}

¿Agua embotellada o de grifo?

2001/06/10 Carton Virto, Eider - Elhuyar Zientzia

El agua, el agua embotellada, cada vez se consume más y en esta ocasión no es una mala moda que viene de Estados Unidos con las hamburguesas. Por el contrario, la costumbre de tomar agua embotellada se ha extendido desde Europa a todo el mundo. A pesar de que es suficiente abrir una fuente de agua potable, muchas personas prefieren el agua mineral embotellada. La organización ecologista WWF (Fondo Mundial para la Naturaleza) ha analizado el tema y ha publicado unas conclusiones interesantes en un informe publicado recientemente.
Aunque antiguamente eran de vidrio, en la actualidad el 70% de las botellas de agua son de plástico.

Según el informe 'El agua embotellada: entendiendo un fenómeno social', el agua embotellada no es más sana o segura que la del grifo y es 1.000 veces más cara. Ni para la salud, ni para el medio ambiente, ni para la salud, ni para el medio ambiente, y en el bolsillo hace un gran agujero. ¿Por qué queremos entonces el agua de tantas botellas?

Según el informe, tomar agua embotellada es reflejo de una vida concreta. En muchos casos, el agua embotellada es sustituida por la del grifo, por su mejor sabor o por ser considerada más segura y de mejor calidad. De hecho, los escándalos que alteran la industria alimentaria hoy y mañana, y las enfermedades transmitidas por el agua, tienen una gran influencia en las conductas de los consumidores. Por ejemplo, el comercio de carne de vaca por vacas locas ha disminuido drásticamente y la confianza de los consumidores volverá a costar.

Las compañías del sector se han encargado mucho de difundir que el agua embotellada es pura y segura, y la sociedad ha asumido este mensaje. Pero el único agua pura que existe es agua destilada y poco recomendable para beber.

Agua mineral y salud

Ya en la época romana, los balnearios y el agua mineral tenían un gran éxito, ya que se consideraban beneficiosos para la salud. XIX. En el siglo XX, los dueños de los balnearios siguieron estando de moda entre los ricos y pronto vieron dónde se podía sacar mayores beneficios. El agua de los balnearios empezó a venderse en botellas y hasta la década de 1950 se vendió como producto para la conservación y mejora de la salud. En la actualidad, el agua mineral es un producto corriente que se relaciona con el bienestar más que con la salud. Ahora el agua mineral se bebe para sentirse bien porque aporta energía o ayuda a mantenerla delgada y en forma. Cada vez se vende más como sustituto de las bebidas gaseosas y alcohólicas y es capaz de desempeñar la misma función social que éstas. Por encima de todo, el informe destaca el éxito del marketing del agua embotellada.

Muchos consumidores creen que el agua embotellada proviene de saltos de agua muy limpios.

Sin embargo, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) ha querido dejar claro que el agua embotellada no tiene en absoluto un valor nutricional superior al del agua del grifo. Muchos consumidores piensan que el agua embotellada proviene de saltos de agua, lagos, ríos y pozos muy limpios, y que, sólo por eso, tiene un valor nutricional superior al del grifo, pero es falso. El agua embotellada tiene el mismo (o menos) calcio, magnesio y flúor que el agua del grifo, con la única ventaja de ofrecer seguridad en lugares donde el agua está contaminada. Pero si no, la FAO recomienda cocer o filtrar el agua porque es fiable y mucho más barato.

Impacto ambiental

Al igual que cualquier otra actividad industrial, la industria del agua embotellada también incide en el medio ambiente. Por un lado, el agua embotellada, al igual que la del grifo, debe cumplir unos requisitos exigentes de calidad, por lo que las compañías cuidan sus manantiales. Esto no significa que el agua embotellada mejore globalmente la calidad del agua, ya que sólo se protegen los manantiales explotados y la protección se limita a zonas concretas. Además, no todas las aguas de la botella son limpias en origen, son tratadas mucho antes de ser embotelladas.

Sin embargo, el mayor impacto ambiental se debe a las botellas. Aunque antiguamente eran de vidrio, en la actualidad el 70% de las botellas son de plástico. Cada año se utilizan 1,5 millones de toneladas de plástico para la fabricación de botellas de agua y sólo una parte se reutiliza. Afortunadamente, el material PET está invadiendo espacio al PVC y con ello se conseguirá un menor impacto ambiental. El PET es un plástico ligero, transparente, fácil de manipular y puede tener más aplicaciones que el PVC, además de ser más fácil de reciclar. Una botella con PET puede convertirse en una alfombra de poliéster, un tejido para hacer ropa y una fibra, un huevero u otra botella. Por el contrario, el PVC cuando se quema emite cloro a la atmósfera y es difícil de reciclar. En las tiendas se pueden distinguir dos tipos de botellas por su color. Los de PVC son azulados, duros y los de PET más transparentes y blandos. Sin embargo, desde el punto de vista ambiental, el agua del grifo es la menos contaminante.

Un mercado prometedor

El agua embotellada es el sector que más está creciendo en la industria alimentaria y es un mercado altamente competitivo. Cada año aumenta un 7%. El consumo global de agua embotellada asciende a 89.000 millones de litros por año. En la cabeza están los europeos, que consumen una media de 85 litros de agua por botella. Sin embargo, Asia y el Pacífico son los mercados más prometedores. En los países en desarrollo, el agua embotellada ha pasado de ser una bebida exclusiva para turistas a una bebida cotidiana. Por ejemplo, en la India hay más de 100 compañías y el mercado aumenta un 50% cada año.

Gran parte del mercado está en manos de las multinacionales Danone y Nestlé. Nestlé controla el 15,3% del mercado y Danone el 9%, pero el 75% del mercado sigue estando en manos de empresas locales. Nestlé y Danone han vendido hasta la fecha agua mineral, pero han manifestado su clara intención de entrar en el mercado del agua depurada. Las compañías Coca-Cola y Pepsi también se han incorporado al mercado de agua embotellada rentable. Al igual que con los refrescos, venden concentrados minerales a compañías locales para su posterior venta en forma de agua depurada (ver cuadro). Por ejemplo, en 1995 Pepsi lanzó el agua de la botella Aquafina en Estados Unidos y sus ventas aumentaron un 126% en un año. En la clasificación de vendedores de agua embotellada se situó en 10º año. Pero a pesar de adornar las botellas con imponentes montañas, Aquafina prepara el agua a partir del agua del grifo. Es el agua captada de las 11 fuentes urbanas, algo tratada y mezclada.

A la vista de ello, las compañías que preparan el agua del grifo también han comenzado a vender su agua en botellas para aprovechar la sensación de que lo que viene en botella es mejor y más seguro que lo que viene del grifo. Abrir el grifo, llenar la botella, cerrar y vender 1.000 veces más caro. Porque miramos el embalaje más que el contenido.

Agua embotellada, no todas son iguales

Para darse cuenta de que hay agua embotellada de muchas marcas solo hay que dar una vuelta al supermercado. Encontrarás al menos una docena de marcas en las baldas. Pero además de la marca, el tipo de agua puede variar. Se distinguen tres clases de agua: agua mineral, agua del manantial y agua depurada.

El agua mineral debe contener una determinada cantidad de minerales para su inclusión en esta categoría y no puede recibir tratamientos de alteración de la composición del manantial hacia la botella. La normativa comunitaria es muy estricta. El agua del manantial, sin embargo, no debe contener una determinada cantidad de mineral, pero tampoco puede ser tratada. Estos deberán cumplir los mismos requisitos de calidad que las aguas del manantial.

Tanto el agua mineral como la del manantial son aguas subterráneas. El agua depurada puede ser de río, lago o subterránea, pero en todos los casos es tratada. Se pueden tratar químicamente para eliminar algunos componentes o añadir otros, se pueden mezclar dos aguas de diferentes características para obtener el producto final, etc.

En cuanto a la preparación, la única diferencia entre el agua del grifo y el agua depurada es la venta del segundo en botellas. Sin embargo, el 59% del agua embotellada que se consume en el mundo es agua depurada.

Publicado en el suplemento Natura de Gara.

Gai honi buruzko eduki gehiago

Elhuyarrek garatutako teknologia