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Sistema inmune

2003/02/06 Galarraga Aiestaran, Ana - Elhuyar Zientzia

El cuerpo sufre continuas agresiones, tanto por parte de los organismos externos como por parte del propio organismo. Para protegerlos, el cuerpo cuenta con la ayuda del sistema inmune. La capacidad de protección se adquiere antes de nacer y se desarrolla durante los primeros años de vida.

La primera barrera contra los agresores es una respuesta inmune no específica, muy importante por su protección frente a infecciones y cáncer. Las células que intervienen en esta respuesta son las llamadas neutrófilas, macrófagas y naturales killer o asesinos naturales. Una vez que se detecta un elemento extraño, estas células van hacia él, lo asimilan y lo destruyen.

Aunque la respuesta inmune inespecífica protege mucho, en ocasiones los agresores consiguen superar esta barrera. Entonces se pone en marcha la respuesta específica. Esta respuesta sólo se pone en marcha ante agresores que el cuerpo ya conoce. A estos atacantes se les llama antígenos y el sistema inmune genera anticuerpos específicos contra ellos mediante linfocitos.

Además de protegerse de los agresores externos, el sistema inmune elimina las células cancerígenas que aparecen en el propio cuerpo. Otras veces es el propio sistema inmune el que produce enfermedades, por ejemplo, cuando responde a sustancias que no son nocivas por sí mismas, como el polen de las plantas o algún componente de los alimentos. Y puede ocurrir que también reaccione ante algún componente del propio cuerpo, es decir, que el sistema de protección se convierta en anti-corporal.

Por otro lado, la proliferación incontrolada de células del sistema inmune produce cáncer. La más habitual es la leucemia.

Texto preparado para el programa de radio Norteko Ferrokarrilla.

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