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Descubren una nueva terapia para el síndrome del cromosoma frágil X

2013/04/09 Lakar Iraizoz, Oihane - Elhuyar Zientzia

Investigadores vascos que han participado en la investigación Ed. UPV/EHU

Investigadores del centro de neurociencia Achucarro y de la UPV han descubierto una nueva terapia para el síndrome del cromosoma frágil X. La nueva terapia propone mejorar los síntomas de la enfermedad mediante la modulación del sistema endocannabinoide. “Está claro que no se curará la enfermedad porque es una enfermedad genética, pero es muy positivo que la manipulación parcial del cerebro mejore los síntomas de la enfermedad”, explica Susana Mato, investigadora del departamento de Neurociencias de la UPV y del centro Achucarro. El descubrimiento científico ha sido publicado recientemente en la revista Nature Medicine.

El síndrome del cromosoma frágil X (SFX) es la causa más conocida de retrasos mentales hereditarios y alteraciones del espectro autista. El síndrome se debe a la menor expresión de la proteína FMRP (“fragile X mental retardation protein” en inglés), que desempeña un papel fundamental en la regulación de la función neuronal. Los pacientes con SFX sufren retraso mental, falta de atención, ansiedad, tendencia al daño personal y comportamiento autista, así como la hiposextensión al dolor y alta incidencia de crisis epilépticas. Todas estas expresiones neuronales atípicas regulan los sistemas endocannabinoides.

Durante la investigación se ha comprobado que el bloqueo del receptor cannabinoide CB1 mediante el medicamento Rimonabante permite normalizar las alteraciones cognitivas, la sensibilidad al dolor y las crisis epilépticas mediante el uso de ratones modificados genéticamente que no contienen proteínas FMRP. Así, el descubrimiento sugiere que la administración de medicamentos que bloqueen la función del sistema endocannabinoide cerebral puede ser una nueva estrategia para tratar a personas con síndrome del cromosoma frágil X.

El medicamento Rimonabante fue comercializado hace tiempo para tratar la “obesidad”, explica Mato. Sin embargo, entonces se utilizaron dosis mucho mayores, que provocaron una serie de problemas psiquiátricos que llevaron a su expulsión”. Sin embargo, “se ha utilizado mucho este medicamento en la investigación preclínica asociada al sistema cannabinoide y su mecanismo de acción está muy bien definido”.

Como paso siguiente, Mato ha señalado que “habría que caracterizar mejor el mecanismo de incidencia en esta enfermedad y probar varias dosis para ver cuál es la más adecuada para la recuperación del déficit. Y el siguiente sería un ensayo clínico. Y es que creemos que es posible llegar a esta fase, ya que al haber salido el medicamento al mercado, se ha hecho una fase preclínica sobre su toxicidad en los seres humanos, y es un medicamento bastante seguro”.

Si bien la demostración de que en los modelos animales “se normaliza parcialmente el déficit cognitivo causado por la enfermedad” supone un gran avance, Mato es consciente de que “los ensayos clínicos pueden no dar tan buenos resultados, ya que es normal que se produzcan en el desarrollo de terapias contra enfermedades psiquiátricas”.

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