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Neandertales caníbales del norte de Europa, de cerca

2016/07/06 Galarraga Aiestaran, Ana - Elhuyar Zientzia Iturria: Elhuyar aldizkaria

Analizando la mayor colección de huesos neandertales del norte de Europa, un grupo internacional ha demostrado que eran caníbales y que utilizaban los huesos de sus miembros como herramienta. También han confirmado la gran diversidad cultural existente entre ellos. Para el investigador Asier Gómez Olivencia, esta característica nos acerca a nosotros. Es decir, cuanto más cerca se conozcan los neandertales, más se parecen a nosotros.
Restos óseos de los neandertales de la cueva Tercera de Goyet. Los que tienen asterisco han sido datados directamente (40.500-45.500 años). Ed. Real Instituto de Ciencias Naturales de Bélgica.

Hasta el momento, la mayoría de las pistas para conocer a los neandertales se han producido por yacimientos del suroeste de Europa. Gracias a estas pistas, por ejemplo, se ha descubierto que sus comportamientos con respecto a los muertos no eran iguales en todos los lugares y épocas. Por ejemplo, en Chapelle-aux-Saints (Francia) y en la Sima de las Palomas (España), los muertos fueron enterrados, mientras que en Les Pradelles (Francia) y El Sidrón (España) los difuntos fueron fragmentados y sus huesos fueron triturados para alimentarse. En otros lugares también se han encontrado claros restos del canibalismo, pero todos ellos en el suroeste de Europa.

La antropóloga Hélène Rougier ha dirigido la investigación que ha puesto de manifiesto que los neandertales de la cueva Tercera de Goyet eran caníbales. Ed. Asier Gómez Olivencia

Al haber menos yacimientos en el norte de Europa, los investigadores no sabían si existían semejantes diferencias entre los neandertales del país. En los yacimientos de Feldhofer (Alemania) y Spy (Bélgica) se han encontrado indicios de que los muertos fueron enterrados. Aparte de eso, no sabían mucho más. Ahora, un grupo de investigadores internacionales ha demostrado que los neandertales que vivieron en un yacimiento belga eran caníbales.

Precisamente, el equipo dirigido por la investigadora de la Universidad de California, Hélène Rougier, ha analizado los fósiles de la Tercera Cueva de Goyet. Es el yacimiento más rico de los neandertales del norte de Europa, donde se han identificado 99 fósiles y donde se han encontrado los primeros vestigios del canibalismo de los neandertales del norte. Los resultados y conclusiones del estudio han sido publicados en la revista Scientific Reports.

Formando el puzzle

El paleoantropólogo Asier Gómez Olivencia es uno de los firmantes del artículo. Ha confesado que ella sólo ha hecho una pequeña parte del trabajo, pero está muy contenta de haber podido participar. Y es que ha calificado la investigación como importante, ya que ha sido de gran ayuda “para obtener nuevos datos a partir de fósiles procedentes de excavaciones antiguas y para completar la foto de los neandertales”.

El investigador Asier Gómez Olivencia, especializado en costillas y vértebras de homínidos, ha participado en la investigación bajo la dirección de Rougier. Ed. Hélène Rougier.

Explica que en algunos tiempos los territorios del norte se despoblaron debido al frío. “Por tanto, a diferencia del sur, la población se ha visto interrumpida y los yacimientos y fósiles son mucho más escasos”. Por ello, el yacimiento de la Cueva Tercera de Goyet tiene una especial relevancia, no sólo por el número de fósiles sino también por la información obtenida.

El yacimiento fue excavado hace tiempo y más de una vez y en total se encontraron más de 30.000 fósiles. El grupo de Rougier los ha estudiado uno a uno, identificando 99 neandertales fósiles, 96 fragmentos de hueso y 3 dientes. El propio Gómez ha descubierto algunas de estas partes y además ha analizado costillas y vértebras, por ser experto en estas partes.

También han colaborado especialistas de diferentes áreas, que como piezas de un puzzle han unido unas a otras formando 47 grandes partes de 35 cuerpos. Han llegado a la conclusión de que eran al menos cinco los neandertales: cuatro adultos y un niño. Por otro lado, con la prueba de carbono 14 los huesos han descubierto que tienen entre 40.500-45.500 años. Así, fueron los últimos neandertales del norte de Europa.

Además, han analizado el ADN mitocondrial de las muestras y lo han comparado con los 54 hombres más modernos, 8 neandertales presecuenciados y un denisovés. Concluyen que los neandertales de Goyet eran similares a otros neandertales lejanos (Alemania, España, Croacia), más homogéneos que los hombres modernos que hoy vivimos a esas distancias. Los resultados corroboran lo propuesto por los estudios paleogenéticos anteriores, es decir, que la población neandertal en general, y especialmente la de los últimos neandertales, era reducida.

Huellas del canibalismo

Aunque genéticamente eran homogéneos, tenían una gran diversidad cultural. “En eso somos similares”, ha afirmado Gómez. Más aún: “Por esa característica me resulta fácil identificarme con ellos”. Prueba de esta diversidad es su comportamiento con los muertos, y los restos encontrados en la cueva Hiru de Goyet confirman que en el norte había tanta diversidad como en el suroeste.

Los huesos tienen marcas humanas. La de la derecha, por ejemplo, tiene cortes al retirar la carne y restos de su utilización como herramienta de trabajo. Ed. Real Instituto de Ciencias Naturales de Bélgica.

Las huellas del canibalismo son claras. Un tercio de los huesos neandertales estaban cortados y muchos tenían huellas de los golpes que habían dado para sacar la médula. En el yacimiento también se hallaban huesos de otras especies cazadas y comidas por los neandertales, especialmente de renos y caballos, y han visto que los cuerpos y huesos de sus miembros fueron cortados y destrozados como los de aquellos animales: separaron las partes del cuerpo, extirpando las cavidades, rompiendo los huesos largos y blanqueando las costillas y cráneos.

Sin embargo, los investigadores no pueden decir si el canibalismo se realizaba dentro de un rito o simplemente para alimentarse. Según Gómez, para resolver esta duda necesitarían información proporcionada por el contexto, “y en este caso eso se ha perdido, sólo tenemos huesos. En otros lugares se ha visto, por ejemplo, en el canibalismo ritual, que los huesos humanos se encuentran en un lugar separado, no mezclados con los animales. Por el contrario, en el caso del Homo antecessor de Atapuerca todos están mezclados, su canibalismo no iba a ser ritual sino gastronómico. No tenemos información sobre el tipo de Goyet”.

Huesos, herramienta

Los huesos, además de alimentarse, contienen huellas que demuestran su uso como herramienta de trabajo. También ha sido un descubrimiento destacable. Sólo en cuatro lugares se han encontrado los huesos humanos con los que se ha trabajado y, además, Goyet es el único lugar con más de un grano.

Entrada a la cueva de Goyet. Ed. Museo Prehistórico de Ramioule/copyright: A.C.Pottier

Estas huellas se han encontrado en tres tibias y en un fémur. Al parecer, primero fueron triturados para comer y después, al ver que eran aptos para trabajar la piedra, los utilizaron como los de otros animales.

En concreto, los investigadores han concluido que se utilizaron para retocar y afinar los útiles de piedra. En su opinión, seguramente se habrían dado cuenta de que los huesos que se estaban usando eran humanos, pero, al igual que ocurre con el canibalismo, en este caso tampoco saben si ese uso formaba parte de un comportamiento simbólico o se utilizaron por ser tan apropiados para esta función como los animales.

Excelente ejemplo de colaboración

El estudio de los huesos de Goyet es un buen ejemplo de colaboración, según Gómez. Y es que sin la participación de expertos de muchas especialidades el resultado no sería tan bueno.

La semilla de la investigación se gestó hace tiempo. En 2004, la doctora Hélène Rougier e Isabelle Crevecoeur identificaron un diente de origen neandertal y un fragmento de mandíbula, en una colección que estaba almacenada en el Real Instituto de Ciencias Naturales de Bélgica. Este descubrimiento fue el punto de partida para iniciar un estudio detallado de toda la colección de Goyet (más de 30.000 huesos). Posteriormente se formó un equipo de trabajo interdisciplinar para la investigación de los huesos humanos que identificó a 283 fósiles humanos, entre ellos los neandertales.

“Mi especialidad son las costillas y las vértebras de los homínidos. Durante esta investigación yo estaba en otro proyecto con Isabelle. Sin embargo, tuve la oportunidad de ver las costillas y dar algo de información. Aunque para entonces ya habían estudiado la colección en dos ocasiones, les pregunté si yo podía mirar por tercera vez. Me dieron la aprobación y en esta tercera fase conseguimos encontrar más huesos. Luego participé en la descripción de costillas y vértebras”, ha explicado Gómez.

La investigación ha sido un ejemplo de interdisciplinariedad. En la imagen, Hélène Rougier, en el centro, entre los dos especialistas del grupo, Cédric Beauval (izda) e Isabelle Crevecoeur (esk). Ed. Hélène Rougier.

En su opinión, la participación en un grupo internacional de estas características es muy enriquecedora, ya que la colaboración ofrece una oportunidad única para aprender: “Es muy interesante porque conoces las diferentes formas de hacer el trabajo y se reúnen investigadores de diferentes especialidades. Disfruto mucho de este intercambio de conocimientos. Y además, con los huesos humanos, siempre genera una emoción especial encontrar y identificar un hueso humano”.

Además, ha destacado el difícil trabajo de identificación realizado por Rougier y Crevecoeur: “Identificar un pequeño fragmento humano entre miles de huesos animales no es nada fácil”. También ha destacado la dirección de Rougier para llevar a cabo el artículo: “Ha tenido en cuenta las sugerencias de todos los autores. Además éramos un gran equipo de trabajo, difícil de coordinar, pero Hélène lo ha hecho perfectamente”. Todo el estudio se ha basado, por tanto, en la colaboración, desde la observación de la pila ósea de la cueva hasta la publicación del artículo en la revista científica.

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