Grietas en el Protocolo de Kioto
2001/03/30 Carton Virto, Eider - Elhuyar Zientzia
A principios de marzo los países que componen el G-8 (Estados Unidos, Rusia, Alemania, Japón, Reino Unido, Canadá, Francia e Italia) se reunieron de forma extraordinaria en Trieste (Italia) y decidieron cumplir con el Protocolo de Kioto. Se decidió reducir las emisiones de gases y hacer la reducción en su propio país, sin comprar las cuotas de emisión a otros países. Pero ahora, el gobierno de George Bush ha tomado la palabra y ha renunciado a controlar el vertido de CO2. Según la directora de la Agencia de Medio Ambiente de Estados Unidos, no les interesa implementar el Protocolo y perder el tiempo con un proceso que no funcione no tiene sentido.
Problemas energéticos
La mitad de la energía eléctrica que se produce en Estados Unidos se realiza en centrales alimentadas con carbón, y el presidente Bush ha afirmado que regularizar el sector incrementaría considerablemente el precio de la electricidad. Además, el sector energético estadounidense se encuentra en crisis desde que en 1996 se puso en marcha su plan de liberalización. Parece ser que el plan era excesivamente complejo y con poco sentido de futuro y puede provocar el declive del sector energético. A pesar de las implicaciones económicas, las consecuencias energéticas han sido notables, especialmente en California. En la actualidad, la oferta energética de California no es capaz de satisfacer la demanda y los habitantes sufren cortes de electricidad.
Sin embargo, Estados Unidos siempre ha mostrado una actitud fría respecto a los compromisos adquiridos en Kioto. En la última cumbre celebrada en La Haya en noviembre del año pasado, los debates también fueron duros y la derrota fue total. Entonces, había que establecer y definir mecanismos para cumplir los compromisos adquiridos en Kioto.
Por un lado, había que acordar mecanismos de control para los países que no cumplían la palabra y los plazos, como las multas. Por otro lado, financiación y, por último, mecanismos flexibles. El Protocolo de Kioto establece que los países que no son capaces de reducir sus emisiones podrían compensar los excesos de emisiones mediante otros mecanismos como la implantación de tecnologías de desarrollo limpio en los países en desarrollo o el comercio de derechos de emisión. En La Haya había que determinar cuáles eran las tecnologías de desarrollo limpio, así como limitar o no el comercio de derechos de emisión.
Estados Unidos, Canadá, Australia, Nueva Zelanda, Japón y Rusia se mostraron partidarios de no restringir el comercio y de no imponer multas a los que no cumplían su compromiso. Sin embargo, la Unión Europea se posicionó en contra. Por otro lado, reivindicaron que los países en desarrollo no están dispuestos a limitar su desarrollo en el seno de las emisiones, y los países productores de petróleo también mostraron su opinión. En La Haya cada uno se mantuvo y la reunión terminó sin acuerdo. Se cree que fue la reunión para dar las últimas pinceladas al Protocolo de Kioto y ponerlo en vigor.
¿Kioto se puede congelar?
Estados Unidos representa el 6% de la población mundial, pero supone el 25% del total de las emisiones a la atmósfera. Si no prosiguen con el compromiso adquirido en Kioto, la lucha contra el cambio climático se vería muy limitada. Sin embargo, el enjuiciamiento de todos los demonios y males de Estados Unidos es demasiado simple y cómodo. Porque
Si bien la Unión Europea insiste en los buenos propósitos de cumplimiento del Protocolo de Kioto, ninguno de sus miembros ha ratificado el Protocolo. Lo firmaron 84 países, pero lo ratificaron sólo 33. El Protocolo de Kioto no entrará en vigor hasta su ratificación por el 45% de los firmantes, aunque no existan países que emitan más gases entre los que lo ratifican. Y entre los 33 países que han ratificado no hay ninguno industrializado. Además, la organización ecologista WWF ha denunciado recientemente que en 2010 los países más emisores de Europa emitirán a la atmósfera 220 millones de toneladas de gases más de lo acordado. Estos países son Alemania, Francia, España, Reino Unido, Suecia y Holanda, que representan el 70% de lo emitido en la Unión Europea.
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