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Capa de ozono, termómetro del clima del planeta

2000/07/23 Kortabarria Olabarria, Beñardo - Elhuyar Zientzia

La semana pasada te pudiste mirar al sol. No te vuelvas la cabeza, ni siquiera un centímetro, porque este domingo te pondré a la capa de ozono. O quizá tengas que girar, porque todo el ozono no está en el cielo, en la propia Tierra se produce bastante y demasiado.

El ozono es la molécula formada por los tres átomos de oxígeno. Es un gas inapreciable, sin color y con un olor agradable. La molécula es oxidante y corrosiva. Puede aparecer en la estratosfera o troposfera de la atmósfera terrestre y dependiendo de ello puede afectar de alguna manera al medio ambiente. El ozono que aparece en la estratosfera es beneficioso porque no deja filtrar los rayos ultravioleta que envía el Sol, por lo que da protección. Por su parte, el ozono troposférico es perjudicial para el medio ambiente, ya que a esa altura se convierte en contaminante.

El ozono no procede de fuentes directas de contaminación, por lo que se considera un contaminante secundario. Aparece al mezclarse con la radiación solar a partir de otros contaminantes, óxidos de nitrógeno y compuestos orgánicos. La naturaleza, en sí misma, también puede formar ozono troposférico al unirse los óxidos naturales de nitrógeno, las radiaciones solares, algunos compuestos orgánicos y el ozono estratosférico. Por ello, la única opción para evitar o reducir la formación de ozono en la troposfera es reducir las emisiones de óxidos de nitrógeno y compuestos orgánicos de origen industrial y de transporte.

La troposfera es una de las capas más bajas de la atmósfera y de 5-10 kilómetros de espesor. En esta capa climática del planeta se determina, entre otras cosas porque las nubes se forman allí. El ozono troposférico es debido principalmente a reacciones secundarias en zonas muy contaminadas.

¿Ozono beneficioso?

Además de los beneficios del ozono estratosférico, algunos expertos consideran destacables las ventajas de otro tipo. Por ejemplo, un grupo de investigadores que trabaja en el tratamiento de las aguas asegura que además de desinfectar los ozono, mata las bacterias y frena los virus. No sólo eso, según algunos científicos que trabajan en el campo de la medicina, la penetración en la sangre aumenta la capacidad de las células para transportar el oxígeno, a la vez que puede matar los virus o bacterias que pueden haber en las células. En los problemas circulatorios de la sangre, en los casos de colitis, en algunos tipos de cáncer, fístulas, infecciones cutáneas, quemaduras, aumento de la circulación sanguínea cerebral… se utiliza ozono.

A pesar de su elevado precio que el cloro, utilizan el ozono para potabilizar el agua. Sin embargo, al ser un oxidante potente, si no se utiliza con cuidado puede ser peligroso. Sin embargo, la emisión excesiva de ozono al agua puede causar problemas, principalmente irritaciones respiratorias y pulmonares.

Además de la potabilización del agua, se utiliza para purificar el aire y limpiar los gases que generan las aguas sucias. Al ser oxidante se ha utilizado para blanquear ceras, aceites, harinas y tejidos.

¿Capa picada?

A pesar de su creciente utilización en la Tierra, el verdadero papel del ozono se encuentra en el cielo, en la estratosfera. La recogida de ozono se realiza a una altura entre 20 y 40 kilómetros, por lo que esta parte de la atmósfera se denomina capa de ozono. De hecho, la capa de ozono estratosférico protege a la Tierra de los rayos ultravioleta que emite el Sol y, por tanto, de todos los seres de aquí. El Sol envía, entre otros, rayos ultravioletas -UV- y este tipo de radiación puede ser nociva para los seres en función de su intensidad y de su tiempo de exposición.

En el caso de los seres humanos, desde el punto de vista de la salud, las radiaciones ultravioletas pueden producir eritemas cutáneos y enfermedades oculares, además de causar un deterioro del sistema inmunológico. La naturaleza puede frenar el crecimiento de las plantas, incluido el fitoplancton (plantas microscópicas suspendidas en el agua), por lo que la vida en la Tierra y en el mar estaría en peligro.

Por tanto, es evidente la importancia de que la capa de ozono estratosférico esté en buen estado. Una cuestión que puede tener una cierta solución es, además, que la sociedad puede asumir si se toman las medidas necesarias. Cuando el problema de la capa de ozono comenzó a aflorar, sin embargo, no se pensaba que la actividad humana tuviera tanta influencia.

En 1974 dos científicos estadounidenses descubrieron que algunos compuestos químicos compuestos de cloro, flúor y carbono, llamados CFC, son capaces de destruir el ozono. Estos compuestos son de uso industrial frecuente. El freón de frigoríficos e instalaciones de aire acondicionado es CFC y también se utiliza en algunos aerosoles y pinturas. Los descubridores tuvieron que ser sometidos en un primer momento a las críticas de las empresas que fabrican estos productos, pero años después la sociedad tuvo que reconocer que la capa de ozono sobre la Antártida era cada vez menor y que el uso de CFCs tenía una gran influencia. Además de los CFCs, existen otros compuestos que dañan la capa de ozono: halones usados en extintores, HCFCs, brominas, etc. Todas estas sustancias son muy estables y pueden tener una vida media superior a los 100 años, por lo que pueden llegar a la estratosfera cuando se emiten a la atmósfera. La radiación de los rayos ultravioleta solares en la estratosfera provoca la liberación de los átomos de cloro de los clorofluorocarburos. Estos átomos rompen la molécula de ozono liberando una molécula de oxígeno y una molécula de monóxido de cloro. Las moléculas de oxígeno rompen la molécula de monóxido de cloro y se libera nuevamente el átomo de cloro, por lo que el proceso se reinicia. El proceso es muy perjudicial, ya que un único átomo de cloro puede destruir 100.000 moléculas de ozono. El átomo de cloro repite el proceso hasta que se encuentra con un compuesto químico que puede frenar.

Debido al creciente agujero de la capa de ozono, se han adoptado acuerdos internacionales en Viena en 1985 y en Montreal en 1987. En esta última reunión, cerca de 90 países se sumaron a la mitad en dos años de producción de productos que perforan la capa de ozono. Se han tomado más medidas, pero el hecho de que la capa de ozono de la Antártida sea cada vez más fina no es una buena señal.

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