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Pero… ¿el Camino de Leche no estaba ahí?

2000/04/30 Kortabarria Olabarria, Beñardo - Elhuyar Zientzia

¡No leas este artículo con luz de día! Esperar a que se oscurezca. En tu rincón favorito de la lectura en casa, estate tranquilo y empieza a leer. Una vez finalizado el viaje en línea, salga al balcón o abra la ventana y fíjate en el cielo. Las Estrellas, el Camino de Leche, y si eres capaz de ver la luminosidad de algún planeta estás de suerte, donde vives no hay contaminación lumínica. Sería sorprendente no vivir en el caserío.

La forma de vida humana se adapta al ritmo de la Naturaleza, por ejemplo, a los ritmos del día y de la noche. El día se utiliza para el trabajo, el estudio, etc., mientras que la noche es para descansar, para acostarse y, entre otras cosas, para observar el Universo. XX. Este ritmo se rompió aproximadamente a principios del siglo XX. La industrialización cambió la sociedad y la forma de vida. En la actualidad las actividades humanas ya no se limitan al reino del Sol. Las calles se han llenado de luz, tanto carreteras, casas, vehículos, todo tipo de edificios… Dicen que es mejor para el confort y la seguridad de todos.

Cualquier actividad humana en la Naturaleza produce cambios. Esta situación se conoce en la mayoría de los casos como contaminación. Cuando se habla de contaminación se representa algo sucio, de mal aspecto, que divide y deteriora el agua, la tierra o la atmósfera. Con la industrialización salvaje y el aumento de la población se han creado nuevos tipos de contaminación. Sus consecuencias no son tan obvias como las mencionadas anteriormente. La contaminación acústica y lumínica son así, se detecta que el foco de contaminación está abierto, pero desaparece cuando se cierra el grifo, sin que supuestamente se produzcan otras consecuencias. Por ejemplo, la contaminación acústica en cualquier calle es evidente durante el funcionamiento de la fuente de contaminación -vehículos que pasan por ella, trabajos que se realizan, intervenciones del público…-; al finalizar la actividad, la contaminación termina. Lo mismo ocurre con la contaminación lumínica.

Mal uso de la luz artificial

La contaminación lumínica es un concepto muy amplio, pero en general corresponde a la luz artificial que se propaga por la noche. Se genera cuando no se aprovecha correctamente y genera molestias. Entre los problemas derivados de la contaminación lumínica cabe destacar la intrusión lumínica, es decir, la luz que incide también en la zona exterior a la que debe resolver. Con lámparas de mala calidad o con escasos diseños de iluminación, son frecuentes las inserciones de luz.

Un ejemplo de este tipo de alumbrado que golpea más que en la calle. El brillo también es uno de los principales problemas de contaminación lumínica. A efectos de definición, se puede hablar del exceso de luminancia que produce una fuente de luz cuando dicha luminancia llega a impedir o disminuir la visión. Cuando se olvida de quitar las luces largas al vehículo que viene de frente, la disminución de la visión que se produce en un corto instante es un ejemplo de brillo. Otro de los problemas más destacables que plantea la contaminación lumínica es el brillo del cielo urbano y urbano. Este fenómeno se debe a la luz que huye de pueblos y ciudades. La luz fugada se dispersa al llegar a la atmósfera, aumentando así los niveles de dispersión natural en el cielo. En Madrid, por ejemplo, la capa de contaminación lumínica tiene 20 kilómetros de altura y 25 kilómetros de diámetro, que se ve a 300 kilómetros. La astronomía es la que más influye y, según los expertos, alrededor de la mitad del brillo celeste se debe a la iluminación urbana y local.

La contaminación lumínica no sólo afecta a la noche o a la oscuridad, sino también a otro tipo de molestias o problemas. El aumento del consumo eléctrico, el aumento de los procesos de generación de energía y consecuentemente de las emisiones de CO2, la acumulación de residuos de lámparas de mercurio, la influencia en los hábitos de vida de los animales, especialmente los pájaros de pueblos y ciudades, y la alteración del ritmo biológico del ser humano son consecuencia de la contaminación lumínica.

Las fuentes de contaminación lumínica pueden ser varias, pero la más desfavorable -por numero- es el alumbrado público, mejor dicho, el alumbrado público incorrecto o deficiente. Luminarias sin pantalla alguna, en forma de globo, luces de embellecimiento de edificios, luces publicitarias mal diseñadas, lámparas, entre otras, son las principales fuentes de contaminación lumínica.

Influencia en la astronomía

A pesar de que las preocupaciones sobre este tema son cada vez más generalizadas, por el momento la contaminación lumínica no disgusta demasiado a la sociedad. Una parte de la sociedad, sin embargo, está muy preocupada, formada por aficionados a la astronomía.

Astrónomos y aficionados están más interesados en observar estrellas, galaxias, etc. que nunca. Y es que gracias a los telescopios de última generación equipados con detectores electrónicos, cuando el estado del cielo es bueno, ya se puede mirar muy lejos y ver lo que hay allí.

Por ejemplo, con un telescopio electrónico de cuatro metros, se puede ver 250 millones de veces más que la estrella visual más lejana. Esto significa que una vela normal encendida, por la noche y a 100.000 kilómetros el hombre podría ver su luz. En estas sesiones de observación se ven galaxias que se encuentran ya a 10.000 millones de años-luz y que, al ser finita la velocidad de la luz, se ven como con un tercio de la edad actual del Universo. A partir de estas medidas, los astrónomos no sólo pueden determinar el origen y la estructura del Universo, sino también deducir cómo puede ser el futuro

... Sin embargo, para realizar correctamente las observaciones, además de los telescopios gigantes capaces de captar la mayor cantidad de luz, los científicos necesitan un cielo lo más oscuro posible. Por ello, es importante reducir al mínimo la luminosidad propia del cielo. La siguiente tabla puede ayudar a comprender el estado de los instrumentos que trabajan la observación del cielo y la confrontación entre la contaminación lumínica.

PÉRDIDA DE RESOLUCIÓN DEL TELESCOPIO DE 8 METROS DE DIÁMETRO SEGÚN LUMINOSIDAD

Luminosidad del cielo

Diámetro equivalente del espejo en metros

Porcentaje de utilización del espejo de 8 metros

1,00

8,00

100%

1,10

7,63

91%

1,20

7,30

83%

1,25

7,16

80%

1,50

6,53

67%

2,00

5,66%

50%

3,00

4,62

33%

5,00

3,58%

20%

Los datos de la tabla anterior indican que, a pesar de la baja contaminación lumínica, la capacidad de observación de los telescopios es muy importante. El punto de partida de la tabla, la luminosidad del cielo 1,00, sería la luminosidad propia del cielo, por lo que un valor de 1,10 significaría un aumento del 10% de la luminosidad. Por ejemplo, cuando se duplica la luminosidad del cielo -2,00- 8 metros el telescopio se convertiría en un telescopio de 5,66 metros. A pesar de los cálculos, los ejemplos de la realidad también son ilustrativos. En 1940 se instaló un telescopio de 5 metros en el monte Palomar de California. Hasta 1970 fue el telescopio más grande del mundo. La actual contaminación lumínica en las ciudades de San Diego y Los Ángeles ha hecho que la eficacia de este telescopio sea sólo la mitad de la que tenía hace 60 años.

¿Cómo afrontarlo? En comparación con otros, los problemas derivados de la contaminación lumínica no parecen extraordinarios. Sin embargo, a la solución más sencilla -el envío de la luz al suelo y no al cielo– le costará mucho abrir el camino. De hecho, al igual que ocurre con la mayoría de los problemas medioambientales, la solución debe ser global. Por supuesto, esto no quiere decir que cada uno desde su casa y su entorno no pueda tomar medidas, ya que las hay. Por ejemplo, tener apagadas las luces de casa cuando no se necesitan o utilizar lámparas de bajo consumo. Los Ayuntamientos también pueden hacer algo: reducir la iluminación de edificios o monumentos, utilizar lámparas energéticamente más rentables, tender a luminarias que iluminen el suelo, utilizar pantallas capaces de reducir el brillo y considerar en los planeamientos el concepto de contaminación lumínica.

Ahora sí, como promete en la entrada, levántate del lugar en el que estés, salga de la calamidad de tu casa -si es una noche sin niebla– y revisa el cielo. Si tienes suerte, que el espectáculo está bien.

Honesto, malo y malvado

Sincero:

  • Más eficaz, más barato.
  • Emite la luz hacia abajo y hacia los lados donde es necesario.
  • Proporciona una iluminación equilibrada.
  • No envía luz a las zonas adyacentes, no se permite la entrada de luz.
  • No impide la iluminación natural del cielo.

Malo:

  • Se desperdicia mucha energía.
  • Dirige la luz hacia el cielo.
  • La iluminación es débil y además la entrada de luz es evidente.
  • Iluminación de fachadas.

Faja:

  • Hace poca luz, salvo hacia los pechos de los pájaros.
  • No garantiza la seguridad ciudadana, ya que genera sombras.
  • El foco, al iluminar toda la calle, puede causar problemas en la circulación de vehículos.
  • Desde el punto de vista estético, los gustos son gustos, feos.

Publicado en el suplemento Natura de Gara

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