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Éxito de Hipparchus

1991/05/01 Elhuyar Zientzia Iturria: Elhuyar aldizkaria

Los astrónomos están cada vez más satisfechos del trabajo realizado por Hipparchus. Cada día envía sus datos durante diecisiete horas y ya ha determinado la posición de diez millones de estrellas.

El telescopio europeo Hipparchus fue lanzado al espacio el 9 de agosto de 1989. Debía alcanzar una órbita circular a 36.000 kilómetros, pero por avería en un motor tiene una órbita de 500 km/36.000 km. Este fallo de Usategi desanimó a los científicos en un primer momento, pero trabajando constantemente para crear una red de recogida de datos de satélite en todo el mundo, realizan un seguimiento de los datos noche y día.

Con el paso del tiempo, los astrónomos están cada vez más satisfechos del trabajo realizado por Hipparchus. Cada día envía sus datos durante diecisiete horas y ya ha determinado la posición de diez millones de estrellas. La Agencia Espacial Europea ha anunciado la publicación del primer catálogo con 6.000 estrellas. Hay que tener en cuenta que los datos del catálogo serán al menos 50 veces más precisos que las observaciones terrestres.

A pesar de los fallos en la órbita, el satélite Hipparchus ha determinado con precisión la posición de más de diez millones de estrellas y ha encontrado cientos de estrellas dobles.

Por otro lado, el equipo de Jean Kovalevsky del observatorio de la Costa Azul ha descubierto cientos de nuevas estrellas dobles. Además, se ha medido el nivel de iluminación de más de 30.000 estrellas.

A la vista del éxito de Hipparchus, los científicos esperan que cumpla su objetivo: medir el movimiento, el paralaje y la magnitud de 114.488 estrellas seleccionadas por los astrónomos. Si alcanza el objetivo, la esfera analizada directamente en el Universo se extenderá desde los 46 años luz hasta los 260 años luz.

La precisión de esta base de datos es fundamental, ya que luego se extrapola a mayor distancia, pero según Catherine Turon, que opera en el observatorio de Meudon, el satélite todavía tiene que pasar dos años y medio enviando datos para poder integrarlos en posiciones y dar distancias. El problema es que el satélite permanezca todo ese tiempo. Al pasar por el cinturón de Van Allen los paneles solares se erosionan y consumen más gas de lo previsto. Sin embargo, tras un año y medio de funcionamiento, hay motivos para estar esperanzados.

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