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Quizás no se trata de un pene

2016/03/21 Galarraga Aiestaran, Ana - Elhuyar Zientzia

La historia de la ciencia demuestra que se ha trabajado desde un punto de vista androcéntrico, y en la actualidad sigue predominando. En los últimos años, investigadores de todos los ámbitos están intentando cambiar esta tendencia. Ejemplo de ello es lo dicho por la antropóloga Holly Dunsworth en la cuestión de la medida del pene.

Dunsworth, experto en evolución, cree que la obsesión por el tamaño del pene y los testículos es evidente, incluso en la academia. Así, ha recordado que hay bastantes hipótesis que en la evolución tienden a imponerse a los grandes penes. Uno de ellos es que la mujer elige a los hombres que tienen grandes penes para copular, ya que le darán niños sanos o les dará más placer. Otra hipótesis es que la competencia entre hombres es la ventaja de tener un pene grande es la ventaja de sacar la semilla que un competidor anterior ha dejado en la vagina de la mujer.

Para Dusworth, sin embargo, científicamente no tiene sentido centrarse en el pene sin tener en cuenta la vagina. Y quizás en este caso no se trata de un pene, sino de una vagina. Y es que, según la antropóloga, el parto ha influido directamente en la evolución vaginal: nuestra especie tiene un gran cerebro y, por lo tanto, un gran cráneo, por lo que la vagina grande beneficiosa porque facilita el parto. Y el aumento de la vagina supondría la prioridad del pene grande.

Se trata, por tanto, de lo que importaba o de dónde se presta atención. Pero, como el propio Dusworth reconoce con ironía, para todos es más atractivo hablar de sexo que de parto, incluso para científicos.

Publicado en el diario Berria.

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