La verdad necesita una base científica sólida

“Ciencias libres accesibles para todos”, así se recoge en el lema de la Sociedad de Ciencias Aranzadi. cumplió 75 años en 2022, por lo que una parte de la sociedad conoce desde hace tiempo la asociación y su actividad. Y muchos que no lo conocían ya conocieron Aranzadi ese mismo año, cuando dio a conocer la mano de Irulegi. Juantxo Agirre Mauleon ha sido el secretario general de la asociación durante los últimos 25 años, y de su mano la revista Elhuyar ha profundizado tanto en la historia de Aranzadi como en la propia trayectoria de Agirre. Sobre todo, se ha extendido con dos temas, la historia de los vascones y los exhumaciones en la guerra civil, pero también se ha pronunciado sobre la situación actual y la implicación política.


Tu nombre siempre aparece asociado a Aranzadi. ¿Cómo entró en la asociación?

Desde muy joven tuve una gran afición por la arqueología y la historia, probablemente heredada de mi padre. Así, comencé mis estudios de historia en la UPV, y luego, en mis vacaciones, me pasaba de voluntaria a las excavaciones de Aranzadi. El ambiente que se producía durante las dos semanas de verano —un grupo de jóvenes en la montaña buscando pistas bajo tierra— se me hizo emocionante y me atrapó. Además, se crean relaciones profundas con la arqueología, la geografía de diferentes países y su gente, no estás encerrado en un laboratorio. La arqueología tiene una práctica muy social.

Es director del yacimiento de Amaiur. ¿Qué es Amaiur para ti?

Este lugar no solo es clave desde el punto de vista histórico, sino que ha sido una forma de vida. Para mí, no solo ha sido investigación: he hecho amigos, tengo una familia allí también y es parte de mi paisaje sentimental. Lo tengo muy interiorizado. Y, sobre todo, ha habido una cuna para impulsar a los jóvenes investigadores. Ha sido útil para trabajar en euskera en auzolan, en colaboración con el pueblo, con visión científica y humildad. Todas estas áreas han sido abordadas y es aquí donde han surgido seis o siete jóvenes investigadores que en las próximas décadas darán grandes frutos en nuestra historia y en nuestra etnografía.

También tiene relevancia internacional, ya que se ha convertido en el centro de interpretación de la conquista de Navarra, en un lugar de memoria. Por eso, ahora, en esa cumbre del monte, el castillo ha entrado en el paisaje, donde estamos creando un museo definitivo. Esos han sido nuestros principales objetivos, la socialización de este patrimonio. Los siguientes pasos serán para escribir todo esto.

Y de andar explorando la tierra en los yacimientos, a ser secretario general de Aranzadi. ¿Cómo dio ese paso?

A pesar de ser una institución científica de larga trayectoria, Aranzadi contaba con muy pocos recursos económicos, por lo que era relativamente fácil conseguir esa responsabilidad sin sueldo. Quizá hoy en día estas actitudes se entiendan cada vez menos, pero es muy importante en muchos ámbitos ese trabajo que realizan muchas personas más allá de sus convenios laborales. Así entiendo que el pueblo se hace. Es una cuestión de actitud ante la vida.

Algunos conocemos a Aranzadi desde siempre, pero hay quien no la oyó hasta que descubrieron la mano de Irulegi. Nos gustaría saber qué es de Irulegi.

Es un testimonio básico, una nueva prueba objetiva que hemos dado a lingüistas y epigrafistas especializados. Nosotros lo hemos sacado de debajo de la tierra con una metodología concreta, pero no sabemos leer ni entender lo que está escrito. Para ello, es muy importante trabajar en red, en este caso con los expertos Joaquín Gorrotxategi y Javier Velaza.

Aquí, la cultura romana ha sido evidente. Sin embargo, se preservó la lengua indígena, lo que nos hace únicos en toda Europa. Para conocer los mecanismos de esa supervivencia de la lengua, necesitamos testimonios escritos anteriores a la presencia romana y también de la época romana, como la mano de Irulegi y el altar de Larunbe.

El altar de Larunbe se ha convertido en el testimonio más antiguo del euskera en el norte de Navarra, y, además, quisiera subrayar que una mujer es la protagonista.

¿Qué podemos esperar para el futuro?

Estoy seguro de que en las próximas décadas se encontrarán más testimonios escritos sobre el origen del euskera en los Pirineos occidentales. A medida que tengamos más pruebas objetivas —testimonios escritos antiguos—, estaremos más cerca de la verdad judicial sobre su origen. En los campos científicos transfronterizos europeos, y gracias a las nuevas generaciones de arqueólogos, comenzaremos a observar el mundo natural de Vasconia, por encima de las limitaciones políticas que han venido deformando y condicionando la visión científica de aquel pasado.

Juantxo Agirre_bb_20251027146498

Jon Urbe/©Foco


¿Qué quiere decir con límites políticos?

No tiene ningún sentido que la actual Venta Peio de Dantxarin o gendarmería de Behobia sea el límite de las realidades culturales de hace dos mil años, no son los límites de los vascones. Es ridículo estudiar el pasado basándose en las fronteras y las dinámicas políticas modernas creadas muchos siglos después. Debemos acercarnos a la realidad de la población de aquella época, a partir de dinámicas territoriales propias y del entorno natural.

¿Y qué hay que hacer para ello?

Enseñar a las nuevas generaciones de arqueólogos la pasión de la arqueología y la importancia de la cultura de trabajo. En este campo, necesitamos nuevos liderazgos científicos desarrollando excavaciones arqueológicas por el valle, con la colaboración de las comunidades locales. Y con humildad, porque un investigador, él solo, no tiene todas las respuestas y no sabe de todo; tiene que trabajar en red. Hoy en día, los campos de la ciencia están muy especializados: arqueólogos, lingüistas, epigrafistas, genetistas… Tenemos que trabajar juntos y así entre todos vamos a avanzar en el conocimiento de los orígenes históricos de nuestra lengua. La soberbia es uno de los grandes errores de quienes investigamos nuestro pasado.

Dejando a un lado el pasado del euskera, la gente también conoce Aranzadi por los desalojos de la guerra civil. Es un claro ejemplo de cómo trabaja la asociación en beneficio de la sociedad.

Aranzadi se ha caracterizado por su cercanía al pueblo y por responder a sus demandas a través de la ciencia. Este año se cumplen 25 años de nuestra visita al Bierzo de León, donde familiares solicitaron ayuda técnica y científica. Fue la primera obra de Aranzadi en esta época de la memoria histórica española.

Antes, al final del franquismo, y en los años siguientes a la muerte de Franco, se abrieron varias tumbas en todo el estado, pero fueron las propias familias las que las abrieron, con las manos, con las azadas.

Pero en esta fase de la memoria histórica la ciencia ha tenido su lugar y hemos dignificado esta iniciativa, porque la verdad lo necesita. Aquí había un departamento de Antropología Física, dirigido por Francisco Etxeberria, y fue entonces cuando decidimos, hace 25 años, ir allí a ayudarles. En aquella época, entrar en este asunto no era tarea fácil. Los jefes de aquí nos decían que era semi-político y daba miedo de que perdiéramos las subvenciones. Y, sin embargo, fuimos allí. Y ha sido la mayor aportación que ha dado esta asociación, no solo a Euskal Herria, sino a todo el estado.

En el campo de los derechos humanos siempre se ha hecho esta labor por parte de familiares y asociaciones de memoria. También llevamos muchos años colaborando con el Gobierno Vasco y el Gobierno de Navarra, y hay que mencionar que hay cientos de investigadores que han trabajado en auzolan y seguimos, siempre con la misma filosofía: Si nos vamos a Sevilla, trabajaremos con antropólogos de Sevilla, con nuestros socios de Sevilla, y con familiares de Sevilla. Porque la verdad necesita una base científica sólida.

Juantxo Agirre_bb_20251027146503

Jon Urbe/©Foco


¿Qué otras áreas de Aranzadi destacan? En astronomía, por ejemplo, organizáis muchas iniciativas y el año que viene hay un eclipse solar total. Ya os estaréis preparando…

Sí, en eso está Virginia Garcia Pena. Yo realmente no sé mucho al respecto. Pero está claro que será un año especial.

Otras áreas a destacar serían la ornitología, la herpetología y la micología. En todas ellas hay muy buenos investigadores, realizando investigaciones punteras y reconocidas internacionalmente. Por ejemplo, Aranzadi es el pionero en anillar aves.

Además, nuestro trabajo no es solo llevar a cabo acciones; también hay que dejar memoria por escrito para el futuro. Así, cada año edita aproximadamente doce publicaciones propias: las clásicas Munibes, de ciencias naturales y antropología arqueológica, en Navarra monográficos de historia, la colección Navarra Arkeologia Auzolana, monografías de la memoria de la guerra civil y de la historia reciente… Por lo tanto, nuestras publicaciones son bastante sólidas y de alto nivel.

Para terminar, en estos tiempos de la desinformación y la posverdad, ¿cuál es el papel de Aranzadi? ¿Le preocupa la actitud del gobierno de Trump contra la ciencia? ¿Cómo afrontarlo?

Trump es un reflejo directo de nuestro mundo, donde todo sirve para triunfar en la economía. Y, desde luego, a quienes desprecian los derechos humanos y civiles no les gusta formar a los ciudadanos en la cultura científica y política. Las nuevas generaciones deben tener una buena preparación no solo en la ciencia, sino también en la cultura política.

Los dictadores siempre quieren que los ciudadanos funcionen como rebaños, con ovejas sin conciencia crítica, y los que tenemos la suerte de trabajar en ciencia tenemos que transmitir la necesidad de reflexión crítica y política para avanzar correctamente como sociedad libre.

Yo mismo he oído que el científico debe ser neutro y no deslizar políticamente. Y los que dicen eso, casi todos, están posicionados. Y creo lo contrario, que hoy en día es imprescindible implicarse y decir que es interesada no tiene que implicarse.

En Aranzadi tenemos la valentía suficiente para que la sociedad exprese nuestra opinión sobre los problemas ambientales o de derechos humanos. Por ejemplo, en el caso de la central nuclear de Deba, y con el tema del pino insignis y las pistas de Aralar antes, y ahora sobre el eucalipto... ¡También sobre los desaparecidos durante el franquismo! Y hemos puesto a la vista el castillo de Amaiur. En la actualidad estamos realizando estudios sobre la creación del euskera, y sabemos cuál es nuestro ámbito de trabajo. Trabajamos estas áreas y a veces no son muy agradables, pero aún así estamos ahí.

Buletina

Bidali zure helbide elektronikoa eta jaso asteroko buletina zure sarrera-ontzian

Bidali