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Mucha salsa y poco bacalao

2004/03/14 Rementeria Argote, Nagore - Elhuyar Zientziaren Komunikazioa

No es cuestión de hoy que el bacalao está disminuyendo, hace años que los expertos se dieron cuenta de ello. Ha llegado el momento de ayudar a la población de bacalao a crecer. Sin embargo, en su afán de contribuir, se han dado cuenta de que hay que tener en cuenta más agentes de los que se cree, y que algunos de ellos no dependen del ser humano, que son incontrolables.
En el Reino Unido ayudó a combatir las hambrunas y hoy en día sigue existiendo una gran costumbre de comer pescado con patatas fritas.

Los vascos hemos pescado bacalao desde hace tiempo. Por ello, en nuestros muelles destaca la huella de la caída del bacalao. Pasaia, por ejemplo, fue el principal puerto de bacalao de España, pero actualmente sólo quedan cuatro parejas de barcos. La reducción del número de barcos demuestra que la pesca de bacalao no es rentable para los pescadores vascos, tanto por la disminución de las capturas como por la necesidad de ir cada vez más lejos.

El declive de la población de bacalao se notó en la década de los 90. Cabe destacar que en los años 30 a 40 anteriores la pesca de bacalao fue muy abundante y que sorprendió a mucha gente. Para evitar que la situación empeore, los grupos conservacionistas se resistieron y, entre otras cosas, prohibieron la pesca del bacalao en Terranova. Esta prohibición, implantada en 1992, sigue vigente en la actualidad.

Las investigaciones demuestran que la temperatura del agua en Terranova disminuyó. Como consecuencia, la mortalidad de bacalao tras la puesta aumentó considerablemente, ya que es entonces cuando el bacalao se encuentra más vulnerable. Esta es, al menos, la explicación que han dado los investigadores. Dicen que la prohibición de Terranova llegó demasiado tarde. Y es que desde hace más de diez años no se pesca bacalao y la población no ha crecido, al contrario, cada vez hay menos bacalao.

El bacalao, Gadus morhua, es un pescado carnívoro.

Sin embargo, la disminución del bacalao en la zona de Ternua ha sido en parte imputada a los científicos. Al parecer, las cuotas de pesca no fueron correctamente calculadas, resultaron excesivamente optimistas a la hora de calcular la población de bacalao y, en consecuencia, se capturó más de lo que la especie podía soportar para sobrevivir.

Sin embargo, los científicos esperaban que la prohibición de pesca aumentara la población y que a medida que se templara el clima se solucionase el problema. Pero como en otras ocasiones, la mitad de la convicción fue corrupta. La superficie del mar se ha calentado, pero al bacalao no le ha hecho bien, al menos a la larga.

En un principio el bacalao disfrutó del aumento de la temperatura, lo que provocó un aumento del plancton. Los bacalaos jóvenes se alimentan de plancton, por lo que al aumentar la cantidad de plancton llegó más joven a la edad adulta. Este aumento del plancton también afectó indirectamente a los adultos debido a la mayor población de peces que se alimentaban.

Por lo tanto, en agua más templada los bacalaos jóvenes y los adultos tenían más alimento. Pero este hecho no era tan simple como esperaban. De hecho, las larvas de bacalao también se alimentan de plancton, concretamente se alimentan de los huevos de copépodos, unos pequeños crustáceos marinos. Pues bien, el templado del mar provocó que los copépodos maduraran más tarde de lo normal, por lo que la puesta es más tardía y la larva de bacalao al nacer encuentra poco huevo de copépodo.

El bacalao se conserva perfectamente en salazón y puede ocurrir de mil maneras.

Ha quedado bastante claro que no éramos capaces de predecir cómo la temperatura del mar afecta al bacalao. El bacalao atlántico ( Gadus morhua ) es, sin duda, una especie condicionada por el entorno. Cualquier cambio en el medio ambiente parece afectarle si no es en una etapa del ciclo de vida.

Pongamos mirando al mar. El bacalao no sólo ha disminuido al otro lado del océano, sino que también es cada vez más escaso en el Atlántico norte de Europa y en el Mar del Norte, aunque se cree que aún no está en peligro.

Como el bacalao es un pescado de agua fría, se ha ido hacia el norte según se ha templado el agua. Le siguen los barcos vascos que se dirigen al Atlántico norte. La mayor parte del bacalao que se come en Euskal Herria es de procedencia externa, no es de los pescadores de aquí. Y es que, a pesar de que las capturas son menores, la demanda no ha bajado y se puede decir que ha aumentado, ya que en general se consume más pescado.

Las islas de Islandia, Noruega y Faroe son las que más bacalao aportan. Estos pueblos tienen las calas de bacalao cerca y la tradición pesquera no es más moderna que la vasca. Según los historiadores, los pueblos vikingos del norte de Europa fueron los primeros en pescar bacalao. Los vikingos pescaban bacalao en la costa escandinava para el año 1000.

La sobrepesca ha provocado la disminución del bacalao.

En cualquier caso, los vascos fueron los que revolucionaron la zona, ya que inventaron el bacalao salado. Se dieron cuenta de que este pescado fuerte permanece salado durante mucho tiempo. Así, cuando se dirigían a pescar la ballena hacia Ternua y Labrador, se aprovechaban para pescar el bacalao y el bacalao era su principal alimento.

Gracias al bacalao, los pueblos de la costa atlántica han afrontado más de un hambre. Sin embargo, se ha explotado más de lo que podía soportar la especie y ha llegado el momento de devolver el importe que se le debe. Es demasiado tarde.

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