Buscando el lugar de la ciencia y la tecnología en la sociedad
2009/11/12 Lakar Iraizoz, Oihane - Elhuyar Zientzia
Con el objetivo de cubrir este vacío, la Fundación Elhuyar, junto con el Gabinete de Prospección Sociológica del Gobierno Vasco, inició en 2008 el trabajo "Representaciones científicas y tecnológicas en Euskal Herria (2008)". Los trabajos fueron presentados ayer en la sede de la Fundación Elhuyar.
El estudio fue abordado desde tres ámbitos. Por un lado, se realizó un análisis cualitativo, para lo que se crearon grupos de discusión con la ciudadanía ordinaria de todo el País Vasco, con estudiantes e investigadores de ciencia y tecnología, con estudiantes de ciencias humanas y sociales, y se realizaron entrevistas a expertos en ciencia y tecnología.
Por otro lado, se obtuvieron datos cuantitativos de la percepción social. 3ª Percepción Social de la Ciencia y la Tecnología realizada por la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (FECYT) en colaboración con el CIS en 2006. Han utilizado la información recopilada en la Encuesta Nacional. La Fundación Elhuyar analizó en 2008 la presencia de temas relacionados con la ciencia y la tecnología en los periódicos de Euskal Herria. Los resultados de este estudio se dieron a conocer en el número de noviembre de 2008 de Elhuyar Zientzia eta Teknika, y se podrán conocer más detalles de este estudio realizado en el próximo número de la revista, el de diciembre.
Las ventajas e inconvenientes de la ciencia
Una de las principales conclusiones que puede extraerse de estos estudios es que la sociedad en general ensalza la ciencia y la tecnología. En los grupos de discusión se ha recogido, por ejemplo, que gracias a las nuevas ciencias y tecnologías, tenemos una vida mucho más cómoda, una esperanza de vida mayor y una capacidad de comunicación mucho mejor. La gente cree que la investigación y el desarrollo son fundamentales para el desarrollo y el bienestar de los pueblos.
Los científicos también se encuentran entre los grupos más valorados de la sociedad. De hecho, en el análisis cuantitativo se ha podido constatar que las profesiones relacionadas con la ciencia ocupan los tres primeros puestos de la lista de profesiones más valoradas: los médicos ocupan el primer lugar, ya que en una escala del 1 al 5 han obtenido una media de 4,4 puntos, frente a los ciudadanos y los científicos y los ingenieros en el segundo y el tercero, con 4 puntos y 3,8 puntos respectivamente.
A pesar de su elogio y de su función social, la ciencia y la tecnología también ven aspectos menos positivos y peligrosos. La gente cree que se han superado ciertas limitaciones éticas, como la clonación humana o la manipulación de embriones. En general, el análisis cuantitativo revela que el 41,5% de la población considera que los beneficios derivados de la ciencia y la tecnología son mayores que los daños. el 37,5% señala que los beneficios y los perjuicios son equiparados y el 8,5% que los daños son mayores que los beneficios.
Además, señalan que a través de la publicidad y el marketing, muchas marcas generan necesidades en la ciudadanía. "No renunciamos a comprar, estamos como atrapados y no vemos ninguna salida", afirma un participante. Por unanimidad indican que en los grupos de discusión estamos girando en una rueda loca.
Hace falta más fuerza
El deseo de comprender el mundo, de encontrar cosas nuevas, de sentir el agradecimiento de la sociedad y de ganar dinero, entre otras cosas, hacen que la gente se convierta en científica y participe en la investigación.
Sin embargo, la gente cree que se va debilitando la vocación y el espíritu del primer momento de los investigadores, porque los políticos no dan la importancia que merecen la ciencia, la tecnología y la innovación. Por todo ello, creen que los investigadores quieren ir al extranjero. En general, se considera que los países extranjeros, especialmente Europa y Estados Unidos, invierten más dinero en ciencia y tecnología y que el sistema de investigación está mejor organizado. La gente cree que en Euskal Herria las condiciones laborales son muy precarias para los investigadores, y además los investigadores tienen la presión de obtener resultados.
Ante esta situación, la sociedad demanda una reestructuración de las políticas científicas. Los cambios deberían orientarse hacia el bienestar, la estabilización de la investigación y la seguridad de los investigadores. Así, habría que considerar también las zonas no rentables. La gente cree que "no invertir en ciencia y tecnología es no creer en el futuro".
En la CAPV se detecta un punto de optimismo, la población considera que hay indicios de cambio. Es decir, que las organizaciones se han dado cuenta de los nuevos retos y desafíos y han comenzado a apostar para impulsar la investigación de la ciencia y las tecnologías. En concreto, han mencionado a Innobasque y, en especial, a Ikerbasque como ejemplo de cambio.
En Navarra e Iparralde, por su parte, se han renovado. En el País Vasco Norte, es más, ven los cambios administrativos como esenciales para el avance de la ciencia y la tecnología. De hecho, consideran fundamental que exista una universidad en el País Vasco Norte.
No es de interés público
A pesar de su importancia, la ciudadanía no está muy interesada en los temas relacionados con la ciencia y la tecnología, al menos en aquellos que no les son de utilidad en su vida cotidiana. Es decir, la ciudadanía siente interés por la ciencia y la tecnología en la medida en que inciden directamente en su vida. Así, destacan tres áreas de interés de la ciencia y la tecnología: las tecnologías de la información y la comunicación, ya sean Ippodas, Mp3, informática, Internet, etc.; el medio ambiente, las energías renovables y el desarrollo sostenible; y la salud y la medicina.
Esta actitud ciudadana tiene su reflejo directo en los medios de comunicación. De hecho, los resultados del estudio de prensa han revelado que los temas relacionados con la tecnología, la salud, la informática y el medio ambiente son los que más aparecen en los periódicos. También ha quedado claro que los periódicos no opinan mucho sobre ciencia, tecnología e innovación, y mucho menos sobre sus propias opiniones.
El análisis ha puesto de manifiesto, además, que la mayoría de los textos (1.089) son de muy poca importancia, tomando como criterio la escala de importancia de Richard Budd (basada en el tamaño de la noticia, en el espacio que ocupa, en el número de la página y en el uso gráfico), mientras que los textos de total importancia han sido sólo 55.
Con este estudio se establece una base para conocer dónde estamos. Difícilmente sabremos qué ofrecer en la comunicación de la ciencia, en las políticas científicas, en la educación, etc. sin conocer el punto de partida.
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