Antártida, laboratorio natural. Vivencias en el continente helado
2003/07/01 Agirre Iraeta, Eneko Iturria: Elhuyar aldizkaria
La Antártida es el continente más alejado de las tierras colonizadas por el hombre. Se encuentra a 1.000 km de la Tierra Sudamericana más cercana. Australia y Nueva Zelanda se encuentran a 2.500 km y África a 3.300 km. Está rodeado por los mares más ruidosos, y alrededor del cabo de Hornos (extremo sur de Chile) las olas alcanzan una altura de 12-14 m. Por eso es muy caro y difícil llegar a la Antártida.
Es el continente más frío y ventoso: -Han llegado a medir temperaturas de -89 ºC y vientos de 320 km/h. Además, la Antártida, con una altura media de 2000 m, es el continente más alto de la Tierra.
En él se encuentran las mayores reservas y concentraciones de hielo de agua dulce del planeta, y las funciones del océano y de la capa de hielo que rodean la Antártida son esenciales en ciertos procesos naturales globales. La situación geográfica y las condiciones ambientales de la Antártida hacen de ella un lugar privilegiado para la investigación científica y el estudio del pasado, presente y futuro del planeta.
Por otra parte, el sistema administrativo especial, constituido en el Pacto Antártico, garantiza, entre las acciones humanas, la prioridad de las investigaciones científicas y de la protección del medio ambiente. Es una región sin militares y prohibida la energía nuclear. Aunque varias naciones reivindican su propiedad, es patrimonio de la humanidad.
Laboratorio natural
La Antártida se ha convertido en un inmejorable laboratorio natural para diversos campos de la ciencia. En él se encuentran los mejores registros climáticos del pasado. La mayor parte de la información se encuentra en el hielo. Así, por ejemplo, se analizan los gases que han quedado atrapados en las burbujas de hielo. La capa de hielo de la Antártida tiene un espesor medio de 2.500 m, llegando en algunos lugares a 5.000 m.
En los sondeos de este año se han extraído muestras de hielo que son testigos de la atmósfera de hace 800.000 años. La investigación de estos registros tiene gran importancia en la interpretación del actual cambio climático y en la elaboración de modelos de previsión.
En la Antártida existen numerosas estaciones meteorológicas que renuevan la información en cada momento. Estas estaciones recogen información relevante sobre el clima actual. Así, en los primeros 30 km de la atmósfera se miden ozono, anhídrido carbónico, temperatura y humedad.
El agujero de la capa de ozono, por ejemplo, fue observado por primera vez en los estudios de la Antártida. Tampoco podemos olvidar la suelta de grandes cubitos de hielo (el más grande hasta ahora medido tenía una longitud de 300 km y una anchura de 100 km) directamente relacionados con el clima y las variaciones del nivel del mar.
La Antártida también se ha convertido en centro de estudios oceanográficos. Sus aguas, las más frías y de mayor densidad, se hunden rápidamente, de manera que, al igual que las cintas transportadoras, las corrientes marinas les hacen pasar por todos los mares del planeta. Esta especial relación con todos los océanos es la razón por la que se realizan numerosas investigaciones. De hecho, su influencia sobre el océano Antártico afecta a todos los océanos del planeta.
Desde el punto de vista biológico, la vida ha tenido que adaptarse a condiciones ambientales extremas. El animal más conocido de la Antártida, el pingüino, apenas tiene tres meses para criar huevos y crías. Por ello, es un lugar ideal para investigar la adaptación de los seres vivos a condiciones extremas.
La red trófica es muy sensible y la base está formada por el crustáceo conocido como krill. Por ejemplo, la ballena ingiere más de cuatro toneladas de krill al día. Es una fuente de alimentación muy abundante que ha sido estudiada como alimento humano. La acción humana puede provocar grandes catástrofes en esta red trófica.
En cuanto a la vegetación, no encontraremos bosques o matas, pero viven 400 especies de líquenes, como los líquenes fruticulosos del género Usnea. También se pueden encontrar musgos y dos especies de gramíneas han conseguido colonizar el territorio. Por ello, es el lugar ideal para investigar los primeros pasos de la colonización terrestre o realizar estudios fisiológicos, ya que se encuentra muy lejos de los focos de contaminación. También son importantes los estudios de microbiología, que se realizan principalmente en sedimentos de agua dulce.
Por mencionar otra línea de investigación, el 90% de los 20.000 meteoritos que han llegado a la Tierra se han encontrado en la Antártida.
Información geológica y paleoclimática
Desde el punto de vista geológico se trata de un entorno relativamente estable. Aunque se conocen en la zona, en el mismo continente apenas hay terremotos. Los volcanes activos son relativamente abundantes, como el Erebus (3.700 m). Rocas de 150.000.000 de años, de la época jurásica, conservan restos de vegetación de ambiente subtropical. Así, sabemos que en tiempos geológicos antiguos la Antártida estuvo en latitudes templadas. Por lo tanto, la Antártida no siempre ha estado cubierta de hielo.
Las informaciones geológicas y paleoclimáticas escondidas bajo la capa de hielo de la Antártida explican que el glaciar de forma y tamaño continental comenzó a aparecer hace 37 millones de años. A partir de estos tiempos geológicos, la Antártida ha estado bastante alejada de América del Sur y Australia, formando una corriente circumpolar. Así, las aguas antárticas se han mezclado menos con los océanos circundantes desde entonces y el continente se ha enfriado más.
Estos procesos y relaciones se mantienen. Pero desde los 600.000 años la temperatura de la Tierra y las capas de hielo han cambiado en muchas ocasiones. Hace 18.000 años en la Tierra había cuatro veces más hielo que en la actualidad. Pero lo mismo ocurrió hace 130.000 años, o hace 200.000 años, 330.000 años y 400.000 años. Son ciclos naturales, según los cuales actualmente estamos en un tramo de glaciación.
Vivimos en una época bastante templada, con poco hielo y altos niveles de mar. Aunque la especie humana no viviera en la tierra, sería así, pero eso no significa que no tengamos que cuidar la influencia humana. Al parecer, el hombre está sumándose a estos ciclos naturales y provocando interferencias.
Nunca hemos tenido la misma capacidad que tenemos en la actualidad para transformar los ciclos naturales, y los efectos del calentamiento del planeta pueden llevarnos a la ruina. Debido a este calentamiento, los glaciares del planeta están retrocediendo. En este sentido, la línea de investigación actual más importante de la Antártida tiene como objetivo medir la influencia humana en este ciclo. No es fácil dar una respuesta rápida.
Lagos de la Antártida
La existencia de lagos en la Antártida es conocida desde hace tiempo; son reservas de agua dulce situadas bajo el manto de hielo, y conocemos cerca de cien. Estos lagos son originados por el calor interior de la Tierra y no por el Sol.
A mediados de la década de los 90 se descubrió la existencia de un lago gigante bajo la capa de hielo de la base rusa de Vostok. Se encuentra a 4,5 km de profundidad y ocupa más superficie que Navarra. Lleva un millón de años sin contacto con la atmósfera y se cree que alberga muchos microorganismos desconocidos.
Por ello, el sondeo, iniciado por los rusos, se detuvo hace cuatro años a 140 m del lago, ya que las sustancias que se utilizan para su elaboración han podido contaminar el lago.
En la actualidad, y de acuerdo con los investigadores de todas las naciones, el sondeo sigue parado y se mantendrá hasta que se disponga de la tecnología adecuada para perforar sin contaminar. Estos lagos tienen especial interés en orientar la investigación espacial, ya que se conocen planetas o satélites con capas de hielo que pueden contener agua dulce, como el satélite Europa de Júpiter.
Antártida actual
En la actual Antártida se encuentran regiones más áridas que en el desierto del Atakama Saharaui. El potente anticiclón, asentado en él, hace que pocas borrascas consigan entrar.
Cada invierno el mar que rodea la Antártida se congela y es un proceso muy importante para el planeta. Cada año se congelan 20 millones de km2 de mares.
En verano se funden 16 millones de km 2. Es decir, en verano tan sólo 4 millones de km 2 del mar helado se encuentran en esta situación. La superficie de la capa de hielo que se derrite es mayor que la Antártida en todo el continente. Como ya se ha mencionado anteriormente, este proceso provoca la liberación de placas de hielo de tamaño Navarra o Mallorca durante el verano.
II. Desde la Guerra Mundial hasta la actualidad, siete naciones reivindican la propiedad de la Antártida. En 1959 firman el Pacto Antártico y se ponen de acuerdo para no tener propiedad propia.
En la actualidad, son 30 las naciones que disponen de sus bases y hay 60 estaciones o bases científicas que distribuyen toda la información e infraestructura; se utilizan durante 40 años y el resto sólo en verano (noviembre-marzo). El invierno antártico es muy duro y oscuro. Por ello, se realizan investigaciones médicas, psicológicas, sociológicas... a los que viven en las bases para recopilar información relevante sobre el ser humano.
En definitiva, ampliar el conocimiento de la Antártida significa conocer procesos de todo el planeta. Esto es lo que hace imprescindible las investigaciones antárticas.
Hoy en día, llegar a la Antártida y trabajar en las condiciones de la misma sigue siendo difícil. Sin embargo, un grupo de científicos internacionales animados colabora para descubrir los secretos o secretos del hielo, la roca, el mar y la atmósfera de la Antártida. La Antártida se ha convertido en el símbolo y modelo de la curiosidad de la humanidad por el conocimiento, la cooperación internacional y la conservación del medio ambiente.
Jerónimo López es
doctor en Ciencias Geológicas y profesor de geodinámica externa de la Universidad Autónoma de Madrid. Ha participado en 30 expediciones a las cadenas montañosas más importantes del mundo, entre ellas Everest (8.848 m) y Vinson (4.898 m), y ha visitado la Antártida en siete ocasiones. Es vicepresidente de la Comisión de Investigación de la Antártida (SCAR) y de la European Pollard Board dentro de la European Science Foundation. Autor de 160 publicaciones científicas, 70 de ellas dedicadas a la Antártida. En las más prestigiosas revistas internacionales de su especialidad ( Geology, Geomorphology, Antartic Science... ) Ha publicado 30 artículos.
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