Smartwachs, inteligencia (mano)extrema miniaturizada
2014/10/01 Leturia Azkarate, Igor - Informatikaria eta ikertzaileaElhuyar Hizkuntza eta Teknologia Iturria: Elhuyar aldizkaria
Hace casi dos años escribimos en este apartado el artículo titulado Informática para llevar vestida. El artículo se centró en Google Glass, las gafas inteligentes fabricadas por Google. Pero desde entonces las gafas no han avanzado tanto: Google Glass aún no está disponible para el gran público y los dispositivos que han sacado a prueba han encontrado una actitud contraria a una parte de la sociedad por la privacidad (con los que nunca se puede saber cuándo está grabando el vídeo). Por el contrario, otro wearable (así se denominan ahora estos dispositivos informáticos para llevarlos vestidos), el smartwatch o reloj inteligente de muñeca, que hablábamos de la piel y de la tendencia hacia el futuro, ha hecho un camino más largo desde entonces.
De hecho, las empresas de electrónica están comercializando desde el año pasado numerosos relojes inteligentes: Samsung Galaxy Gear, Sony Smartwatch, Pebble, LG G Watch, Moto 360, Sony Ericsson Live View... y en septiembre ha anunciado que Apple sacará el Apple Watch para principios del año siguiente.
Características de los smartwatches
Aunque por el nombre que se les ha dado parece que tienen las mismas posibilidades y características que los smartphones, en la mayoría de los casos no es así. Salvo excepciones, el concepto es inevitablemente diferente: no es posible meter todas las partes de hardware y funciones que tienen los teléfonos móviles en el tamaño de un reloj mucho más pequeño, ni siquiera con baterías pequeñas sería posible que todas las diligencias de los móviles actuales permanecieran largas.
De este modo, la mayoría de ellos no disponen de conexión a la red de teléfonos móviles, ni por lo tanto de conexión a internet. No son dispositivos independientes, se conectan vía Bluetooth a nuestro teléfono móvil y consiguen toda su capacidad. Tampoco suelen tener pantallas táctiles o, en todo caso, no al menos con el teclado virtual (lógicamente por su tamaño), por lo que no sirven para escribir mensajes, tweets, guatxaps, etc.
Por ello, su principal función es mostrar información y avisos a través del teléfono, como el tiempo, el correo electrónico, la agenda, los tweets, los mensajes... Y para ello suelen tener un vibrador, para que no se escape nada estando en la muñeca. Luego para responder o para cualquier otra cosa hay que ir al móvil. La mayoría también funciona como un mando a distancia de algunas de las funciones del teléfono (por ejemplo, del reproductor de música). Y si no tienen conexión telefónica, además de ser un mero reloj, pueden registrar y realizar información durante la práctica deportiva a través de GPS (poseedores) o en su defecto.
Como hemos dicho, hay excepciones. Algunos tienen micrófono y la conexión Bluetooth del teléfono permite realizar llamadas desde el mismo reloj. Desde unos pocos dispositivos también se pueden escribir mensajes a través del teclado virtual de la pantalla táctil o mediante reconocimiento de voz. Y hay quien tiene cámara. Otros disponen de conexión NFC para pagos (hablamos en septiembre de 2011) o para compartir información con otros relojes o teléfonos. Si hay algún dispositivo, como QOne, que es totalmente independiente, se le puede poner una tarjeta SIM que permite realizar llamadas e internet. Pero ninguno de ellos, y cuanto más ha sido, menos dura la batería por sí sola.
¿Éxito en el mercado?
Hay un par de años en la venta de este tipo de aparatos, pero su presencia en la sociedad es anecdótica. ¡Yo no conozco a nadie con reloj inteligente! Sin embargo, sacar Apple puede cambiar las cosas. El reproductor MP3, el smartphone y la tablet no fueron inventados por Apple, pero el iPod, el iPhone y el iPad fueron decisivos en el despliegue de estos dispositivos, debido a la incomprensible capacidad tractora de esta empresa.
A mí me surgen muchas dudas los relojes inteligentes de muñeca. Como ya se ha comentado, el tamaño es demasiado grande, la miniaturización se lleva hasta el extremo, y todas sus desventajas son la causa. Por un lado, son principalmente dispositivos de recogida de información, y en los que es posible introducir información, no me veo escribiendo en un teclado de este tipo, porque también me moldeo muy mal en los teléfonos. Por otro lado, la necesidad de tener una batería pequeña también obliga a cargarla a menudo: sólo dura unos días, algunos sólo un día (tal y como ha reconocido Apple). Y si ahora también tenemos que cargar los relojes todos los días... La excepción es el Pebble con pantalla de tinta electrónica, pero a cambio de tenerla en blanco y negro (¿puede suponer el desarrollo de tinta electrónica de colores que venimos demandando desde hace tiempo? ). Además, no funcionar sin teléfono es una gran limitación, como otros piensan. Y cuando son totalmente independientes, aumenta el problema del límite de la batería. Por otra parte, el reloj más pequeño de este tipo es mucho mayor que el reloj normal. Y por último, no podemos olvidar el precio: Todos cuestan más de 100 y pico euros y el de Apple más de 300! ¿Os imagináis pagar ese dinero por un reloj? Pero bueno, antes no pensaba que nadie hubiera pagado más de 700 euros por un teléfono y ahí... ¡En total hay gente que tiene más de 1.000 euros entre teléfono y reloj!
Por lo tanto, a la vista de mi sentencia negativa, es casi seguro que los smartwatches tendrán éxito, ya que mi rincón es una recopilación de anuncios fallidos. Estoy pensando que mis opiniones y gustos no coinciden con los de la mayoría y que soy un poco friki... ;-)
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