Tipos de agua
2004/06/01 Lorenzo, Arantza | Uranga, Ane Miren Iturria: Elhuyar aldizkaria
Es muy importante mantener un equilibrio entre el agua que introducimos y expulsamos para que todos los procesos del cuerpo se realicen correctamente. Eliminamos el agua mediante la respiración, el sudor, la orina y la heces, entre otros, y para recuperar estas pérdidas se recomienda tomar aproximadamente dos litros de agua al día. Este agua se puede obtener a través de bebidas (agua, zumos, infusiones...) y de ciertos alimentos, principalmente frutas y verduras.
Sabemos que, además del agua corriente que bebemos a diario, hay ciertos tipos de agua que se utilizan como curación de enfermedades. XVII. Las primeras iniciativas para el envasado de agua mineral curativa se iniciaron en el siglo XIX, aunque no se comercializaron hasta el siglo siguiente. En el siglo XIX algunas fuentes cobraron importancia, ya que sus aguas comenzaron a ser consideradas como curativas. Desde entonces, diversos estudios han confirmado las ventajas de las aguas minerales.
La composición del agua se relaciona con las características geológicas del terreno y, en particular, con el grado de mineralización de las rocas que se encuentran en el manantial. En general, las sales minerales presentes en el agua son calcio, magnesio, sodio, cloro y flúor. Además de estas sales minerales, algunas aguas pueden contener gas. Teniendo en cuenta todo ello, se comercializan diferentes tipos de agua con múltiples propiedades.
Cálcicas Con
un contenido mínimo de 150 mg/litro de calcio. Pueden ayudar a las personas con problemas de osteoporosis.
Magnesicos Con
un mínimo de 50 mg/l de magnesio.
Fluorados Con
un mínimo de 1 mg/l de fluoruro. Se utilizan para evitar problemas dentales y óseos.
Aguas cloradas El cloruro
es el principal anión en este tipo de aguas, siendo los cationes más abundantes el sodio, el calcio y el magnesio. Dependiendo del grado de mineralización se utilizan de diferentes maneras, en algunos casos para beber y en otros para baños. Recomendadas para problemas reumatológicos, dermatológicos y respiratorios.
Los bicarbonatados
predominan en los aniones y, en general, el grado de mineralización es de 1 g/litro. Este tipo de agua se recomienda para facilitar el flujo de enzimas en el área y reducir la acidez del estómago.
Carbogaseosos Cuando la
concentración de carbono libre es superior a
250 mg/l. La
ingesta de este tipo de agua facilita la fluidez gástrica del estómago y la movilidad intestinal. Recomendable en caso de estreñimiento. El baño en estas aguas produce la dispersión de los vasos sanguíneos, por lo que en algunos casos son beneficiosos para las artes.
De mineralización baja Las
que normalmente usamos en las comidas. Su grado de mineralización oscila entre 50-500 mg/l. El diurético se incluiría en este grupo, recomendable para personas con problemas renales como piedras. El agua de mineralización baja es apta para la preparación de biberones infantiles, sobre todo en los primeros meses, cuando el riñón no está totalmente desarrollado.
Aguas de
hierro Contienen 1 mg/l o más. Se utilizan en casos de anemia.
Cuando vayamos a comprar algún tipo de agua de este tipo, la etiqueta debe informar:
- Si es agua mineral natural o mineral curable.
- Características específicas según la ley: qué enfermedades se utilizan para prevenir y tratar.
Nombre del manantial donde se ha recogido el agua y localidad y provincia donde se encuentra.
Resultados de los análisis realizados y fecha de realización de los mismos.
No obstante, conviene utilizar las aguas medicinales siempre bajo el control y cuidado de un médico. Antes de su utilización es imprescindible conocer con precisión las enfermedades y características corporales del paciente. Y es que, por un lado, lo que puede beneficiar, por otro, puede causar daño.
- Ideal para cocina infantil
- No apto para la preparación de comidas infantiles
- Ideal para la preparación de comidas infantiles, así como para dietas
sin sodio y problemas renales. - No es adecuado para cocinar alimentos infantiles, pero sí para los que tienen que hacer una dieta sin sodio.
Flúor
El flúor es un elemento natural que encontramos en la tierra y en casi todas las aguas potables, aunque la cantidad puede variar mucho de unas aguas a otras.
El flúor es muy importante para nuestro cuerpo, especialmente por su función en los huesos y en el esmalte de los dientes, evitando la caries. En los últimos 20-25 años esta enfermedad ha disminuido en un 50%, ya que fue entonces cuando se empezó a incorporar flúor al agua.
Para evitar problemas óseos y dentales es conveniente tomar diariamente, entre otras, las siguientes cantidades de flúor*:
Las principales fuentes de flúor son el agua potable (sobre todo cuando es fluorado) y los frutos y hortalizas que crecen en tierra rica en flúor. Los mariscos también son ricos en flúor y, en general, los peces de agua salada contienen más flúor que los de agua dulce.
No obstante, el flúor puede ser nocivo si se abusa. Como consecuencia de ello se produce la fluorosis, apareciendo en los dientes unas manchas en las que, aunque en un principio el daño es puramente estético, una ingestión prolongada de flúor puede producir escamas dentales que hacen que el problema sea más serio.
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