja), encontramos pinos negros de unos 600 años. La edad de corte llega tarde, cuando se echan entre 120 y 150 años y se hace con mucho cuidado. Este singular árbol es capaz de vivir en piedra desnuda, convirtiéndose en planta primaria. Estos pinos son muy fuertes y permanecen firmes en los rayos, vientos y tormentas. Si nos dirigimos a Larrara, el cuadro de supervida que forman estos pinos es único.
El territorio que ocupan es amplio, siendo Eskilzarra, Arlas, el triángulo de Budogia más o menos limitado.
Bajo estos cielos, pinos y calizas se abren infinitas simas cuevas subterráneas que ofrecen a los espeleólogos que llevan la luz en la cabeza unas cavidades únicas.
La comarca de Larrea es una de las regiones más importantes del mundo, debido a las simas y simas que hay en ella. Geológicamente, por tanto, es un territorio muy interesante y sin duda interesante para los geólogos.
Esta tierra salvaje no ha sido afectada por el ser humano, al menos de forma notoria. A pesar de que ocasionalmente salieron árboles, no llegaron a los lugares más altos de Larrea, por las dificultades que presentaban.
Los rumores de las tormentas son constantes en algunos embalses y la nieve invierte largo año. Las precipitaciones por metro cuadrado son superiores a los 2.000 mm por metro cuadrado en toda la región, aunque pueden llegar a los 3.000 mm en las regiones más altas. Si a estas precipitaciones caídas en forma de nieve o lluvia unimos la lejanía, la altura y el relieve roto, comprenderemos fácilmente cómo Larrea ha conservado su aspecto antiguo.
Al ser el pino negro el tipo de árbol más característico, otros nacen en él, dando a la vegetación una gran variedad. El haya y el abeto crearán la paga. Esta paga se une al pino negro en una extensa comarca, con el límite del triángulo Eskilzarra-Zanpori-Lapazarra. Prácticamente no encontraremos hayedos sin abetos ni pinos y los pinares de pino negro sólo los encontraremos en tierras altas del este sin mezclarlos con otros árboles.
El bosque de Larrea es la región más alta del Pirineo occidental. También es muy especial desde el punto de vista climático. Incluye las particularidades climáticas de las vertientes mediterránea y cantábrica.
Todas estas características hacen que la fauna presente sea muy rica. De hecho, al ser animales de la vertiente mediterránea y de la vertiente cantábrica, nos encontramos con una serie de plantas curiosas, formando microclimas adecuados y singulares.
Existen en el mundo de las plantas tipos con la palabra científica “endémica” (plantas o animales aislados o asociados a un ecosistema muy particular). Dentro de los animales también hay algunos que pueden considerarse endémicos. Es el caso del lagópodo blanco (Lagopus mutus), el silvestre (Tetrao urogallus) y el oso (Ursus arafectos).
Como sabemos gracias a las huellas de las cuevas y los escritos, el oso vivió en todos los lugares de Euskal Herria, pero como siempre, a medida que la influencia humana fue aumentando, el oso comenzó a alejarse hasta que este territorio oriental se convirtió en el último refugio.
La tendencia a andar de noche y a esconderse hace muy difícil saber cuántos hay exactamente. En 1950 se pensaba que había 70, pero en 1986 sólo había 20 cabezas. En la actualidad, siete años después, se estima que en todo el Pirineo habrá diez osos. Sin embargo, las huellas de una pareja han sido descubiertas en Larrea.
En los últimos años se ha dado un duro golpe al oso. Esta corriente, que en años anteriores ha pretendido asemejarse al turismo natural y al ecologismo, nos ha llevado a abrir nuevas carreteras, zonas tranquilas y campings hasta estos últimos escondites de los osos. La gente no respeta estos últimos asentamientos y desaconseja en cualquier lugar. Dado que el oso es un animal muy prudente y sobre todo minucioso, los gritos o ruidos más fuertes pueden asustarse yendo a una región a kilómetros.
El futuro de los osos es realmente negro. En contra de cazadores, baserritarras, venenos, etc., los osos actuales tienen suficiente trabajo para sobrevivir.
Pero siguiendo con la fauna, hay muchos otros animales que pueden aparecer en un ecosistema bien equilibrado. Entre los mamíferos destacan el ciervo (Cervus elaphus), el corzo (Capreolus capreolus), el gato montés (Felix silvestris), el sarrio (Rupicabra rupicabra) y el jabalí (Sus scrofa).
Entre las aves, al margen del Tetrao urogallus y del Lagópodo Blanco (Lagopus nivalis), encontraremos otras especies de interés como el Halcón Romero (Pernis apivorus), el Halcón Rojo (Falco tinnunculus) y el Águila Negra (Aguila chruysaëtos). Para demostrar su grandeza podremos ver el quebrantahuesos.
Los que habitan en los troncos son el pico verde (Picus viridis), el pico negro (Dryocopus martius) y el pico hepático (Dendrocopos leucotos).
Entre los mamíferos, un animal que vivió hace tiempo, ha vuelto a explotar la tierra. El musar (marmota marmota) ha crecido gracias a repoblaciones realizadas en el estado francés.
Afortunadamente, toda Larra fue convertida en una reserva con una “reserva integral” en su centro. Aunque la protección en la reserva integral es total, en la reserva natural se puede controlar algún tipo de animal.
Pero la protección ecológica de este territorio no ha sido posible gracias a una idea, y si ha conservado su antiguo esplendor ha sido por falta de explotación y por lejanía; por ejemplo, porque era muy difícil llevar madera.
Estas ideas de apoyo son la moda y las necesidades de hace pocos años, y un ejemplo de lo que no existía entre nosotros es la carretera Belagoa-Antxomarro, construida hace 15 años. Esta carretera, además de deteriorar su paisaje y provocar el derribo de los puentes, dejó los lugares de residencia del oso cortados por el centro.
También tendríamos que ir al refugio de Belagona para darse cuenta de que desde allí no hay obstáculos para acceder a Larrea. Aunque en teoría los refugios son casi perfectos, en ellos no suele haber. Aunque las reservas naturales, sobre todo la integral, fueron concebidas para ser visitadas por un número determinado de personas, hoy en día cualquiera puede acceder. Así las cosas y con la política de Leitzaran cerca, hoy podemos ver como nunca antes era posible que la sed de dinero y el absurdo pudiera ser el último aliento de los narturgunes vascos.
Gai honi buruzko eduki gehiago
Elhuyarrek garatutako teknologia