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Sexo: necesidad y placer

2003/08/03 Galarraga Aiestaran, Ana - Elhuyar Zientzia

Mientras no se demuestre que el primer hombre clonado es realmente clonado, la única forma de reproducción humana es a través del sexo. Desde el punto de vista biológico, el sexo es un intercambio genético entre dos organismos con el fin de crear sucesores. Pero desde una perspectiva más amplia, el sexo es también un placer y uno de los agentes de la cultura humana.
Las ranas no se preocupan demasiado del futuro de los descendientes, pero al poner muchos huevos, algunas permanecen.

La mayoría de las plantas y animales se reproducen sexualmente. Para ello, estos seres vivos crean células con la mitad de la información genética, los gametos. En general, a los gametos masculinos se les llama espermatozoides y a las hembras se les llama óvulos, y al unir ambos surge la nueva vida. Pero la creación de gametos conlleva dos desventajas.

Por un lado, el cuerpo gasta mucha energía para crear gametos, y a la especie también le cuesta más mantener individuos de dos sexos que los individuales. Por otro lado, al mezclarse la información genética de dos de ellos, la aportación de cada progenitor al descendiente se divide por dos. Por el contrario, en la reproducción asexual, todos los genes se transmiten al siguiente. Entonces, ¿cuál es la ventaja del sexo? ¿Por qué perduran las especies con reproducción sexual?

Formas de reproducción

Y es que el sexual no es la única manera de reproducirse. Por ejemplo, las bacterias simplemente se dividen. Las esponjas son suficientes con la liberación de una célula que produce una colonia en otro lugar. Las estrellas de mar, por su parte, crean un individuo completo de una parte de su cuerpo. También hay seres que se reproducen por gemación: en un lateral del ser adulto se empieza a producir una copia completa y, una vez que crece lo suficiente, se separa. Es el caso de la hidra. En todos los casos, las secuelas tienen la misma información genética que la anterior.

Las estrellas de mar son capaces de crear todo un organismo desde un solo brazo.

Otra forma de reproducción es la partenogénesis. Abundan así los invertebrados, mientras que en los vertebrados sólo se reproducen por partenogénesis 74 especies: 22 especies de peces, 23 anfibios y 29 reptiles. Los huevos de estas especies se desarrollan sin fecundarse y los que nacen son los clones de sus madres. Por otro lado, algunas especies se reproducen partenogenéticamente o sexualmente, dependiendo de las condiciones del entorno.

Prácticamente todos los vertebrados y algunos invertebrados y plantas se reproducen sexualmente. La reproducción sexual surge más tarde que otras formas, y si se ha mantenido hasta la fecha es porque tiene alguna ventaja. Y así es: el sexo aumenta la variabilidad genética de la especie, por lo que si se produce un cambio perjudicial para la especie en el entorno, algunos individuos podrán prosperar y perdurar la especie.

Por el contrario, en las especies con reproducción asexual, la variabilidad genética es muy reducida y, en situaciones críticas, tienen muchas menos posibilidades de avanzar. Además, la reproducción sexual permite reducir el efecto de mutaciones nocivas.

Sal y pimiento del sexo

Muchas especies vegetales tienen flores masculinas y femeninas que se reproducen sexualmente.

Sin embargo, para las especies el sexo no es gratis. La necesidad de dos sexos es costosa para la especie, ya que la mitad (los machos) de los individuos de la especie sólo sirve para fecundar la otra mitad (las hembras). Además, la presencia de dos sexos genera bastante salsa.

En la mayoría de las especies, la genética determina la evolución del embrión: Los que llevan cromosoma Y son machos y el resto hembras. En cualquier caso, las características de uno u otro sexo no dependen sólo de los cromosomas, sino también de las hormonas, pudiendo aparecer genéticamente las características del otro sexo.

En otras especies, por el contrario, tener sexo u otro es cuestión de temperatura. Por ejemplo, en los cocodrilos, si la temperatura es baja, el embrión se convierte en hembra y el macho si la temperatura es alta, la tortuga se invierte. Existen también especies hermafroditas, en las que el mismo organismo produce gametos masculinos y femeninos.

En las estrategias de reproducción también hay una gran variedad. Cuéntanoslo: algunas hembras, tras fecundarse, ¡matan al macho! Sin embargo, este comportamiento sólo se da en unas pocas especies. Si no, en muchas especies, los machos tienen una sola pareja a lo largo de toda su vida y utiliza toda la energía que les ha proporcionado cuidando para garantizar la transmisión de sus genes. En otras ocasiones, la pareja cambia constantemente con la esperanza de que alguien pueda germinar.

Las especies con pocas crías son cuidadas hasta que son capaces de valerse por sí mismas.

En las hembras hay de todo: en especies con una sola pareja, la hembra busca un macho ideal para cuidar a sus crías, traer comida y proteger a su familia. En otras especies, en época de celo, la hembra intenta conciliar con la mayoría de los machos que puede.

En cuanto a la descendencia, se distinguen dos grandes estrategias: algunas especies, como los peces, tienen un montón de descendentes, pero los individuos tienen pocas posibilidades de supervivencia. La otra estrategia es contraria; tienen pocas crías y las cuidan bien para que lleguen a la madurez. Es el caso de la especie humana.

Está claro que hay infinidad de formas y variantes de reproducción. Y el placer… ¿para qué sirve el placer? Según los expertos, la fecundidad de la hembra en especies no visibles es sólo una forma de garantizar la reproducción. Por lo tanto, todo favorece la proliferación.

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