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Cáñamo, medicamento maldito

2003/12/21 Rementeria Argote, Nagore - Elhuyar Zientziaren Komunikazioa

Los malditos tienen que demostrar que son mejores que el resto para ser aceptados. Al cannabis parece que le pasa algo así. Y es que, aunque se ha visto que puede colaborar en el tratamiento de ciertas enfermedades, todavía está prohibido en muchos pueblos. Según un nuevo estudio, también puede ayudar a paliar los síntomas de la esclerosis múltiple. ¿Qué más tendrá que demostrar?
Cannabis sativa es la especie de cáñamo con más THC.

En los países occidentales desarrollados se está aceptando el cáñamo como medicamento, pero hay al menos cuatro mil años en los que se utiliza para tratar algunas enfermedades en el este. Al parecer, fue traída a Europa por Napoleón y tuvo éxito como medicamento, pero al cabo de unos años, al ver que podía causar daños, fue retirada de la farmacopea.

Se siguió utilizando el cáñamo para fines no terapéuticos. Sin embargo, a medida que avanzaba la farmacología, se retomaron los compuestos activos del cáñamo, que actualmente se utiliza como medicamento para muchas enfermedades.

Según un estudio publicado recientemente, también puede ayudar a pacientes con esclerosis múltiple. Sin embargo, algunos componentes del cáñamo, como el THC, han visto que ayuda a aliviar los síntomas.

THC es la abreviatura del compuesto químico tetrahidrocanabinol. El THC es el principal responsable del efecto del cáñamo: la sensación de encendido que se consigue quemando el cáñamo y el cambio en la percepción del entorno, por ejemplo, son debidos al THC. Por ello se denomina compuesto activo. Sin embargo, el cáñamo también contiene otros compuestos cannabinoidos útiles.

El THC es el compuesto que se extrae de la planta para la fabricación de medicamentos, y también se utilizó el THC para demostrar los beneficios de la esclerosis múltiple. Así se formaron dos grupos de pacientes. A uno le dieron THC y al otro le dieron otro tipo de extractos de cáñamo.

Los pacientes de ambos grupos afirmaron que habían notado una mejora muscular: 60% de los receptores de THC y 46% de los extractos. Hay que tener en cuenta que a los pacientes con esclerosis múltiple les van paralizando los músculos, tienen vibración e incluso dolor, entre otros.

La esclerosis múltiple afecta principalmente a personas de entre 20 y 40 años.

Los compuestos utilizados en la investigación no curan la enfermedad, pero al menos alivian los síntomas. De hecho, todavía no se ha conseguido ningún tratamiento que cure la esclerosis múltiple.

A la vista de los resultados de este estudio, la Asociación Británica de Esclerosis Múltiple ha solicitado la legalización de medicamentos basados en cáñamo. En Gran Bretaña hay pacientes que tienen permiso para utilizar medicamentos basados en cáñamo, como los que tienen cáncer o sida, pero no los que tienen esclerosis múltiple.

Sin embargo, no son muchos los países que permiten tomar medicamentos basados en cáñamo. En la mayoría de los casos están totalmente prohibidos, y la investigación con cannabis no suele ser nada fácil.

En EE.UU., Canadá y Países Bajos, entre otros, está permitido el uso de cannabis para eliminar las náuseas provocadas por la quimioterapia y estimular el apetito para quienes padecen sida. De hecho, se producen medicamentos de efecto antiemético basados en el THC y otros cannabinoides.

Se considera que los cannabinoideos pueden servir también para tratar otras enfermedades, como por ejemplo, para reducir la presión intraocular a los que tienen glaucoma y en enfermedades degenerativas como Parkinson, Huntington y Alzehimer.

Sin embargo, no hay que olvidar que los medicamentos basados en sustancias ilegales como drogas tienen un control muy estricto. No sólo en el caso de las pruebas prelanzadoras, en las que no se distinguen tanto del resto de medicamentos, sino en el momento de su comercialización, sino que se incorporan al sistema de receta para que sólo los pacientes que lo necesiten puedan recogerlos y evitar su uso con fines no terapéuticos.

Los derivados del cáñamo pueden ser muy variados.

Hay que diferenciar entre el consumo que se realiza en el tiempo libre con fines lúdicos y el que se realiza como medicamento. Cuando el médico lo administra en forma de medicamento, la dosis está medida, se han tenido en cuenta los posibles efectos secundarios y se supone que los beneficios prevalecen sobre los obstáculos. Sin embargo, cuando se quema el cáñamo, no se realiza un control estricto si no depende del efecto que se observe al quemarse. Así, si el cuerpo no puede aguantarlo, porque la dosis quemada es demasiado elevada, normalmente pueden aparecer alucinaciones, crisis de pánico y psicosis.

Sin embargo, uno no quita el otro, y las consecuencias del consumo en la calle no tienen nada que ver con las terapéuticas. La introducción en el cuerpo no es la misma y, como se ha dicho, la dosis también es importante.

Es una pena que los medicamentos que hasta ahora han dado tan buenos resultados no estén en manos de los pacientes, sobre todo si la única razón para ello es que estén basados en el cáñamo. Está demostrado que los derivados del cáñamo son eficaces en la terapia de ciertas enfermedades, pero parece que es una planta maldita.

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