Las raíces de los montes, cada vez más compactas
2002/07/01 Roa Zubia, Guillermo - Elhuyar Zientzia
La superficie de la Tierra flota en el manto líquido, como el hielo sobre el agua. El manto está hecho de piedra fundida y es más denso que la corteza terrestre. Sin embargo, los geólogos saben que ese "flotamiento" no es tan simple como el del agua y tratan de comprender la dinámica de los montes. De hecho, los montes son sólo rasas de una capa sólida flotante.
A pesar de que nosotros sólo vemos la parte superior, estas rasas son bastante simétricas, es decir, por cada monte, hay otro en el manto que está "boca abajo". Esta simetría se ve descompensada por la erosión superficial y, cuando se produce, el manto empuja la superficie hacia arriba, pero la superficie se eleva mucho menos de lo que predicen los cálculos. ¿Por qué?
Para responder a esta pregunta, el geólogo estadounidense Karen Fisher, de la Universidad de Brown, ha realizado estudios de gravedad y experimentos de reflexión sísmica tanto en las antiguas como en las nuevas cadenas montañosas. Estos estudios permiten conocer la profundidad a la que se encuentra el límite entre la superficie terrestre y el manto y, por tanto, analizar el movimiento de estas capas.
Las fluctuaciones de la frontera son explicadas por un proceso llamado metamorfosis. Durante millones de años, y debido a la influencia de la presión, el material del manto se compacta en esta metamorfosis, por lo que los "parámetros de flotación" se adaptan, entre otras cosas, la posición del límite entre las dos capas.
Aunque las montañas flotan en material fundido, no siguen la dinámica de los fluidos convencionales, ya que el manto se comprime con el tiempo.
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