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Animales, materias primas de laboratorio

2004/03/01 Lexartza Artza, Irantzu - Elhuyar Zientziaren Komunikazioa Iturria: Elhuyar aldizkaria

Cada año se utilizan más de 100 millones de animales en todo el mundo para la investigación. Aunque las sesiones con animales se desarrollan en diferentes ámbitos, predominan los proyectos relacionados con la salud humana. Muchos de los tratamientos médicos utilizados en la actualidad se han obtenido a través de experimentos realizados en animales.

En el salón de belleza y en la guerra

Desde hace tiempo se han realizado experimentos con animales. En 1859, Darwin publicó un método científico para aprender fisiología humana con animales. Desde entonces los ensayos se han sofisticado mucho (en la mayoría de los casos). A medida que la ciencia avanza, el número de animales utilizados ha aumentado. En la actualidad, en la Unión Europea se utiliza un animal de doce minutos, en Japón de dos minutos y en Estados Unidos de uno por minuto. El Reino Unido es el país que más animales de investigación utiliza en la Unión Europea, seguido de Francia y Alemania.

Aunque en la investigación se utilizan distintos tipos de animales, las estrellas de los laboratorios son roedores, especialmente ratones y ratas. El uso de estos animales se debe principalmente a su rápida reproducción y a la posibilidad de visualizar los procesos a corto plazo. Además, al ser mamíferos, su organismo tiene notables similitudes con el organismo humano. Otros mamíferos se utilizan por semejanza.

Sin embargo, las investigaciones se realizan también con animales que no son mamíferos, y en los últimos años el número de especies de sangre fría ha aumentado en los laboratorios de varios municipios. A medida que las investigaciones se han ido desarrollando, muchos de estos animales se han especializado en crecer para determinados fines. Es normal, además, que un mismo animal se utilice para realizar varios experimentos.

Objetivos y vías diversas

Pero, ¿qué objetivos se persiguen haciendo experimentos con estos animales? Pueden ser muy diferentes, desde la medida de la toxicidad de un tema de uso industrial hasta la creación de una nueva terapia contra el cáncer.


Se debe seguir un procedimiento de experimentación animal.
Fotos: Peta y Roslin Institute

Por tanto, se pueden realizar experimentos totalmente diferentes dependiendo del objetivo final. En las pruebas de corrosividad de los productos, por ejemplo, se suele colocar el producto sobre la espalda de conejos con anestesia. En el caso de los intentos de obtener nuevas vacunas, estudian los sistemas inmunes de los animales y ven cómo responden ante la sustancia que quieren probar. Para ello, se somete al virus y se realizan pruebas de las dosis necesarias y de sus características.

Cuando se trabaja con otras enfermedades, a los animales les afecta y se les aplican tratamientos. Muchas veces se someten a diferentes condiciones o estímulos para identificar todas las variables que pueden ser relevantes. Para el seguimiento de todo el proceso es normal la incorporación de herramientas de seguimiento en los cuerpos de los animales, especialmente en las investigaciones neurológicas.

Cada vez es más frecuente que los animales cambien genéticamente para conseguir las condiciones más adecuadas para los experimentos. A ello han contribuido los avances en genoma de los últimos años.

Con el paso de los años se vio la necesidad de regular el trabajo con animales en los laboratorios. Los británicos fueron los pioneros en regular esta materia. En 1876, con la aprobación de la Ley de Crueldad Anti-Animal del Reino Unido, se acordó un protocolo experimental y se estableció un sistema de licencias que actualmente se utiliza en muchos lugares. En el Estado Español también se requiere licencia, indicando en la solicitud los experimentos que se van a realizar, los animales que se van a utilizar y los procedimientos y objetivos que se van a llevar a cabo. En la mayoría de los municipios con sistema de licencia, además, cuentan con protocolos de tenencia y manejo de animales en los laboratorios.

Además de la forma de utilización de los animales, se han establecido normas para la aceptación de los logros. En el Reino Unido, por ejemplo, cualquier droga nueva debe ser probada al menos en dos mamíferos y uno de ellos debe ser un mamífero grande, no un roedor. En el caso de vacunas nuevas, para que la vacuna se considere efectiva es necesario que el 80% de los animales vacunados sobrevivan tras ser expuestos a una enfermedad.

Por otra parte, antes se utilizaba el sistema LD50 (lethal dose 50%) para medir la toxicidad de un producto o el riesgo de una droga. Según este sistema, había que ensayar con 200 animales para calcular la dosis que moriría medio grupo. El protocolo actual establece que la muerte del 10% de los animales utilizados es suficiente para establecer la toxicidad del producto, ya que las medidas se han endurecido mucho. Por otro lado, con el objetivo de reducir el uso de animales, se han desarrollado métodos estadísticos para poder extrapolar datos. En muchos lugares, si una sustancia mata a los tres primeros animales, no es necesario hacer más pruebas.

Se realizan numerosas pruebas para conocer cómo son y cómo funcionan los organismos animales.

Además, cuando se realiza un descubrimiento, el último paso previo a la ampliación es probar en otro laboratorio para asegurar los mismos resultados. Después vendrán los intentos de uso humano del producto.

En beneficio de los seres humanos

Muchos han sido los avances en la lucha contra las enfermedades humanas gracias a los experimentos con animales. Se han desarrollado mediante el uso de diversas técnicas y tratamientos animales actualmente comunes. Es el caso de la anestesia.

En 1885, tras investigar enfermedades infecciosas con animales, Pasteur realizó una vacuna contra el cólera y la rabia. Esto no es más que el inicio de una larga lista, ya que se han obtenido otras vacunas como la del polo, la rubéola, la tuberculosis, la sarampiana, las semillas, etc.

Las vacunas más importantes que se están investigando en la actualidad también están siendo probadas o probadas con animales. Así lo hicieron en África, por ejemplo, con la vacuna contra el Ébola que ahora se está probando en humanos.

Por otro lado, las intervenciones en animales fueron de gran ayuda para desarrollar técnicas de trasplante de órganos y cirugía cardiaca. Los antibióticos y los tratamientos contra la diabetes y el cáncer dependen mucho de las pruebas con animales.

Sin embargo, a pesar de que los resultados de muchas investigaciones con animales generan grandes expectativas, en ocasiones las diferencias entre animales y seres humanos son demasiado grandes. Para muchos científicos, estas diferencias se pueden equilibrar en los experimentos, pero en varias ocasiones se ha producido que un tratamiento con resultados espectaculares en los animales no tenga la misma influencia en los seres humanos.

Por otra parte, diversos productos y drogas han sido probados y comercializados en humanos tras pruebas realizadas en animales y, a largo plazo, se han detectado problemas que no aparecían en los animales. La talidomida fue el caso de la droga, por ejemplo. Esta droga se utilizó para combatir los mareos del embarazo entre 1955 y 1967, provocando graves malformaciones en miles de niños.

Millones de animales crecen cada año con el objetivo de utilizarlos en laboratorios.
Westwood University

También ha ocurrido lo contrario, y algunos productos que no afectaban a los animales o causaban problemas son muy importantes para los seres humanos. La digoxina, por ejemplo, causaba graves daños en los animales, pero es un medicamento básico para tratar enfermedades del corazón. Además, se pueden obtener diferentes respuestas entre especies y si las pruebas no se realizan con la especie adecuada, se pueden perder muchos recursos.

Problemas de varios niveles

A estos problemas hay que añadir el debate ético que supone el sufrimiento y la muerte de los animales. Las investigaciones con animales han generado este tipo de preocupaciones desde hace tiempo. Por ejemplo, los investigadores Russel y Burch publicaron en 1959 unas normas para reducir el número y el sufrimiento de los animales y mejorar la calidad de los ensayos.

En este sentido, el Parlamento Europeo adoptó la decisión de reducir en un 50% el uso de animales para el año 2000, pero no se ha cumplido esta decisión. Desde que los Estados miembros se comprometieron a optimizar los métodos, han realizado mediciones, y aunque el número de animales utilizados entre 1996 y 1999 disminuyó, para el año 2002 volvió a aumentar.


Se ha desarrollado mucho la experimentación con animales.
Fotos: Peta, Free Image archive y Peta.

Por otro lado, la Unión Europea y otras instituciones se comprometieron a invertir en métodos alternativos. Sin embargo, según las asociaciones de protección animal, este compromiso no se cumple ni las normas de Russel y Burch. Algunas de estas asociaciones exigen el cumplimiento de la legislación o, en algunos casos, el cumplimiento de la legislación vigente.

Por el contrario, otros grupos pretenden prohibir totalmente el uso experimental de animales. Algunos apuestan duro por ello y contra los laboratorios e investigadores que realizan experimentos. En el Reino Unido, por ejemplo, muchos científicos están amenazados y los ataques contra los laboratorios son frecuentes. Como consecuencia, invierten mucho dinero en seguridad y estos gastos han provocado la paralización de varios proyectos. Este es el caso del mayor laboratorio de primates de Europa que se iba a construir en Inglaterra.

Otra de las preocupaciones en esta materia son los intereses económicos existentes. Sólo en Estados Unidos se invirtieron el año pasado más de 18 mil millones de dólares. Algunos investigadores creen que las investigaciones se ralentizan por estos intereses económicos. De hecho, las industrias farmacéuticas y otras industrias del entorno, como las que comercializan animales de laboratorio, pueden estar interesadas en prolongar los experimentos.

Por otro lado, muchos creen que se pueden reducir los experimentos y optimizar los resultados, ya que las investigaciones se repiten en diferentes lugares debido a la falta de comunicación y a la competencia económica. En consecuencia, se pierden los recursos disponibles para otras cuestiones. Muchos descubrimientos no se ponen a disposición de la comunidad científica y los laboratorios privados los guardan durante mucho tiempo, aunque sirvan para desarrollar otras investigaciones.

Para hacer frente a todo ello, diversas organizaciones no gubernamentales y oficiales han pedido que se compartan los datos obtenidos en diferentes países y empresas privadas para que los trabajos no se repitan, los logros se hagan operativos cuanto antes y no se pierdan recursos. Además, han destacado la necesidad de coordinar programas internacionales para probar sistemas alternativos.

A pesar de los problemas, los experimentos con animales ocupan un lugar importante en la investigación y, según los científicos, las técnicas alternativas todavía no están suficientemente desarrolladas. Por lo tanto, parece que muchos de los avances que se vayan a dar en la ciencia seguirán siendo consecuencia de estos experimentos.

Fuente: Comisión de las Comunidades Europeas
Fuente: Comisión de las Comunidades Europeas. Datos correspondientes al año 1999.
Fuente: Comisión de las Comunidades Europeas. Datos correspondientes al año 1999.

Diferentes industrias utilizan animales para investigar sus productos. Algunas son más controvertidas que otras. En los laboratorios de la industria de cosméticos, por ejemplo, el uso de animales es muy común y ha habido fuertes controversias a nivel mundial. La Unión Europea aprobó en 2002 una normativa que prohibía probar con animales componentes y productos acabados para la fabricación de cosméticos.

Aunque el debate comenzó hace más de 15 años, se está extendiendo. En 1996 se llevaban a cabo experimentos de cosmética en ocho estados miembros, y en 1999 se llevaban a cabo en cuatro, que suponían un 0,4% del total de experimentos con animales.

Peta

Sin embargo, algunos puntos de la prohibición todavía no han entrado en vigor. Una de las más controvertidas es la prohibición de comercializar nuevos productos probados en animales. En muchos países de fuera de la UE aún siguen celebrando este tipo de sesiones y la prohibición puede tener problemas con las normas de la Organización Mundial del Comercio. Además, en las principales empresas de cosméticos no han tomado la decisión con buenos ojos, ya que les causará grandes pérdidas económicas y no tienen métodos alternativos. Otras compañías han empezado a mostrar en la propaganda que sus productos no son probados con animales.

Aunque más desconocido, otro ámbito que genera debate es el de las investigaciones militares. Son muchos los pueblos que utilizan animales para experimentar con la guerra, a pesar de la dificultad de disponer de datos sobre ellos. Con animales se realizan estudios de impacto de armas convencionales, estudios de dolor, pruebas de guerra química, mediciones de efectos de radiaciones, etc.

Por otro lado, en las investigaciones militares se trabaja mucho con los virus, muchos de los cuales se transforman en laboratorios. Por ello, muchos de los resultados en contra de las enfermedades provienen de los investigadores de los ejércitos. Sin embargo, muchas organizaciones consideran que muchos otros resultados quedan secretos y no pueden ser utilizados en el mundo civil.

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