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Los blancos dominan

2016/10/17 Galarraga Aiestaran, Ana - Elhuyar Zientzia

En un artículo publicado en la revista Nature, dos investigadores advierten de la exclusión de personas de origen no europeo en los estudios genéticos. De hecho, uno de los participantes en las investigaciones sobre genoma demostró que el 96% de los participantes tenían origen europeo en un estudio realizado en 2009. Ahora, siete años después, se ha vuelto a realizar el análisis y se ha comprobado que el porcentaje de participantes de origen europeo es del 81%. Por lo tanto, parece que empiezan a tener en cuenta la diversidad, pero no del todo.

Según este estudio, casi la totalidad de los participantes de otro origen son asiáticos, sobre todo japoneses, chinos, coreanos e indios. Por lo tanto, el resto de orígenes siguen infravalorados. Entre ellos se encuentran los de origen africano, los descendientes de los aborígenes australianos, los descendientes de los primitivos americanos, los hispanos estadounidenses…

Los investigadores han destacado que la exclusión de las bases de datos sobre genoma tiene consecuencias perjudiciales para estas personas de origen no europeo. De hecho, las bases de datos genéticas son muy útiles para detectar las posibles incidencias en la metabolización de fármacos o relaciones entre genes y enfermedades.

Por ejemplo, el análisis de los datos obtenidos en los estudios genéticos ha permitido conocer la relación de ciertos genes con la diabetes, enfermedades cardiacas, enfermedades del aparato circulatorio, esquizofrenia, etc., lo que ha permitido conocer mejor dichas enfermedades y buscar tratamientos más eficaces y seguros.

En el caso del metabolismo de los fármacos, los autores del análisis han mencionado el gen CYp2D6. Este gen participa en el metabolismo de muchos fármacos, entre ellos el del tamoxifeno utilizado para tratar el cáncer de mama.

Es evidente, por tanto, que cuanto mayor sea la diversidad de participantes en los estudios genéticos, mayor será el número de personas beneficiadas por la información que se extraiga de ellos. Sin embargo, estas gigantescas bases de datos genéticas tienen dos fuentes principales: Instituto de Investigación del Genoma Humano de Estados Unidos e Instituto Europeo de Bioinformática. Y la mayoría de los que participan en ellas, evidentemente, es de origen europeo.

En principio existen medidas para considerar la diversidad. Por ejemplo, desde hace más de 20 años el Instituto de Salud de Estados Unidos encargó la recepción de participantes de todas las procedencias en las investigaciones subvencionadas. Pero el mandato no es efectivo. Y en Europa, los autores del análisis han mencionado razones sociales, culturales y económicas para descartar las de otros orígenes. Consideran que la injusticia no se corregirá si no se destinan subvenciones y recursos. A ver.

 

Publicado en el diario Berria.

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