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Nueva imagen de la mujer prehistórica

2005/07/24 Galarraga Aiestaran, Ana - Elhuyar Zientzia

La imagen de la mujer prehistórica ha aparecido unida al fuego de la cueva. La mayoría la han representado como fieles, madres de numerosos niños y cuidadores de ancianos dependientes del hombre cazador. A principios del siglo pasado, la mujer del Paleolítico ocupó el mismo papel que la mujer tradicional en casa. Sin embargo, los expertos actuales tienen otro punto de vista que ha modificado la imagen de la mujer prehistórica.

Hasta hace poco los antropólogos han atribuido su papel principal al hombre.

Foto: National Park Service

Hay que reconocer que no es fácil saber cómo vivían nuestros antepasados. Los antropólogos se basan en las huellas y en la etnología, pero las huellas no son tan abundantes y claras como para obtener conclusiones claras. Por lo tanto, es comprensible que quienes interpretan estas huellas tengan que basarse en otra cosa al explicar cómo eran los tiempos prehistóricos. Y muchas veces se basan en lo que viven y ven. Por ello, no es de extrañar que la mujer del Paleolítico asumiera el papel tradicional de mujer sumisa. Los cazadores, artistas y chamanes debían ser necesariamente hombres.

Pero la antropología, como la propia sociedad, avanza constantemente. Los científicos tienen más datos y vestigios que hace unos años, y probablemente menos prejuicios. Por ello, varios expertos han cuestionado la imagen de la mujer doméstica y dependiente y han mirado de otra manera a la prehistórica. En consecuencia, parece que el Paleolítico también ha llegado a la época de la igualdad de género, y la imagen de la mujer prehistórica que han presentado últimamente es ahora más colorida y viva que antes. Eso sí, ¡no sabemos si se acerca más a la verdad que a la imagen anterior!

Sin embargo, según la nueva tendencia, las mujeres paleolíticas también practicaban la caza, por ejemplo. Igual no se usaban las mismas armas que los hombres, pero hay indicios de que las mujeres también cazaban animales. Los estudios etnológicos también apuestan por ello. Por ejemplo, las mujeres de la tribu ojbwa canadiense y las de la tribu tiwi de Astralia también cazan y las armas que utilizan para ello no son como las de los hombres.

A la hora de conseguir comida, las mujeres de la tribu de bushmen no dependen del hombre.

La investigación sobre la tribu de bushmen del sur de África también ayudó a los antropólogos a abrir los ojos y a ver de otra manera la estructura social y el reparto de roles. ¡Los antropólogos pensaron que nuestros antepasados vivían igual que ellos! La investigación se llevó a cabo hace unos treinta años y desde entonces la vida ha cambiado, pero antes eran nómadas y la mujer no se limitaba a cuidar la casa y los niños. No era dependiente del hombre a la hora de conseguir comida y se dedicaba a la recogida de la comida y a la caza.

Mujer cazadora y recogedora

Según los expertos, es muy probable que la sociedad y, en consecuencia, el papel de la mujer cambien al pasar del Paleolítico al Neolítico. En el Neolítico el hombre se convirtió en agricultor y ganadero, nuevas actividades que exigían una división del trabajo más especializada que antes. Pero no hay razón para pensar que las mujeres no participaban en la obtención de la comida en el Paleolítico.

Para interpretar los restos, los arqueólogos y antropólogos tienen pocos datos objetivos.

El trabajo en equipo y la fuerza eran imprescindibles para la caza de animales grandes, por lo que se le ha dado al hombre un papel primordial. El animal que cazaba era un héroe. La mujer, por su parte, debía recoger, limpiar, triturar y preparar lo cazar o, según otra versión, conformarse con los residuos. Además, la mujer debería guardar algo para niños y mayores.

Sin embargo, estudiando los utensilios y las partes de los animales que comían, varios antropólogos han concluido que la caza no era la actividad principal en el Paleolítico. Seguramente otros depredadores intentaban atrapar a los animales muertos. Es decir, al igual que el buitre y el hiena, el hombre sería más carroñero que cazador. Y en esa actividad, al parecer, tanto hombres como mujeres. Otros han ido más allá y han sugerido que los autores de las finas herramientas eran mujeres, que fueron las que inventaron la cuerda y el textil hace 20.000 años.

Sexo

En la época del feminismo, las estatuas de mujeres paleolíticas fueron consideradas como símbolo del matriarcado.

Cuando tratan de explicar cómo era la vida en el Paleolítico, muchas veces hablan de sexo. Cuando se han imaginado la actividad sexual de la época y el papel de la mujer, los expertos han mencionado de todo. Algunos creen que los hombres utilizaban a las mujeres como gorros de intercambio. La imagen típica de la mujer, en la que el hombre dominaba por completo, es que el hombre la coge de la mariposa y la arrastra. Es una caricatura, sí, pero así era la imagen y la convicción que había hasta hace unas décadas.

Pero esta idea cambió mucho cuando el feminismo ganó fuerza. Las estatuas de las mujeres paleolíticas han sido interpretadas de diversas maneras, por ejemplo, como símbolo del matriarcado por las feministas de los años 70. De hecho, la idea no era nueva, ya que los griegos imaginaron sociedades primitivas dominadas por mujeres en algunas islas del Egeo y en la estepa asiática. Las feministas, sin embargo, construyeron la teoría basándose en esos estados y se extendió mucho desde entonces.

Está claro: La imagen de la mujer paleolítica ha cambiado con el paso del tiempo y en el futuro se seguirán haciendo nuevas interpretaciones. No sólo porque se obtendrán más indicios, sino porque la propia mirada también cambia

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