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Dopaje no favorecedor

2000/10/03 Roa Zubia, Guillermo - Elhuyar Zientzia

La efectividad de la hormona del crecimiento utilizada habitualmente por los deportistas no se ha visto reflejada en las últimas investigaciones

Durante estos días hemos visto a deportistas capaces de correr menos de cien metros en menos de diez segundos. Los que circulen sobre la bicicleta más de sesenta kilómetros por hora, nadan en el agua menos de doscientos metros dos minutos o no mueren después de correr cuarenta kilómetros. Y no sólo eso. Con motivo de los Juegos Olímpicos de Sydney, la televisión nos ha presentado todo tipo de monstruos. ¿Cómo consiguen estar así?

Por supuesto, se entrena. Pero para ir a unos Juegos es casi imprescindible utilizar otro tipo de métodos, los químicos. Es la parte oscura del deporte. El dopaje exige una actualización constante de la normativa deportiva. Sin embargo, la química también suele traer sorpresas curiosas.

Últimas investigaciones

Entre las sustancias prohibidas de uso frecuente para muchos deportistas se encuentra la hormona del crecimiento. Sin embargo, sus posibles efectos a corto plazo son poco conocidos. Investigadores de Goteborg (Suecia) descubren que esta hormona no aumenta su capacidad de ejercicio. Este resultado ha sido presentado en el congreso sobre biología y deporte celebrado en Portland, Estados Unidos.

Investigadores suecos para la investigación han utilizado treinta voluntarios, quince chicos y quince chicas de entre 19 y 35 años. El estudio se controló mediante placebos proporcionados aleatoriamente. A todos los deportistas se les realizaron ecocardiografías 28 días antes del tratamiento y hasta 28 días después de su finalización. Se les administró la hormona, tanto en grandes como en pequeñas dosis. Además, en la investigación se utilizó la técnica de la ecocardiografía Doppler.

El Dr. Kenneth Caidahl, jefe del proyecto, afirma que no se aprecia ninguna mejora en la capacidad de ejercicio físico en los resultados. Ni con dosis altas ni pequeñas de hormona. Además, no se veían cambios en los rendimientos de los deportistas, como la resistencia, ni en la cantidad de oxígeno consumido.

Sin embargo, los deportistas no son la única preocupación de los científicos. La hormona del crecimiento también tiene gran importancia en el desarrollo normal de los niños. Es imprescindible que la prueba de detección sea rápida y fiable. El problema de las hormonas es que pueden producir el efecto en cantidades muy pequeñas. Por tanto, se requiere una gran sensibilidad a la prueba. La química Roberta Sulk, de la universidad de Wyoming, recibió una beca de 500.000 dólares para investigar en este campo. Raman acaba de desarrollar una prueba basada en la espectroscopía.

El gran problema que ha existido desde hace tiempo para el desarrollo de la prueba ha sido la obtención de muestras. La cantidad de hormona necesaria para acertar la prueba de laboratorio es elevada. Hasta hace unos quince años, la única fuente de la molécula era la glándula pituitaria de un difunto. Era un trabajo pesado. Los científicos se vieron obligados a extraer una glándula sana y a iniciar el aislamiento químico de la proteína. Ahora la metodología ha cambiado mucho. De hecho, a través de la ingeniería genética se pueden obtener fácilmente mayores cantidades de estas sustancias. No hacen falta cuerpos. Es un mero trabajo de laboratorio.

Huyendo de una metodología dura

Hasta ahora se utiliza la sobredosis de insulina para fomentar la producción de la hormona del crecimiento. Para algunos niños este método resulta muy perjudicial. Además, se necesitaban fechas para realizar el análisis. La prueba actual sólo tarda veinte minutos en obtener resultados. Se ha verificado la eficacia del sistema y se ha donado dinero a la empresa Detection Limit para que diseñen el prototipo de la herramienta de prueba.

Los deportistas utilizan mucho la hormona porque es una sustancia habitual del cuerpo. En general, consideran difícil de detectar. Pero la prueba desarrollada por Sulk detecta cantidades no naturales. Además, el efecto hormonal no es previsible, por lo que el futuro de este tipo de dopaje puede verse seriamente alterado en los próximos años.

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