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Plantas carnívoras

2000/11/05 Kortabarria Olabarria, Beñardo - Elhuyar Zientzia

A pesar de vivir bastante lejos de Estados Unidos, muchas veces el eco de sus peripecias no puede escapar, aunque sea ignorado. ¿Sabes, entre otras cosas, qué se ha puesto ahora de moda? Plantas, plantas carnívoras. Si la noticia es curiosa, quizá no sea de esas joyas, pero al menos sirve para despertar interés. ¿Quién sabe algo sobre plantas carnívoras?

Las plantas carnívoras atraen, atrapan y devoran a los seres vivos. En caso de tenerlas en casa, estas plantas deben conservarse en el interior de la casa, ya que requieren unas condiciones de temperatura y humedad estrictas para poder vivir. Según los expertos, las plantas carnívoras se encuentran en los invernaderos de los gustos.

Las plantas carnívoras viven del consumo de pequeños insectos y no por casualidad. No hay máquinas sin energía. La mayoría de los seres (por no decirlo todos) reciben del Sol la energía que necesitan. Las plantas también aprovechan la energía luminosa del Sol para crear y vivir la vida. Mediante el proceso de fotosíntesis, las plantas convierten el dióxido de carbono del aire en materia orgánica. Esta energía que se almacena en las plantas (ya son utilizados para completar su trabajo en hidratos de carbono, proteínas, lípidos…). El resto de alimentos, incluidos minerales, inorgánicos, se extraen del suelo. Cuando la tierra es pobre, cuando la planta no tiene los alimentos que necesita, la planta no puede completar su ciclo de vida y muere. Las plantas carnívoras tienen que crecer en este estado.

En la naturaleza, este tipo de vegetación se produce generalmente en zonas de lagos. La tierra de los lagos es en sí bastante pobre, tiene poco nitrógeno, y sólo con ella las plantas no pueden producir todas las proteínas necesarias para poder vivir. Por tanto, los carnívoros han tenido que adaptarse a esta situación en la evolución. Para obtener proteínas no han encontrado mejor solución que comer carne, es decir, insectos, crustáceos, arácnidos, etc. Sin embargo, si las plantas que se alimentan de pequeños insectos se producen en zonas donde la tierra es rica, pueden completar su ciclo de vida sin ingerir insectos.

Para la obtención de la comida, las plantas carnívoras utilizan diversas técnicas. Algunos se sirven de colores atractivos para la caza, otros de olor, hay otros que consiguen la comida con sustancias que se pegan, etc. Normalmente son plantas de movimiento muy lento, pero hay excepciones. Las plantas del género Utricalaria, por ejemplo, son muy rápidas, pueden capturar insectos en menos de un segundo. Las plantas carnívoras se encuentran en los cinco continentes, pero sobre todo en zonas húmedas. No obstante, también se pueden encontrar en secaderos. Por ejemplo, la planta de Drosophyllum Lusitamicum crece en lugares secos y dispersa sus raíces por el subsuelo para obtener el agua que necesita. Salvo excepciones, el agua es imprescindible para las plantas carnívoras. ¡No a cualquier agua! Si bien se puede pensar otra cosa por lo visto en las películas de ciencia ficción, estas plantas son muy sensibles. Por lo tanto, necesitan agua muy limpia, natural, sin cloro.

Quizá la más conocida de las plantas carnívoras sea la del género Dionea. Estas plantas crecen en humedales. En el borde de sus hojas se ven pelos que forman una estructura similar a las mandíbulas. Cuando un ser toca alguno de estos pelitos, las hojas de la planta se cierran y atrapa lo que hay dentro. En ese momento la planta empieza a comer, libera zumos y hace la digestión. Las hojas vuelven a abrirse tras finalizar la digestión, tras pasar un par de semanas. Además de los insectos que capturan, las plantas del género Dionea pueden comer otras cosas, como el queso, la clara de huevo o las pequeñas porciones de carne, pero no tomará alimentos que no pueda digerir. Las captura, pero las suelta inmediatamente. Tras 3 a 4 ocasiones, la hoja presa se ralentiza.

Las plantas del género Dionea tienen un gran éxito entre los amantes de las plantas, y si está de moda, son Dioneak. Se venden como bulbos muy pequeños y se plantan en una turba muy fina. Para que la planta esté a gusto, la temperatura debe estar siempre entre 10 y 30 grados centígrados. Hay que dar mucha agua a Dionea, pero no hay agua clorada. Se utilizará preferentemente agua de lluvia, aunque cuando no sea posible se podrá utilizar también destilada. Los Diones también necesitan mucha luz. Por ello, también se puede colocar en las calderas solares, pero hay que tener en cuenta que no se recomienda una temperatura superior a 37 grados. Sus flores salen en diciembre. Tienen forma estrellada y cinco pétalos blancos. Si se ponen al sol, el interior de las hojas se pone rojo y rojo. Las hojas más viejas se vuelven negras con la llegada del otoño. La imaginación ha creado grandes carnívoros vegetales hambrientos capaces de comer tanto animales como seres humanos. Pero no hay por qué preocuparse, puedes ir a la tienda y comprar tranquilamente alguna planta carnívora o Dionea, porque no hay de esos gigantes en la realidad.

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