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Moldeador de relieve hielo

1998/11/01 Mugerza Perelló, Inma Iturria: Elhuyar aldizkaria

Una rápida revisión del paisaje de nuestro entorno nos permite observar que presenta relieves de formas y formas muy diversas. De hecho, el relieve se encuentra en un estado dinámico y se va adaptando constantemente debido a elementos externos (lluvia, viento…) valles, montañas, playas, laderas de lenar, circos, etc. constituyendo.
La espigada lengüeta del glaciar Grey se adentra en el parque de las Torres del Paine.
S.Arteaga

Esta dinámica paisajística no está limitada únicamente por elementos externos. Su morfología dependerá de la litosfera (roca), hidrosfera (agua), atmósfera (clima) y actividad biológica. Así, en función de la combinación de estos factores, el relieve recogerá ciertas características mediante el desarrollo de paisajes singulares. Junto a esto, no se puede obviar la influencia humana que, en gran medida, ha producido una transformación de la morfología del terreno y que se está llevando a cabo.

Foto 1. Seil dera Arista de Baquo y su glaciar de montaña.
I. Muguerza

¿Quién podría pensar que hubo glaciares en nuestro viejo País Vasco? Parece locura, ¿no? Schmidt-Thomé y Gómez de Llarena, en la década de 1940, llegaron a la conclusión de que, siguiendo algunas pistas que habían quedado “impresas” en las rocas cercanas.

Como consecuencia de la Segunda Guerra Mundial, la información recibida por estos dos científicos se perdió y el científico alemán Karl-Otto Kopp intentó en la década de 1960 saturar su trabajo.

La última glaciación en Europa duró hasta hace unos 25.000 años, cuando las cadenas montañosas más altas del País Vasco estaban cubiertas de hielo. En este artículo se pretende explicar la influencia que el hielo ha tenido y sigue teniendo en el relieve.

Glaciaciones

Los glaciares son masas de hielo terrestre móviles. Hubo un tiempo en el que las amplias tierras estuvieron cubiertas y moldeadas por los hielos, y ahora es así, aunque la superficie cubierta fuera mucho menor. Actualmente los glaciares permanentes tienen una superficie cubierta de 15 millones de km2 (1,5 veces la superficie europea), la mayor parte de la Antártida (13 millones de km2) y

Foto 2. Este extenso valle en U, desarrollado aguas abajo del embalse de Scallers (Lerida), y las estrías encontradas en su interior, demuestran la importancia del hielo en el desarrollo de este valle glaciar. (I. Mugerza).

Groenlandia (1,65 millones de km2). El resto (3%) se encuentra muy repartido entre Alaska, Canadá, Nueva Zelanda y las nevadas permanentes (Alpes, Andes, Cáucaso, Himalaya, Pirineos…).

En zonas en las que el clima no es tan frío, en los meses templados por debajo de la nieve sostenible, el hielo desaparece reapareciendo en los meses más fríos. En estos casos, aunque el altorrelieve sea el propio hielo, el paisaje presenta características periglacias.

Desde el nacimiento de la Tierra hasta la actualidad se han sucedido numerosas glaciaciones. Cronológicamente hablando serían:

  • Glaciación de Gondwana: hace unos 2.300 millones de años. Son conocidas las huellas de Canadá.
  • Glaciación Infrarroja II: hace unos 950 millones de años.
  • Glaciación Infrarroja I: entre hace 825 y 740 millones de años. Las pistas están en Australia.
  • Glaciación Eocambrica: entre hace 675 y 600 millones de años. Se encuentran en Escandinavia, Australia, China, Brasil y África.
  • Glaciación Siluriar-Ordovícica: entre hace 470 y 410 millones de años.
  • Glaciación Permocarbonífera: entre hace 340 y 255 millones de años.
  • Glaciación Cenozoica: hace unos 40 millones de años. También llamado pleistoceno.

Las marcas existentes en Euskal Herria y en los Pirineos, sin embargo, corresponden a las Glaciaciones del Cuaternario. En Europa y América predominaron entonces cuatro glaciaciones, pero se conocen varios nombres y la duración es variable (ver tabla 1).

Hipótesis sobre las glaciaciones

Foto 3. Circo oriental del monte Besiberri N (Pirineos, lerida). Los antiguos circos de gran anchura conservan normalmente algún lago. En este también se encuentra el lago, pero el agua está helada y el hielo está cubierto por la nieve. (I. Mugerza).

Se han planteado más de sesenta hipótesis para explicar estas “crisis” climáticas. No obstante, dado que su enumeración sería demasiado larga, sólo algunos de ellos aparecerán aquí:

- Hipótesis solares glacigénicas:

  • Teoría de la estanqueidad de la difusión gaseosa: En opinión de Öpike, la difusión periódica del hidrógeno procedente de la superficie solar se produce mediante la absorción de grandes cantidades de energía a lo largo de millones de años y la reducción de la radiación emitida por el Sol.
  • Teorías galácticas: Según Steiner y Grillmaire (1973), el reparto de la masa en la Vía Láctea hace que el Sol atraviese zonas de “fuerzas galácticas”. Esto podría dificultar la difusión del hidrógeno en el centro solar y afectar a la radiación.

- Hipótesis glacigénicas de tierras:

  • Teoría de los cambios orbital: Los cambios en el tiempo de insolación coinciden con los cambios de temperatura, con mínimas insolaciones por delante de los mínimos térmicos. Esta teoría serviría para comprender la rotación interglazal-glacial y no para comprender un intervalo de glaciaciones.
  • Adición de calor emitido: La atmósfera terrestre perdió suficiente CO2 y la Tierra se enfrió lo suficiente como para que se produjeran las glaciaciones.
  • Añadir albedo: La capacidad de reflexión de los rayos solares de la Tierra es variable, condicionada por el aumento del polvo volcánico en la atmósfera, el aumento de la intensidad del medio magnético, la distribución continental con los polos geográficos, la altura media de los continentes. Estas razones podrían impedir que los rayos solares atraviesen la atmósfera terrestre disminuyendo su temperatura.

Tipos de glaciares

Foto 4. Las piedras que se ven frente a este glaciar de Alaska son las morrenas laterales. Debajo también hay hielo.
I. Muguerza

En relación con las hipótesis glaciongénicas mencionadas anteriormente, la expansión de los glaciares depende de dos condiciones: la alimentación (cantidad de nieve que recibe el glaciar) y la ablación (fusión y evaporación de la nieve recibida). La relación entre ambos se denomina “balance glaciar” y el glaciar sólo avanza cuando el primero es mayor que el segundo.

Observando las masas de hielo distribuidas actualmente por todo el mundo, se pueden observar glaciares de diversos tamaños y formas, entre los que se puede realizar una clasificación concreta:

Las inlandiss son masas de hielo extensas desarrolladas en regiones donde el clima es muy frío y la ablación es muy baja. La alimentación también es baja, ya que las precipitaciones no son abundantes. El recubrimiento de hielo puede llegar a alcanzar los 2.000 metros de espesor y en ocasiones se pueden ver las cotas más altas de la base topográfica fuera del hielo como si fueran fantasmas de roca. La antártida sería el mejor ejemplo.

Las tapas de hielo tienen menor superficie y se extraen los lienzos en todas las direcciones. Abundan en latitudes altas como Alaska.

Los glaciares de montaña son masas de hielo situadas por encima de las nieves perennes en las sierras más altas. En los Pirineos el límite de las nieves perennes se encuentra en 3.200 metros, por encima de los cuales la nieve se acumula en los circos, transformando la nieve de la parte inferior en hielo. En verano, en zonas sombrías en las que los rayos solares no llegan más de 2.500 metros, se pueden observar masas de nieve persistentes que pueden tomar las propiedades de los glaciares, que son neveros. Los ejemplos más cercanos se encuentran en los Pirineos y Alpes (ver foto 1).

Los glaciares del valle aparecen como una red dendrítica. Las lengüetas procedentes de los circos superiores se juntan abajo formando una sola lengüeta. A pesar de la desaparición de este tipo de glaciares en los Pirineos, se pueden ver numerosos valles glaciares modelados por ellos mismos (ver figura 2).

Principales morfologías glaciares

Foto 5. Roca ovina de granito (en el valle de Scallers, Pirineos, Lerida). Ver superficie lisa que presenta la roca. (I. Mugerza).

Está claro que las primeras nieves que formará el glaciar no pueden acumularse por doquier, ya que en las paredes desnudas la nieve caería por gravedad. Así, a menudo, estas cimas rojas que rodean estas morfologías glaciares se denominan nunatas (Nu). La nieve necesita zonas no muy inclinadas para poder acumularse y compactarse en ellas y producir hielo. Con el paso del tiempo, además, el propio hielo adaptará estos lugares con formas en tonel debido a la erosión.

Los circos (Zi) son las principales zonas de alimentación del glaciar. A partir de ahí, la lengua de hielo formará, en la mayoría de los casos, un extenso glaciar de valle (Hg) en forma de U, dejando indicios de su capacidad erosiva en todo el entorno. Existen, sin embargo, glaciares de valle en forma de V que pueden deberse a avenidas subglaciares, es decir, a inundaciones de los ríos de deshielo que discurren bajo la lengüeta de hielo. En las altas cordilleras es frecuente observar las formas producidas por las glaciaciones. En consecuencia, So sería la superficie de inflexión entre un valle afectado por una glaciación más antigua y el valle principal. De la misma manera, los valles colgantes (He) podrían ser creados en una edad de hielo más antigua. Sin embargo, es posible que estos valles colgantes estén ligados a un alto circo y desde allí las lengüetas de hielo alimenten el valle principal.

Estructuras singulares afectadas por glaciares

Foto 6. Roca oveja caliza (cerca del Circo de Gavarnie, Francia). (I. Mugerza).

La capacidad del hielo para romper la roca circundante y transportar fragmentos es enorme, más aún si se trata de una espiga de hielo de unos cientos de metros de profundidad y unos kilómetros de longitud. Estos bloques de roca son totalmente heterométricos y pueden situarse en cualquier posición de la lengua de hielo: en la superficie, en el fondo, en los bordes o en el centro de la masa de hielo. A veces estas rocas tienen la superficie totalmente cubierta del glaciar y el hielo no es visible. Estas rocas son morrenas (ver Foto 4) y, al igual que el hielo, confieren características especiales al sustrato en contacto, formando estrías en la erosión.

En otras ocasiones, el propio hielo puede moldear las heterogeneidades del sustrato inferior mediante la aplicación de rocas en forma de oveja (fotos 5 y 6). Dado que el camino que sigue la masa de hielo sufre numerosas fluctuaciones, pierde energía para superar estos glaciares, por lo que algunos de los bloques de roca que lleva en su interior se acumulan en el fondo y el hielo que viene detrás los moldea formando estructuras llamadas drumlin.

Debido al cambio climático, la temperatura de la Tierra ha aumentado y muchos glaciares han retrocedido, abandonando las morrenas (ver foto 7) y descubriendo las estrías generadas. Al desaparecer el glaciar, la presencia de morrenas transportadas por la lengua en su parte delantera o de “morrenas delanteras”, permite conocer hasta qué punto la lengua de hielo se expandió. A su vez, la observación de estrías, rocas en forma de oveja y drumlinas permite deducir la dirección y dirección del movimiento del glaciar.

Restos del glaciarismo del Cuaternario en Aralar

Foto 7. Los depósitos grises que se observan alrededor del lago son morrenas transportadas por el glaciar.
I. Muguerza

A mediados de siglo se descubrieron en Aralar estructuras singulares provocadas por el hielo. Debido a la amplia configuración de algunos valles, a sus singulares estructuras y a las morrenas descubiertas en el barranco de Arritzaga, la montaña circundante le llevó a pensar que alguna era de hielo del Cuaternario había influido.

El barranco de Arritzaga, con dirección NW-SE, es el camino más corto para ascender al refugio de Igaratza desde Amezketa y está situado al noreste del monte Txindoki. Los Sres. Gómez de Llarena, Schmidt y Kopp concluyeron, a través de sus investigaciones en estas zonas:

En Würma (Figura 2), el límite de las nieves perennes se encontraba a 1.050 metros y un glaciar de 4–5 km de longitud se encontró a una cota de 800 metros las morrenas extremas situadas en el barranco de Arritzaga. El glaciar tenía unos 100 metros de espesor y podía llegar a alcanzar los 200 metros de anchura. El circo estaría situado entre los montes Ganbo e Irumugarrieta. A unos 100 metros por debajo de la mina de cobre, por debajo del lugar donde se encuentra la morrena extrema (ver foto 8), el valle, inicialmente bastante ancho, pierde su forma de “U” y adopta la forma de “V”. El extremo del glaciar se desarrolló hasta el lugar donde se encuentran las morrenas y su extremo calizo le impidió prosperar. En este punto el hielo se derretió y con el tiempo el agua desarrolló un barranco en forma de “V” (ver figura 10).

Puede que el hielo haya dejado otras pistas, pero si es así, la karstificación posterior ha eliminado todas. Más al noroeste, cerca de Azkarate, un glaciar de 1.700 metros de longitud dejó otra morrena.

Periglaciarismo

Foto 8. Receptivos de morrena extrema situados aguas abajo de la mina de cobre de Aralar.
I. Muguerza

En los sistemas periglaciares el hielo tiene una influencia importante durante buena parte del año, pero no de forma continua. Además, no está unida únicamente a un medio y, condicionada por la vegetación, tiene muchas intensidades. El periglaciarismo se concentra hoy en el 16,5% de la superficie total de la tierra emergida.

Algunos conceptos

Al igual que ocurre con el glaciarismo, en los sistemas periglaciales se dan procesos concretos que dan lugar a formas particulares. A continuación se verán algunas de ellas.

  • Pipkrake: La humedad inferior de los granos situados sobre el suelo se transforma en un fino palo de hielo a medida que la temperatura desciende, elevando los granos unos pocos centímetros. Al subir la temperatura y derretir el hielo, el grano cae unos centímetros (ver figura 3).
  • Lentejas de hielo: El agua del suelo puede congelarse formando capas o lentejas paralelas a la superficie. Alrededor del Círculo Polar persisten durante todo el año.
  • Cubitos de hielo: Al transformar la humedad de las pequeñas fracturas en hielo, aumenta el volumen aumentando la fractura y rompiendo la roca (gelivación).
  • Foto 9. El valle es bastante ancho en la parte superior y tiene forma de "U". Se observa que más abajo se aprieta en forma de "V" debido a la erosión provocada por el agua de fusión que estaba pasando por debajo de la masa de hielo.
    I. Muguerza
    Solifluxio: En zonas en las que el hielo es persistente, el hielo próximo a la superficie de la masa de hielo se derrite en verano y no se puede filtrar por la pared inferior helada, formando una masa fangosa saturada de agua que comienza a moverse lentamente.
  • Crioturación: Es cualquier cambio en el estado original de las capas afectadas por el hielo.
  • Grëzes liteés: También se han denominado como amiluzamientos estratificados. Es simplemente el transporte de la pipcraquea, la gravedad y los bloques de roca afectados por una capa de arcilla situada en la parte inferior.

Procesos fríos y periglaciales en Euskal Herria

Si bien en el País Vasco se han encontrado grëzes liteés, restos de solifluxio, signos de gelivación y formas de crioturbación, no son muy abundantes. Por ello, siempre se han considerado imprevistos y nunca han sido debidamente analizados. Es interesante, sin embargo, que algunos de estos ejemplos se hayan encontrado en cuevas. Esto podría dar lugar a problemas o contradicciones con la forma de explicar las huellas de procesos fríos en superficie.

Foto 10. En la cueva de Casteret (Gavarnie, Pirineos) nacen las velas de hielo desde el techo hasta el suelo en invierno. En verano, sin embargo, las temperaturas van creciendo y se quedan suspendidas del techo como los fantasmas blancos. (I. Mugerza).

Todas las pistas observadas parecen de Cuaternario. Los restos más antiguos son los bloques crioclásticos encontrados en la cueva de Lezetxiki (Arrasate-Mondragón), es decir, la acumulación de rocas angulosas generadas por la rotura de rocas por heladas duras. Como resultado de las investigaciones, se ha concluido que estos depósitos se acumularon en dos fases, la primera correspondiente a la glaciación de Würm y la segunda a la retracción postwürmiana.

Los procesos periglaciares se produjeron en torno a las masas glaciares, cuyo límite superior estaba situado por debajo del límite inferior de las nieves permanentes. Según los investigadores, los hielos del Cuaternario alcanzaron cotas muy bajas, con el límite de las nieves perpetuas de Würmiar en 650 metros. Por lo tanto, si se quiere encontrar estructuras periglaciares de la época, se deberá buscar por debajo de ese límite.

En las cuevas de Xalbador (Zumaia) e Igitegi (Oñati) se han encontrado crioturbaciones que han afectado a los depósitos aluviales acumulados en los conductos kársticos y este descubrimiento indica que en esta época del Cuaternario habría mucho frío.

¿Por qué no han aparecido en superficie los restos periglaciares que han aparecido en las cuevas?

La inexistencia de estas estructuras de crioturación no significa, sin embargo, que no se crearon. Puede haber sido destruida por transporte y erosión de materiales detríticos. La acumulación de sedimentos tipo “grëzes liteés” entre Oñati y el santuario de Arantzazu ha mostrado el control litológico de estos depósitos crioclásticos. Son algunas de las marcas más frías y requieren de grandes ciclos hielo-fusión para su formación.

Los restos de la gelifracción se encuentran en los acantilados de Aloñamendi (Oñati). Los materiales coluviales desprendidos por el propio hielo se pueden ver dispersos.

Foto 11. En la misma cueva anterior, cuando el hielo retrocede se pueden observar los mataderos abandonados en la roca.
I. Muguerza

Las zonas afectadas por la tectónica conservan sus orígenes en diaclasas y fracturas. En Atxarte se encuentran los acantilados, en forma de prados, no consolidados, y acortados. Está claro, además, que el origen de los nuevos coluviones se debe en gran medida a la tectónica y no al hielo.

En nuestro territorio se han encontrado restos de dos tipos de solifluxios: el frío y el templado. La separación genética de estos dos tipos de solifluxio suele ser bastante difícil, sobre todo cuando no es posible separarlos mediante procesos sedimentológicos. En el País Vasco las coladas de origen frío tienen un espesor mínimo de centímetros. En la cueva de Igitegi (Oñati) aparecen materiales de aspecto solifluidal, pero su gran espesor cuestiona el origen periglaciano.

Parece ser que los fríos que afectaron a Euskal Herria no fueron excesivamente violentos, influyeron muy puntualmente y sólo en períodos cortos de tiempo. Se deduce de la aparición de una pequeña variedad de estructuras. Además, las coladas de solifluxio no sirven para demostrar la existencia de un dominio periglaciar.

En Europa

Tiempo (año)

En América Tiempo (año)

GUNZ Gunz-Mindel

75.000 NEBRASKA Afton 200.000

MINDEL Mindel-Riss

300.000 € KANSAS Yarmouth 300.000 €

RISS Riss-Würm

75.000 ILLINOIS Sargamar 120.000

WÜRM PostWürm

25.000 WISCONSIN PostWisconsin 25.000

Gai honi buruzko eduki gehiago

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