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Evolución del cerebro

2001/05/11 Galarraga Aiestaran, Ana - Elhuyar Zientzia

Un equipo de neurólogos de la Universidad de Princeton, en Estados Unidos, analiza los cerebros de diferentes especies para ver hasta qué punto cada zona del cerebro es comparada con el cerebro. Esta comparación de proporciones se ha denominado ‘cerebrotipo’ y ayuda a responder a una serie de preguntas sobre la evolución del cerebro y la relación entre especies.

Sabiendo cuál es el cerebrotipo de un animal, es fácil imaginar a qué grupo pertenece. De hecho, a pesar de que los cerebros de los animales del mismo grupo son de muy diferente tamaño, las proporciones entre los campos son similares, es decir, tienen un cerebrotipo similar.

El cambio de cerebrotipos indica una evolución. Por ejemplo, la huella del camino que va de los lemas primitivos a los primates y al ser humano se ve en la prolongación relativa del neoortex, el último que ha evolucionado desde las zonas cerebrales y que se considera materia de la inteligencia, entre otras cosas porque en él se sitúan las capacidades de aprender y hablar. Ocupa el 80% del cerebro humano, pero en los monos más evolucionados tan sólo el 60%. Según los investigadores, esta diferencia es un ejemplo de mejor adaptación para vivir en grupos con una estructura social más compleja.

Los investigadores también han observado semejanzas en especies remotas. Por ejemplo, el murciélago y el delfín utilizan un sistema de localización por eco y ambas especies tienen mucho que ver.

Sin embargo, explicar la evolución del cerebro no es tan sencillo. Un antropólogo de la Universidad de Durham, en Gran Bretaña, ha utilizado otro método para comparar las zonas cerebrales y no se ajusta a los resultados de los investigadores de Princeton. Según su estudio, el cerebelo tiene una proporción similar en la mayoría de las especies, de manera que concluyeron que su función no depende de otras zonas.

Sin embargo, el trabajo de la antropóloga de la Universidad de Durham demuestra que en los primates con gran neoortex, el cerebelo también tiene mayor dimensión. Por lo tanto, sólo analizando las proporciones, no se puede saber cómo cambiar cada zona del cerebro respecto a otras zonas.

Otros investigadores, sin embargo, consideran que ambos estudios son complementarios. Proponen que comparar el número de células puede ser un método mejor que comparar volúmenes. Sin duda, todavía quedan muchos estudios que realizar, pero parece que se están dando pasos en la explicación de la evolución del cerebro.

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