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Hongos boletus en cultivo

2013/11/15 Leturia Yurrita, Iñaki - Elhuyar Zientziaren Komunikazioa Iturria: Elhuyar aldizkaria

La recogida de setas de cesta puede ser más fácil si las plantaciones continúan. George Chernilevsky (dominio público)

Al igual que los champiñones que encontramos en los supermercados, la siembra y recolección de hongos de boletus puede estar más cerca de lo esperado. Una empresa llamada ID Forest ha desarrollado tecnología para aumentar la producción de estas setas de alta estimación comercial. Fundada y dirigida por el ingeniero de montes Jaime Olaizola de Zumaia, tiene su sede en Venta de Baños (Palencia).

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Para la inoculación de un bosque con membrillo de boletus se utiliza la semilla autóctona, ya que existen cepas de setas adaptadas a un determinado bosque y terreno. En este lugar, además, algunas cepas crecen más rápido que otras, que son las que se utilizarán para la plantación. Lo que se hace en el laboratorio es una selección genética. Después, el mejor micelio se reproduce para formar la semilla.

Otros factores que se controlan para el éxito de la inoculación son la adaptación de la estructura del bosque, por el deseo de luz de los boletus, los análisis de la tierra, por su mejor aporte en tierras ácidas y la edad de los árboles.

Los boletus sólo micorrizan árboles maduros, mientras que en el caso de los níscalos o trufas es posible provocar una micorrización en árboles jóvenes. El objetivo de la inoculación es lograr la micorrización, es decir, que el hongo y las raíces de los árboles confluyan y que el micelio se extienda en el bosque. De ese micelio se crearán las setas, si todo va bien, al año.

El seguimiento del proceso se realiza mediante PCR. Esta máquina es capaz de localizar el ADN de los boletus en las muestras de tierra recogidas en el bosque. De este modo, se puede comprobar el número de micros existentes —para decidir si se debe inocular o no— que la inoculación ha funcionado y, por último, ID Forest utiliza esta técnica para la certificación de árboles micorrizados. Un árbol puede tener contacto micorrícico con cientos de hongos y el objetivo en este caso es conocer la presencia del boletus.

“Ya no es un experimento, los resultados han sido buenos y ahora estamos investigando cómo aumentar el rendimiento”, explica Olaizola. De momento son muchos los bosques sembrados con boletus-mizelio en Euskal Herria, y en Italia también hay una solicitud para ello.

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